Fundado en 1910

Campaña electoral 28M

Tres años de sumisión de Sánchez a Bildu: de lamentar el suicidio de etarras a callar ante sus candidaturas

En 2020 Bildu aplaudió la «valentía» del presidente del Gobierno; ahora, siguiendo los pasos de Otegi, calla ante el clamor de las víctimas

«Es un paso simbólico, pero lo que es importante es que empiece a hacer lo que dijo que iba a hacer, dijo que iba a acercar los presos». De esta forma la entonces portavoz de Bildu, Maddalen Iriarte, valoraba en septiembre de 2020 las afirmaciones de Pedro Sánchez en el Senado en las que lamentaba «profundamente» el suicidio del etarra Igor González por aquellas fechas.

Sin embargo, nada ha dicho todavía de la presencia de 44 condenados por su relación con ETA en las listas de Bildu a las elecciones del próximo 28 de mayo y menos de los siete condenados por delitos de sangre que optarán a escaños en otros tantos ayuntamientos del País Vasco.

De hecho, los únicos que no se han pronunciado sobre esta situación que ha escandalizado no solo a las víctimas del terrorismo que ven cómo los asesinos de sus familiares ahora quieren gobernar su localidad, sino a toda la sociedad, han sido Pedro Sánchez y el coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi.

Las víctimas del terrorismo ya hablaron claro en el podcast de El Debate. El propio Lendakari vasco, Íñigo Urkullu aseguró este jueves que «demuestra, una vez más, la falta de respeto, consideración y sensibilidad hacia las víctimas». El portavoz de VOX, Iván Espinosa de los Monteros, afirmó el miércoles que «llamar filoetarras a los miembros de la coalición abertzale es quedarse corto porque son etarras».

Incluso también ha habido reacciones aunque sea para apoyar la inclusión de siete asesinos en las candidaturas de Bildu. «Es un partido democrático que elige sus listas por los procedimientos que considera oportunos», afirmó nada más y nada menos que una ministra, Irene Montero. Aunque discrepaba de su compañero en el País Vasco y candidato al Ayuntamiento de San Sebastián, Víctor Lasa, quien consideró que «la inclusión de esas personas en las listas electorales es legítima, no discuto su derecho a ser candidatos, pero también lanza un político y mi respuesta a ese mensaje es, así no».

Pero la reacción más contundente, después de la de las víctimas, fue la de la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra. «Concibe la democracia como un zoco donde todo se compra y se vende. Compra a sus socios a cualquier precio para que usted se mantenga en la Moncloa».

Y no le falta cierta razón porque aquel 8 de septiembre de 2020, Pedro Sánchez no tuvo reparos en obedecer los requerimientos de Bildu de dar pasos. Tampoco tuvo problemas en seguir las palabras de la formación abertzale que le pedía acercar a los presos. De hecho, no sólo están acercados, sino que están dentro de las cárceles vascas o de la navarra de Pamplona.

Ahora, igual que hace Otegi, guarda silencio ante un nuevo «paso», la inclusión de asesinos en listas electorales que hasta no hace muchos años suponía la anulación de dichas listas por parte del Tribunal Supremo e, incluso, la ilegalización del partido político.