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El expresidente catalán Carles Puigdemont

El expresidente catalán Carles PuigdemontEdición: Paula Barriga

Investigación

Los consejeros de Puigdemont usaban escoltas clandestinos de Tsunami Democràtic en sus viajes judiciales a Madrid

El brazo callejero del independentismo hizo seguimientos ilegales a los agentes de la Policía que custodian la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo

Los consejeros del Gobierno de Carles Puigdemont que fueron condenados por el proceso independentista de Cataluña usaban una red de escoltas clandestinos cuando viajaban a Madrid para prestar declaración en la Audiencia Nacional. Estos agentes eran coordinados por Tsunami Democràtic, el brazo callejero del secesionismo que incendió las calles de Cataluña tras el 1-O. El Debate publica hoy en exclusiva todos los detalles sobre cómo funcionaba este grupo parapolicial.

Los investigadores de la Guardia Civil han descubierto el modus operandi de este grupo, cuya labor, a parte de proteger a los altos cargos del Ejecutivo catalán, era comprobar si la Policía Nacional seguía sus pasos. Una labor de contravigilancia que, según las fuentes policiales que ha consultado este periódico, es completamente ilegal. Los consejeros catalanes que hicieron uso de estos servicios fueron Raül Romeva, Dolors Bassa, Carles Mundó, Jordi Turull, Josep Rull, Meritxell Borràs, Santi Vila y Joaquim Forn.

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Informe de la Guardia Civil sobre Tsunami Democràtic (I)El Debate

También el ex vicepresidente Oriol Junqueras y la ex vicepresidenta del Parlamento Carme Forcadell. El grupo de investigadores de la Unidad Central Especial número 3, adscritos a la Dirección Adjunta Operativa de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, averiguaron la existencia de esta red clandestina tras el análisis del ordenador personal de Josep Campmajó Caparrós, uno de los cabecillas de Tsunami Democràtic. Campmajó dirigía el grupo parapolicial junto a Marta Molina, secretaria de Movimientos Sociales de ERC desde 2022.

Las acciones de la «red de seguridad», como la han denominado los investigadores, se ponían en marcha cuando algún alto cargo del Gobierno de Puigdemont tenía que viajar a Madrid para declarar en la Audiencia Nacional. La mayoría de estos viajes tuvieron lugar entre el 1 y el 9 de noviembre de 2017. Los mensajes intervenidos a Campmajó sitúan a Molina como ejecutora del plan de vigilancia a la Policía. Su labor consistía dar directrices al grupo clandestino para que, a su vez, éstos detectasen si había agentes policiales en los alrededores de los hoteles donde se hospedaban los consejeros.

En uno de los primeros mensajes que Molina dirigió a uno de los miembros de la red se lee: «Mañana tenéis cinco personas que deberíais proteger que salen del hotel». Este establecimiento estaba ubicado en la calle Santa Engracia de Madrid. «A las 8.30 horas allá. Pregunta por Edu e identifícate como Pere. ¿Ok?», afirmaba. Los investigadores detectaron que el grupo parapolicial usaba sobrenombres para ocultar sus verdaderas identidades. «La poli española no hará nada bueno. No saben que vamos ni dónde estaremos. Mejor que no lo sepan», añadía.

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Informe de la Guardia Civil sobre Tsunami Democràtic (II)El Debate

«Vosotros os tenéis que identificar como Pere en los dos hoteles. ¿Ok? Tengo pendiente de enviarte hora en el segundo hotel», afirma Molina en otro mensaje. Pere es el nombre que, según los investigadores, usaba el miembro de la red identificado como Eric Herrera, pareja de Anna Simó, ex consejera de Bienestar de ERC y ex secretaria primera de la Mesa del Parlamento de Cataluña.

«De aquí a un rato te diré otro lugar donde habrá entre 7 y 9 conocidos que también tendréis que proteger hasta el lugar a donde tienen que ir a hablar», envió en otro mensaje al dispositivo. Los investigadores entienden que «los conocidos» eran los consejeros catalanes y que «el lugar donde tienen que ir a hablar» era la Audiencia Nacional. La Guardia Civil concluye que estas acciones contaban con el beneplácito del ex consejero Forn, que era informado en tiempo real de todas las acciones. Forn fue uno de los indultados por le Gobierno tras la condena del Tribunal Supremo por el referéndum.

Vigilancias a la Policía

En el ordenador de Campmajó también se encontraron las fotografías que él mismo hacía a la red clandestina. Una de esas imágenes es determinante para los investigadores porque aparecen los miembros de la célula en las inmediaciones de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo vigilando a los policías que se encontraban custodiando sus sedes. En la fotografía se aprecia cómo dos miembros de la red clandestina esperaban apostados en un vehículo blanco que estaba aparcado en la calle Génova, a escasos diez metros de los tribunales donde los independentistas tuvieron que ir a declarar.

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Informe de la Guardia Civil sobre Tsunami Democràtic (III)El Debate

Los investigadores sitúan a Campmajó, cerebro de Tsunami Democràtic, en Madrid durante los días que se llevaron a cabo las vigilancias parapoliciales a pesar de que no consta su nombre en ningún hotel de Madrid. Llegaron a estas averiguaciones gracias al material que encontraron en su portátil, de donde extrajeron una imagen de él mismo tomada en el Hotel Exe Plaza de Madrid. Campajó fotografió el buffet libre del desayuno y los agentes encontraron su rostro en el reflejo de una de las teteras de metal.

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Informe de la Guardia Civil sobre Tsunami Democràtic (IV)El Debate

Asimismo hallaron un selfie realizado por Campmajó el 9 de noviembre de 2017, también en Madrid, coincidiendo con la declaración judicial de Forcadell. Los investigadores descubrieron que el cerebro de Tsunami Democràtic se alojó entonces en el hotel Maydrit. En la imagen aparece junto a Eva Olivares Busquets, una empresaria del sector de la publicidad. Además, se encontraron pruebas de que Campmajó ofrecía el trabajo de la red clandestina a una persona que le proponía contratar sus servicios para realizar una misión en la República Democrática del Congo.

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