Los días decisivos
Sánchez y Yolanda Díaz empiezan a dar extraños bandazos para evitar la catástrofe
Ambos están virando en los últimos días para corregir el rumbo y no chocar contra el iceberg del 23 de julio. El presidente intensifica su agenda de mítines y su socia emula a Iglesias
La errática campaña de Pedro Sánchez y de Yolanda Díaz en el último tramo de la campaña está acentuando la sensación que trasladan las encuestas: no hay remontada de la izquierda por ninguna parte, pese a los discursos motivadores de sus principales líderes. «Carlos Alcaraz ha ganado después de una remontada. Ahí lo dejo», señaló el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, después de que el murciano se proclamara campeón en Wimbledon.
Tanto el candidato del PSOE como su socia de Sumar están dando bandazos, tratando de corregir el rumbo en los últimos días, intentando de evitar el iceberg del 23 de julio. Que, a su vez, acabaría con la carrera política de Sánchez –ya sea en el corto o en el medio plazo– y arrojaría muchas dudas sobre el liderazgo de la aún vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo.
El presidente del Gobierno no levanta cabeza desde el debate del pasado lunes con Alberto Núñez Feijóo, a pesar de haber seguido con su tournée de entrevistas. Incluida una que se emitió el domingo en el programa La pija y el quinqui, uno de los preferidos por la Generación Z. Con ellos tomó pizza fría y habló de Rosalía, Taylor Swift y reggaetón. Y otra este lunes en RNE, en la que se quejó de que los sondeos privados intentan «la desmovilización del electorado progresista». No lo diría por el CIS, que ha vuelto a colocar al PSOE 1,4 puntos por delante del PP, y a Sumar como tercero.
En vista de que sus esfuerzos por combatir el antisanchismo (el rechazo al propio Sánchez) no están surtiendo el efecto esperado, como tampoco agitar el miedo a Vox, el equipo de campaña del candidato socialista ha vuelto a un modelo a la antigua usanza: el de los mítines, para intentar consolidar varios escaños que el PSOE corre serio riesgo de perder. En el cuartel general de los socialistas hablan de entre siete y ocho diputados que bailan y que valen su peso en oro para el partido, que podría caer hasta los 100 según los sondeos más agoreros.
Así las cosas, Sánchez improvisó un mitin este lunes en Huesca, una provincia que reparte solo tres escaños, de los que en 2019 fueron dos para el PSOE y uno para el PP. El presidente decidió abandonar por unas horas la cumbre entre la UE y la CELAC (la Comunidad de países de América Latina y el Caribe) que se celebra en Bruselas para dar un mitin en un hotel con un aforo de un millar de personas, lo que da idea del nivel de nerviosismo en la Moncloa y Ferraz. Pero es que, además, el aún líder del PSOE de Aragón, Javier Lambán, apareció de imprevisto, cuando no le habían reservado papel alguno en la velada.
Este último también hará parada este martes en San Sebastián y el jueves en Lugo, y entre medias podría encajar otro acto en Cuenca, aún no confirmado. Otra circunscripción de tres escaños donde, en 2019, Sánchez obtuvo dos y Pablo Casado uno.
No obstante, nada comparable con la hiperactividad de José Luis Rodríguez Zapatero en esta campaña. Este lunes arrancó la semana decisiva con doblete en San Sebastián y Pamplona, donde volvió a hablar del fin de ETA. «Yo cuando escuché al señor Feijóo decir a nuestro presidente en el Senado 'usted es más generoso con los verdugos que con las víctimas', ése fue el día que yo dije 'voy a hacer esta campaña entera y voy a hablar muy claro'», afirmó el expresidente.
Yolanda Díaz cambia el gesto
En lo que respecta a Yolanda Díaz, en los últimos días la candidata de Sumar ha cambiado la sonrisa por el gesto serio, que fue algo que en su día le reprochó mucho a Pablo Iglesias. «Siempre está enfadado. Le dije que estaba hecho un cascarrabias», llegó a confesar ella en el programa de Jordi Évole en abril.
Díaz ha estado a la defensiva en sus últimas entrevistas y agresiva en los últimos mítines. El viernes en Vigo, la socia de Sánchez metió al narco Marcial Dorado en la campaña, a raíz de la famosa foto con Feijóo. Estaba «paseándose con él –afirmó– mientras las madres y la gente estaban luchando contra la droga».
En eso también se está pareciendo la candidata de Sumar a Iglesias, que este lunes habló de Marcial Dorado en Canal Red. «Mucha gente se está preguntando qué habría pasado en este país si hubiera aparecido una foto mía con un narcotraficante en un yate», señaló el exlíder de Podemos.
A Sánchez y Sumar les quedan cuatro días para sortear el iceberg. Entre medias, ambos tienen esperanzas puestas en el debate a tres con Santiago Abascal del miércoles en TVE, como publicó El Debate, sin que vaya a haber un atril vacío que recuerde la ausencia de Feijóo, como ambos socios pretendían. La cuenta atrás es especialmente angustiosa para ellos.