Feijóo acota su propósito de derogar el sanchismo sin buscar «revancha»

El programa electoral del PP acota esa expresión de «derogar el sanchismo» que Alberto Núñez Feijóo acuñó por primera vez el pasado 25 de abril en el Senado, en su último cara a cara parlamentario con Pedro Sánchez.

Más allá del eslogan, las 365 medidas contenidas en ese contrato con la ciudadanía que Feijóo presentó este martes no supondrán una tabula rasa. Algo a lo que, no obstante, ya apuntó el candidato del PP cuando la semana pasada anunció que respetará la reforma laboral de Yolanda Díaz. Pactada, en su día, con la patronal y los sindicatos y que contó con el voto en contra del PP de Pablo Casado.

El programa de Feijóo para las generales distingue entre leyes que serán derogadas por completo, las menos; y otras que serán reformadas o revisadas, las más. El propio candidato justificó este martes, durante la presentación, esa bajada de las expectativas creadas.

«Derogar el sanchismo implica derogar leyes y medidas equivocadas. Que no han sido pocas. Pero no quiero gobernar para practicar revanchas de ningún tipo. Me presento para ganar Sánchez. Contundentemente, pero no para vengarme», señaló. Y añadió, a renglón seguido: «Creo oportuno decir esto ante la sorpresa que a algunos les ha provocado, por ejemplo, nuestra decisión de no derogar la reforma laboral en vigor, sino acometer los ajustes que se acuerden con los agentes sociales y económicos. Seremos un Gobierno justo, no uno revanchista. Seremos un Gobierno sereno, no uno vengativo. Es que el cambio también es esto».

Solo serán derogadas en su integridad tres leyes, según lo comprometido por el PP en su programa: la Ley de Vivienda, que fue aprobada por la mayoría Frankenstein en los estertores de la legislatura (aunque entonces los socios de Sánchez no imaginaban que sería la última). La Ley de Memoria Democrática, para sustituirla por «una nueva norma consensuada que refuerce los principios democráticos y la reconciliación nacional que fundamentaron el pacto constitucional durante la Transición», según los populares. Y la ley trans, que Feijóo quiere cambiar por otra que «garantice los derechos de las personas transexuales» pero «buscando el consenso» entre todos los sectores sociales y profesionales.

El principal partido de la oposición promete también derogar una parte de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Pero solo una parte: la reforma que impulsó Sánchez a comienzos de 2021 para impedir que el CGPJ pueda hacer nombramientos teniendo el mandato caducado, como lo tiene. Y eliminará el impuesto a las grandes fortunas.

Así pues, el PP apostará más por revisar y reformar que por derogar. Sin especificar, de momento, el alcance de esas modificaciones. En el caso de la ley del aborto de Irene Montero, será menos que eso: Feijóo solo tiene intención de introducir una modificación para que las menores de 16 y 17 años necesiten el consentimiento paterno. El resto de la norma la mantendrá.

En su programa, Feijóo se compromete a revisar la ley de eutanasia, «tomando en consideración la opinión del Comité de Bioética». También entran en el capítulo de «revisiones» la Ley Orgánica del Sistema Universitario, aprobada en marzo. Y el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, «para avanzar en su autonomía». Además de los planes estratégicos de la PAC y de lucha contra la radicalización violenta.

Por su parte, la ley del ‘solo sí es sí’ queda en terreno indefinido. Feijóo la cita cuando se compromete a hacer una «profunda revisión del Código Penal» para «mejorar la regulación de los tipos, la proporcionalidad de las penas y adecuarlo a la realidad social, tras las defectuosas reformas parciales acometidas en la última legislatura, como la Ley de garantía integral de la libertad sexual». Pero sin concretar qué partes modificará.

Por lo que se refiere a las reformas, el programa electoral del PP utiliza ese concepto para referirse a lo que hará con la LOMLOE, más conocida como ley Celaá, que fue aprobada en pleno estado de alarma. Los populares también pretenden reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial en un doble sentido. Por un lado, para atribuir la competencia a los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer de todos los delitos comprendidos en el ámbito de aplicación del Convenio de Estambul. Por el otro, para cambiar el sistema de elección de los miembros del CGPJ, de manera que sean los jueces y magistrados los que elijan a los 12 vocales de procedencia judicial.

Y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, para limitar el margen de discrecionalidad de su presidente, Cándido Conde-Pumpido. Así como la Ley del Consejo de Estado, en lo referido al sistema de nombramientos.

En el programa del PP, el verbo «reformar» también aparece vinculado al artículo 49 de la Constitución (para cambiar el término «disminuidos» por personas con discapacidad), las políticas activas de empleo, el sistema fiscal, la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y la Ley de Institucionalización de la Evaluación de Políticas Públicas.

Asimismo, Feijóo se compromete a reformar la Ley del Gobierno para «mejorar la planificación y tramitación normativa». Y la Ley reguladora de las personas que informen sobre infracciones normativas y de lucha contra la corrupción. También, el Código Penal en lo referente a la multirreincidencia en hurtos y estafas, para que las penas sean mayores.

«No quiero ganar para anular completamente a nadie. Las vendettas, el sectarismo, los egos pretendo que se vayan también con el actual presidente y el actual Gobierno. No he llegado hasta aquí para ir contra nadie. Solo quiero jugar a favor de mi país. Quiero ser el presidente de todos los españoles. Es el momento de todos», se justificó este martes Feijóo.