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Carteles electorales de los cuatro principales partidosPaula Andrade

El último esprint

Cinco claves para descifrar el final de la campaña y las estrategias ocultas de cada partido

El debate a tres en TVE, el trasvase de votos entre bloques, el entuerto de Correos, algún posible error no forzado de Feijóo y las expectativas finales de cada cual. Queda tela que cortar

Esta venía siendo la campaña de los trackings electorales, del minuto y resultado de las encuestas, con actualizaciones diarias en varios medios de comunicación. Entre ellos, El Debate. Pero la opinión pública se quedó a oscuras el lunes una vez más, ante la prohibición de publicar y difundir sondeos cinco días antes de la votación. Aunque los partidos seguirán encargándolos y manejándolos hasta el mismo cierre de los colegios electorales.

Al margen de la negrura electoral, estos últimos días de campaña encierran varias claves que servirán para iluminar el camino hacia el domingo 23 de julio; el más decisivo para España desde el domingo 10 de noviembre de 2019. En concreto, cinco.

El entuerto de Correos

Primera, si finalmente Correos es capaz de resolver los problemas de reparto en tiempo y forma, que han sido una de las principales polémicas de la campaña. La semana pasada, la Junta Electoral Central rechazó la petición del PP para prorrogar los plazos tanto de entrega de la documentación como para votar, que acaban el miércoles y el jueves, respectivamente.

El principal problema son los españoles que pusieron como dirección de envío la de sus domicilios pensando que la documentación les iba a llegar a tiempo y se han ido de vacaciones –incluso al extranjero– sin haberla recibido. En estas elecciones se han batido todos los récords de solicitudes, más de 2,62 millones, lo que quiere decir que para muchos españoles es su primera vez. Y no estaban familiarizados con los trámites.

Sánchez, el lunes en HuescaEva Ercolanese/ PSOE

Desde la empresa pública insisten en que nadie se quedará sin votar por correo, porque los afectados por los retrasos han podido solicitar la reexpedición de la documentación del voto por correo a otra dirección diferente. Otra cosa es que lo supieran.

El debate a tres

Segunda, el resultado del debate entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal de este miércoles en TVE, al que Alberto Núñez Feijóo faltará por decisión propia. Para el líder de Vox puede ser una buena baza para poner un dique y frenar la fuga de votos al PP.

El presidente y la vicepresidenta segunda quieren convertirlo en una especie de secuela de la moción de censura de Vox que el Congreso debatió en marzo. Es la mejor oportunidad que les queda a ambos para movilizar al electorado de izquierdas, que sigue en unos altos niveles de indecisión y/o abstención. Pero tiene un riesgo: que acentúe lo que llaman «voto útil refugio»: votantes de izquierdas que, ante la perspectiva de un Gobierno de derechas, prefieren uno de Feijóo en solitario que uno de coalición con Abascal.

El trasvase entre bloques

Tercera, el trasvase de votos entre bloques. No será evidente ni patente, dado el apagón de encuestas hasta el viernes, pero sí estará latente en los discursos de los candidatos en mítines y entrevistas. Para los cuatro principales partidos, estos son días de apuntalar estrategias, limarlas o directamente corregirlas, como ha hecho Sánchez al improvisar varios mítines en provincias donde el PSOE puede perder el último escaño.

Si Feijóo deja de apelar –o apela con menor intensidad– a los votantes de Vox para centrarse en los potenciales votantes del PSOE significará que el PP da por agotado el caladero de Abascal. Los tiros apuntarán precisamente en esa dirección si, además, endurece su discurso contra la inclusión de Vox en su Gobierno.

Sánchez, por su parte, renunciará a cortejar a los simpatizantes de Sumar si ve que en algún momento Yolanda Díaz tiene opciones de quedar tercera, por delante de Vox. Lo que tal vez diera una mínima oportunidad a ambos socios de reeditar su coalición de gobierno. Si no, seguirá tratando de canibalizar al partido a su izquierda para, al menos, dejar al PSOE con un resultado lo más digno posible.

El error no forzado

Cuarta, si habrá algún otro error no forzado de Feijóo de aquí hasta el viernes. Cuando un candidato va muy por delante en las encuestas, como es el caso, la esperanza del resto reside en que se confíe y cometa fallos para magnificarlos.

Este lunes en TVE, el líder de los populares afirmó que su partido siempre actualizó las pensiones conforme al IPC. Cuando la realidad es que las subió todos los años, pero en 2012, 2013 y 2017 lo hizo por debajo de la inflación. El PSOE y Sumar salieron en tromba y Feijóo reaccionó con rapidez en apenas un par de horas. «No me importa aclarar cualquier afirmación si ha sido inexacta, al contrario de Sánchez, cuya arrogancia nunca se lo permitiría. Seguimos esperando a que desmienta todas sus mentiras en el debate, como la de que el PSOE no congeló las pensiones», escribió en un hilo de Twitter.

Las expectativas finales

Quinta, las expectativas finales de cada partido, que a su vez sentarán las bases de sus futuros relatos la noche electoral y durante la resaca electoral. Por una parte, si el PP mantiene su listón en los 150 escaños o se atreve a subirlo al entorno de los 160. También será muy significativo si, en estos días finales, Vox eleva sus exigencias a Feijóo o por el contrario espera a ver el resultado de las urnas.

En el segundo y último debate en televisión de la campaña de las elecciones andaluzas, Macarena Olona le dijo a Juanma Moreno: «Si le hace falta un solo, no va usted a gobernar si no estamos nosotros dentro», poniendo así al candidato del PP entre la espada y la pared antes de que los andaluces votaran. Aquel episodio acabó convirtiéndose en determinante para que muchos votantes socialistas prestaran su voto a Moreno y que no tuviera que depender de Olona. En esta ocasión, al menos de momento, Abascal no ha disparado esa bala.

Por lo que respecta a las expectativas del PSOE, los socialistas han caído en la sobreactuación. Están apuntando tan alto en este esprint final, contradiciendo todas las encuestas privadas, que no resultan creíbles. Empezaron invocando la remontada tras el 28 de mayo. De ahí pasaron al «vamos a ganar las elecciones», repetido machaconamente. Y este martes, el ministro Bolaños fue más lejos en Onda Cero y pronosticó entre 135 y 150 escaños para el PSOE y entre 115 y 120 para el PP.

Al fin y al cabo, va en la línea de la tesis esgrimida por Yolanda Díaz, de que «la derecha solo ganará si nos creemos que van a ganar», pero llevada al extremo.