Entrevista al autor de El Gran Impostor
Carlos Cuesta: «El plan de Sánchez está trazado por ETA y su fin es destruir el sistema constitucional del 78»
El periodista publica El Gran Impostor, una obra en la que desgrana el pasado de Pedro Sánchez y cómo es su inusual relación con el poder
Carlos Cuesta (Gijón, 1971) es un periodista con una larga trayectoria en los medios de comunicación. Inició su etapa profesional en Expansión, donde llegó a ser redactor jefe de Economía y Política. Su intervención en tertulias radiofónicas comenzó de la mano de Federico Jiménez Losantos en la Cadena COPE. En esta entrevista demuestra una cabeza ágil, y sus respuestas rápidas ponen de manifiesto una alta capacidad de oratoria y de argumentación. En El Gran Impostor, de la editorial La Esfera de los Libros, desentraña lo que ha sido la realidad del socialismo español en las últimas dos décadas. El día que se publica esta entrevista es el libro español más vendido en la categoría de Política.
–¿Por qué decide escribir El Gran Impostor?
–Es una historia que tenía que contarse por muchas de las cosas que estamos viendo y que no tienen explicación si no echas la vista atrás 23 años. A mí me plantea la editorial hacer un libro de Pedro Sánchez, y lo primero que contesté es que Pedro Sánchez no tiene entidad para hacer un libro. Pero su plan sí, que tiene un montón de ramificaciones.
La principal característica de ese plan, que ni siquiera lo ha trazado el PSOE, –yo sé que esto les molesta mucho a determinados sectores escucharlo– pero es un plan trazado por ETA que lleva directamente a la eliminación de todo nuestro sistema constitucional de 1978. Porque ellos, al ser terroristas, no tienen encaje en la Constitución. Se pueden transformar, pueden camuflarse, incluso pueden pasar a sortear determinadas cuestiones, verbigracia de un Tribunal Constitucional que pisotea una sentencia del Tribunal Supremo, y entrar con una marca como Bildu.
¿Qué es lo que quiere Bildu? La destrucción de España, como lo que quería ETA. Es decir, la implantación de una dictadura marxista en lo que ellos llaman Euskal Herria. ¿Eso implica la entrega de Navarra? Sí, lo estamos viendo con la penetración de Bildu en Navarra. ¿Eso implica la propia destrucción del PNV? Sí, porque tiene que ser sustituido por un separatista de izquierdas; lo que ellos llaman los frentes amplios, que lo están diciendo todo el día. ¿Ocurre lo mismo en Cataluña? Por supuesto.
En el libro se cuenta la otra ramificación: el apoyo venezolano, que no ha comenzado ahora, sino que proviene de José Luis Rodríguez Zapatero con un caso relacionado con PDVSA (Petróleos de Venezuela, SA) en el que se le ofreció a España, un intercambio –muy lucrativo– de productos energéticos. Venezuela en aquellos momentos se encontraba cobijando a los futuros fundadores de Podemos, que ya los tenían en su seno, y a su vez estaban generando el principal refugio de etarras en todo el mundo. Una narcodictadura convertida en santuario de ETA.
Lo de Begoña Gómez es de escándalo. Según llega él a la secretaría general del PSOE, casualmente se le abren todas las puertas
¿De veras que esto es un jeroglífico muy difícil de desentrañar? Yo creo que es bastante fácil. Los que apoyan a Pedro Sánchez dicen que les va a dar lo que nunca les podrá dar el Partido Popular; una carrera hacia el separatismo que efectivamente pasa por pisotear la carta magna. Por eso necesitan eliminar la Constitución.
–Una de las cosas de las cosas menos recordadas de Sánchez, y que usted cuenta en el libro, es su relación y paso por Caja Madrid. ¿Cómo se comportó y benefició durante esa etapa?
Él lo niega, pero yo tengo todos los documentos de las actas en las que figura. Y efectivamente, Sánchez estaba en la Asamblea. Antes de la famosa salida a bolsa hubo una operación por la cual se adquirió un banco de Florida con una cartera hipotecaria más que dudosa. En ese debate sobre si se compraba o no se compraba acudió, estuvo y la permitió un señor llamado Pedro Sánchez. Nadie le ha pedido explicaciones, aunque tenía responsabilidad sobre decisiones muy graves.
Además, como todo el resto de las personas que estaban dentro de la plantilla, él tenía acceso a unos créditos privilegiados, y se les rebajaba 1/3 de la carga de intereses. Con ese crédito Sánchez ha hecho operaciones inmobiliarias. Es decir, se beneficiaba, tomaba decisiones relevantes, y estaba en la Asamblea, aunque él reitera que no tenía nada que ver. Es tan sencillo como leerse el libro y mirar los documentos.
Le damos todos olímpicamente igual. España le da olímpicamente igual
–En este tiempo. ¿Qué cosas destacaría de la relación de Pedro Sánchez con Podemos?
–Es una relación muy curiosa porque no nace de Sánchez, nace de los contactos que mantiene Rodríguez Zapatero, en la época de Hugo Chávez, directamente con la dictadura venezolana. Se fragua una especie de seguro de vida para el avance de España dentro de lo que es el Grupo de Puebla. En este contexto, se toma la decisión de que hay que tener una especie de Pepito Grillo que no solamente le meta presión al Partido Socialista para que sea más extremista, sino que, además –en caso de necesitarlo– pueda sustituirlo.
Si se coge este planteamiento y se deposita en un enorme ególatra como Pablo Iglesias, no va a decir: ‘vale, yo soy el Pepito Grillo, yo aprieto y presiono’. No. Va a decir: ‘yo lo que quiero sustituirle’. Entonces, se han juntado dos gallos en un mismo corral. Uno adora el poder porque necesita el Falcon, el jamón cinco jotas, y los 36 coches por delante y 46 por detrás. Y Pablo Iglesias también necesita demostrar que manda, lo cual ha acabado provocando los choques obvios.
España puede dar gracias de que el plan que se trazó tiene puntos débiles. El comunismo siempre plantea una estructura en la que alguien debe tener todo el poder, y eso genera una lucha de liderazgos muy fuerte. Los liberales no tenemos ese problema, cada uno vamos a nuestro aire. Pero en el comunismo siempre acaba todo a guantazos políticos; y evidentemente así ha acabado la relación entre Iglesias y Sánchez.
–El nepotismo de Sánchez es algo que también aborda en su obra. ¿A qué familiares ha ayudado y auspiciado?
–Es un entramado tremendo. Cuando empecé a investigarlo cada 15 minutos me venía a la cabeza: lo que hubiese hecho la izquierda si en vez de tener el nombre de Pedro Sánchez como cúpula de reparto de enchufes hubiese tenido como nombre el de Isabel Díaz Ayuso o el de Esperanza Aguirre. Este señor ha tenido un hermano enchufado con nombre camuflado –David Azagra es David Sánchez– en los conservatorios de música de Badajoz, que por cierto eran dos separados por 150 metros. De hecho, llegó a hacer una ópera, que tuvo un solo pase por lo que os podéis imaginar; porque para el segundo no estaba ni el que abría la puerta.
Lo de Begoña Gómez es de escándalo. Según llega él a la secretaría general del PSOE, casualmente se le abren todas las puertas académicas, cuando no tiene titulación universitaria oficial. Que nosotros tengamos que pensar que no ha tenido nada que ver, que justo ha entrado en el momento en el que su marido ha llegado a la cúpula de uno de los partidos que evidentemente lo iba a llevar a la presidencia. A mí que me pidan otra cosa, pero que me crea eso, no.
Esta mujer ha sido directora del África Center. También es codirectora de dos masters en la Universidad Complutense, donde todos los alumnos deben tener titulación universitaria oficial, menos ella, que es la codirectora. Enhorabuena para la Universidad Complutense. También han creado una cátedra que ella dirige. Es una cosa de un escándalo. Si entráis en su LinkedIn podréis ver cómo ofrece cursos en los cuales ella anuncia directamente que va a favorecer a las empresas y que les va a enseñar cómo conseguir financiación pública, de la que reparte el gobierno de su marido. ¿Y no hay un escándalo en España?
Por parte, con los padres ocurre exactamente lo mismo. Según llega él a la órbita de poder y a la presidencia se dispara el número de ayudas. Han recibido prácticamente unos 700.000 € en ayudas ICO. Además, no lo recibe la propia empresa de los padres. La compañía de los padres es gestionada por otra; que una se llama uns Playbol S.A y la otra Playbol S.L. Es curioso, ¿verdad? O sea, qué coincidencia. Hay que reconocer que ganas de disimular no han debido tener muchas. Este tipo de cuestiones tú las narras en cualquier otro político español, especialmente de la derecha, y habría sobrevivido tres días. Y sobre Pedro Sánchez no hay ni polémica.
–Para terminar, ¿cómo definiría la relación de Sánchez con el poder?
–Sánchez necesita el poder. Sánchez absorbe poder. Y lo que espero es que el siguiente paso de esta relación sea que deje de tenerlo y que desaparezca del poder. Porque es una locura. La política tiene que ser una cuestión de servicio público. A este señor le importa exactamente lo mismo los votantes de derechas que los de izquierdas. Le damos todos olímpicamente igual. España le da olímpicamente igual. Lo que tenga que hacer para mantenerse en el poder, para él es lo de menos. No se puede aupar a una persona, y esto lo deberían pensar los votantes de izquierdas, que va a hacer lo que sea con tal de mantenerse ahí.