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Acto por los presos en los que participó la hoy candidata por Bildu en Régil, Begoña Uzkudun (dcha)

Acto por los presos en los que participó la que fue candidata por Bildu en Errezil, Begoña Uzkudun (dcha)Gorka Estrada / EFE

Bildu sustituye a los dos etarras con delitos de sangre elegidos como concejales

Han tomado posesión, sin embargo, la decena larga de condenados por terrorismo y que obtuvieron asiento en los salones de plenos de los ayuntamientos vascos y navarros

Ni Begoña Uzkudun ni Juan Carlos Arriaga han tomado posesión de los asientos de concejal que habían obtenido en las pasadas elecciones municipales del 28 de mayo en los ayuntamientos de Errezil (Guipúzcoa) y Berrioplano (Pamplona) respectivamente. Son los dos candidatos que Bildu había presentado en las listas electorales a pesar de contar con condenas por asesinato terrorista. En su lugar, han tomado posesión los siguientes en ambas listas electorales.

En ambos casos, estuvieron condenados a decenas de años por ser quienes pasaban la información a los asesinos para dos empresarios, de Pamplona y de Azcoitia, y no tuvieron reparos para engrosar las listas de Bildu, ni sus jefes vieron ningún problema en que dos asesinos representasen a los vecinos. Incluso en el caso de Arriaga, el ayuntamiento al que optaba tan solo estaba separado del municipio donde Jesús Alcocer fue asesinado por una carretera.

Dada la polémica desatada a raíz de conocerse que 44 personas condenadas por delitos de terrorismo figuraban en las listas electorales de Bildu, los siete que tenían delitos de sangre anunciaron que renunciarían a sus puestos en caso de que resultaran elegidos.

Efectivamente, dada su palabra se han visto obligadas a renunciar a sus cargos, y en su lugar, la lista de Errezil y Berrioplano han avanzado un puesto para rellenar el espacio de los renunciantes.

Eso sí, todos los demás concejales de Bildu que cuentan con condenas por delitos terroristas y que resultaron elegidos el pasado 28 de mayo han tomado posesión de sus cargos sin ningún pudor y, por supuesto, sin mencionar en ningún momento unas palabras de arrepentimiento o perdón por haber formado parte de una organización terrorista que ha sembrado de muerte, destrucción y miedo, medio siglo de la historia de España.

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