Del referéndum en Cataluña a la desmilitarización del Ejército: las ocurrencias de Yolanda Díaz para el 23-J
A falta de poner negro sobre blanco sus propuestas en su programa electoral, Sumar ha ido avanzando varias de ellas que ya han sido despreciadas incluso por sus socios
Yolanda Díaz todavía no ha presentado su programa electoral, pero varias de las medidas que ha ido avanzando han causado una fuerte polémica. A diferencia de lo que sucede con otras formaciones, con una trayectoria vital más prolongada, el partido Sumar es como un recién nacido y la coalición de la que forma parte parece todavía apenas una idea, a tenor de la falta de concreción y la disparidad de opiniones que coexisten en su seno.
Y es que la quincena de partidos que integran la coalición mantienen posturas diferentes sobre aspectos cruciales para la política española, fruto de la diversidad de tendencias concurrentes en la plataforma magenta: de soberanistas a regionalistas, pasando por ecologistas o comunistas.
El ejemplo más representativo de esto último es el referéndum o derivados que la amalgama de siglas de la izquierda radical pretende llevar a cabo en Cataluña de la mano de los Comunes de Ada Colau, que avanzaron que Sumar llevaría en el programa su propuesta de ejecutar celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña, algo que desde la portavocía de Sumar, que ejerce Ernest Urtasun, no tardaron en corregir, al menos terminológicamente.
Urtasun apuntaba recientemente que lo que propondrán en realidad en su programa para las generales del 23 de julio será una «consulta» sobre el acuerdo que salga de la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el catalán, con la intención de ejecutar un nuevo encaje de la comunidad autónoma en España. Asimismo, habló de recuperar el Estatut que fue aprobado durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Salida de la OTAN
Sobre la mesa de Díaz también está una desmilitarización parcial pero profunda de España. Al menos esto es lo que ha aprobado la directiva de Izquierda Unida dentro de su propuesta de programa electoral. En concreto, IU pide reducir el gasto militar al menos un 0,5 % del PIB, una reducción drástica del presupuesto para los programas especiales de armamento de Defensa o la salida de nuestro país de la OTAN, la cual implicaría, entre otros, el fin de las tres bases de la Alianza Atlántica que hay sobre la piel de toro o la desprotección ante un eventual ataque de una potencia extranjera.
El partido liderado por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, también aboga por apoyar al Frente Polisario a llevar a cabo el referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental. Algo que pide la ONU, pero choca, al menos, con la posición de uno de los hombres fuertes de Díaz.
Se trata del antiguo embajador representante de España ante Naciones Unidas, Agustín Santos Maraver, quien recientemente apoyaba en público a Marruecos, país al que definía como «un régimen de cosoberanía» entre Mohamed VI y el pueblo a la vez que no veía realista la idea de realizar un referéndum. Una postura la del número dos de la lista de Sumar al Congreso de los Diputados por Madrid que choca frontalmente con la de la número tres, la activista saharaui Tesh Sidi.
Contando, sin duda, con una postura más favorable a los intereses de los saharauis en el conjunto de Sumar, esa posición tampoco casa con la de su hipotético socio de Gobierno tras el 23-J: el PSOE de Pedro Sánchez, que actualmente apoya los postulados de Marruecos sobre este peliagudo asunto, lo que le ha valido las críticas de Unidas Podemos, actual socio de Gobierno y, asimismo, parte de Sumar para las generales.
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Costosas recetas económicas
A nivel económico es quizás donde las ideas de la coalición de Díaz están causando mayor controversia. La más comentada ha sido, sin duda, la de dar 20.000 euros a los jóvenes para que puedan «formarse o emprender», lo que le supondría un agujero para las arcas públicas de unos 10.000 millones de euros, como se encargó de replicar rápidamente el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
Pero no solo. Desde la propia izquierda, la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, también rechazaba la propuesta e instaba a Díaz a explicar cómo la financiaría, más allá de con una subida de impuestos «a los ricos». Tampoco queda muy claro cómo repercutiría sobre la productividad de la economía española otra de las medidas bandera de Sumar, la de reducir la jornada laboral hasta las 37,5 horas semanales en 2024 y tratar de alcanzar después las 32.
Calviño también ha ejercido de némesis contra otra de las recetas económicas de Díaz, la de impulsar un «bono hipotecario». «La solución no puede ser dar dinero público para subvencionar a los bancos», fue la respuesta de la titular de la cartera económica al ser preguntada sobre esta medida.
Se espera que la coalición de Díaz presente su programa este mismo jueves, antes de viajar a La Coruña para realizar la pegada de carteles que da inicio a la campaña. Lo que se sabe de este texto, además de un puñado de propuestas como las citadas, son varios de los puntos que articularán su compromiso electoral.
Algunos de ellos son «Derechos y libertades LGTBI+», «Economía para una vida mejor», «Trabajo decente», «Transición ecológica justa» o «Agricultura y rural vivo». En todas estas áreas Sumar ha recibido propuestas enviadas por los ciudadanos a través de su página web.