Más de 55.000 iniciativas y dos mociones de censura: el balance de Vox en su primera legislatura
El partido de Abascal ha presentado más de 1.400 proposiciones, una treintena de solicitudes de reprobación de ministros y más de 50.000 preguntas escritas u orales a lo largo de estos casi cuatro años en el Congreso
El adelanto electoral 'sorpresa' tuvo buen recibimiento en la sede de la formación de Santiago Abascal, que señaló la mañana en que Pedro Sánchez hizo el anuncio que la convocatoria de elecciones se presentaba como «la posibilidad de cerrar una de las etapas más negras» de la Historia de España, y celebró que se devolviera la voz a los ciudadanos en las urnas, como perseguían en su moción de censura del mes de marzo.
Ahora, con la disolución de las Cortes ha culminado la decimocuarta legislatura, la primera en la que Vox ha tenido representación en el Congreso, como tercera fuerza parlamentaria. Abascal adelantó en el debate de investidura tras las elecciones de noviembre de 2019 que su partido haría una «oposición frontal y total» al Ejecutivo de coalición del PSOE y Podemos, con acciones en las calles, los tribunales y las instituciones.
Durante estos casi cuatro años, junto a las manifestaciones convocadas y los más de 40 recursos interpuestos en el Constitucional, el grupo parlamentario de Vox ha presentado, según ha detallado la formación, un total de 55.707 iniciativas, para ejercer oposición ante medidas impulsadas por el Gobierno o para plantear una alternativa a sus políticas.
Entre ellas se encuentran, las más de 1.400 proposiciones, de ley y no de ley, desde aquellas relativas al ámbito económico y fiscal hasta las de familia y del mundo rural. Por ejemplo, presentó una proposición para suprimir el impuesto de sucesiones y donaciones; otra para sustituir la ley de violencia de género por una ley de violencia intrafamiliar; también una PNL para promover la adopción de un Plan Nacional del Agua; una relativa a la adopción de medidas para la adecuación salarial del personal de las Fuerzas Armadas –que fue aprobada–; o una proposición de ley orgánica de cuidados paliativos, entre otras.
Más recientemente, en la precampaña para el 28-M, Vox anunció una serie de proposiciones que han ido presentando para derogar varias leyes aprobadas por el Ejecutivo actual con el objetivo de revertir su «nocivo legado» y poder empezar a «construir» de cara a la próxima legislatura. Así, registró una proposición de ley orgánica para la derogación de «normas contrarias a la unidad nacional y a la integridad de las instituciones», como la de Memoria Democrática o la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, u otra encaminada a modificar la ley de cambio climático y transición energética para defender la soberanía energética, y a derogar la ley de bienestar animal, entre otras.
Por otro lado, las 54.276 restantes corresponden a iniciativas con función de control. Según los datos aportados por Vox, en estas se encuentran las solicitudes de reprobación de ministros, que superan la treintena, como las presentadas contra el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, o la de Igualdad, Irene Montero; también las preguntas escritas al Gobierno, 51.964 en total, llevadas ante la Mesa del Congreso, o las formuladas durante las sesiones de control, que ascienden a 246; más de 50 interpelaciones urgentes y 49 mociones consecuencia de interpelación; también casi 2.000 solicitudes de comparecencia del Gobierno y otras autoridades, y una propuesta de resolución para la ilegalización de partidos políticos.
Y, dentro de estas iniciativas con función de control, también se incluyen las dos mociones de censura registradas contra el Gobierno de Pedro Sánchez, una primera en octubre de 2020, con el propio Abascal como candidato, y la segunda el pasado mes de marzo, encabezada por el economista Ramón Tamames.
Cuando registró esta última, la sexta de la democracia –y en ello había incidido en sus intervenciones públicas ante las críticas que despertó la propuesta–, Abascal aseveró: «Nadie dirá que no cumplimos nuestra palabra ni que estamos de brazos cruzados contra este Gobierno». Con esta sensación de trabajo cumplido en la que ha sido su prueba de fuego como grupo parlamentario, y alentado por los resultados en las elecciones de mayo, Vox encara la recta final para las generales en las que espera obtener la fuerza suficiente para ser determinante en un futuro gobierno.