La norma no escrita de la presidencia europea que se ha saltado Sánchez imitando a Macron
En Bruselas piden estabilidad política durante los seis meses de mandato e intentan que no haya elecciones ni cambios de gobierno en ese periodo
Durante los seis meses de presidencia rotatoria que desempeñan los diferentes países de la Unión Europea, el verdadero protagonista debe ser Europa. Por ello, desde Bruselas piden que haya estabilidad en ese periodo y que no haya ni posibles cambios de gobierno ni elecciones. Una regla no escrita que Pedro Sánchez se saltó a la torera cuando convocó comicios para el 23-J.
Más de uno en Bruselas frunció el ceño con la decisión del presidente español. Ya se había negociado con Moncloa el plan de ruta a seguir durante los seis meses de presidencia y ya se habían aprobado las prioridades de esos 180 días, por lo que un cambio de Gobierno podía alterar todo.
El turno de la presidencia del Consejo de la Unión Europea se sabe con muchísimo tiempo de anticipación y, de hecho, ya está planificada la rotación hasta el 31 de diciembre de 2030. Los tiempos electorales son diferentes en cada país y nunca se puede prever una posible moción de censura, pero sí la convocatoria regular de urnas. En ese sentido, los estados tienden a negociar el orden con su predecesor o sucesor para evitar que haya elecciones durante su presidencia.
Sánchez se saltó este pacto no escrito que tiene la intención de no robar protagonismo a la presidencia europea. Convocó las urnas para 23 días después de comenzar su mandato, como ya hizo Macron en 2022. Francia asumió la presidencia del Consejo de la Unión Europea el 1 de enero y acudió a las urnas el 8 de abril en primera vuelta y el 22 en segunda. En su caso, no obstante, las elecciones estaban previstas y las ganó, por lo que continuó siendo la cabeza visible de la presidencia europea, algo que, según las encuestas, no parece que vaya a ocurrirle a Pedro Sánchez.
La idea inicial del PSOE era convocar comicios para el mes de diciembre, justo al final del mandato presidencial, algo que sí veían con buenos ojos en Bruselas. Habría sido un caso parecido al de Croacia en 2020, que asumió el Consejo de la UE el 1 de enero de ese año y lo dejó en plena campaña electoral de unos comicios que se celebraban el 5 de julio, cuando Alemania ya ejercía la presidencia.