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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se dirige a la presidenta del Congreso, Meritxell BatetEFE /Juan Carlos Hidalgo

Las razones de la renuncia de Batet a presidir la Mesa del Congreso

En los últimos días son varias las voces que presionan a Pedro Sánchez para que contemple la posibilidad de ceder la Presidencia del órgano de gobierno de la Cámara Baja a otro partido distinto al PSOE para allanar la búsqueda de apoyos para su investidura

Este martes, la hasta ahora presidenta del Congreso, Meritxell Batet, expresaba su deseo de no repetir en el cargo la próxima legislatura que dará comienzo el jueves 17 de agosto con la Constitución de las Cortes. Lo hacía convencida, además, de que se formaría una mayoría progresista en el órgano de gobierno de la Cámara Baja y que este volvería a estar presidido por un candidato socialista.

Su renuncia al cargo, alegando motivos personales, se produce en plena negociación para configurar la Mesa del Congreso, que será un primer reflejo de las alianzas parlamentarias de la nueva legislatura tras las elecciones del 23-J. Si la anterior fue convulsa, la que arranca en una semana, dados los resultados que dejaron las urnas, no lo será menos. Se encuentran dos bloques muy igualados, el PP, con 16 escaños más que el PSOE, cuenta con 137 diputados, y Pedro Sánchez, de conseguir una mayoría con el 'sí' de todos los partidos independentistas y Sumar, esta sería muy inestable.

El papel de la Presidencia del Congreso es clave. Es la tercera autoridad por detrás del jefe del Estado y del presidente del Gobierno. Los socios de Pedro Sánchez vienen presionando para tener un puesto en la Mesa y también para que sea un partido distinto al PSOE el que la presida. En los últimos días, han sido varias las voces que desde los partidos que integran la coalición de Yolanda Díaz han pedido a Sánchez tener en consideración la posibilidad de ceder la Presidencia a otra formación para recabar apoyos para su investidura.

«¿Por qué la Presidencia tiene que ser para el PSOE? ¿Por qué no aprovechar la oportunidad que ofrece la votación del próximo 17 de agosto para empezar a consolidar la mayoría parlamentaria plurinacional que es la única vía política posible para reeditar el gobierno y darle estabilidad, eligiendo para la Presidencia del Congreso a una persona de otro partido y que reúna el consenso de las diferentes fuerzas que conforman esa mayoría?», preguntaba uno de los dirigentes de Podemos, Pablo Echenique, en un artículo en CanalRedTV, donde lanzaba duras críticas contra Batet y su actuación en la pasada legislatura.

Enrique Santiago, secretario general del PCE y miembro de Sumar, indicó, sobre la propuesta del exportavoz de la formación morada, que «no hay ninguna posibilidad que esté descartada». La de Echenique o la de otra persona, señaló, «son propuestas que se tienen en cuenta y habrá que discutirlas colectivamente», al estar «construyendo una alianza extensa y amplia». El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, manifestó estar de acuerdo con que la Presidencia del Congreso recayese en otro «partido progresista».

Las negociaciones entre el PSOE, que quiere mantener la Presidencia de la Cámara, y los independentistas en relación con la constitución de la Mesa empezaron hace días. Este mismo lunes la número dos de ERC en el Congreso, Teresa Jordà, desvelaba contactos con los socialistas para que el independentismo entrara en la Mesa.

En una entrevista en El Periódico, la portavoz republicana, ante la pregunta de quién debía tener la Presidencia del Congreso, respondió que había dos posibilidades, o que lo hiciera el PP o el PSOE, y señaló: «Es obvio que para empezar a hablar necesitamos una mesa del Congreso presidida por este supuesto progresismo», en alusión a los socialistas. Y apuntó que «posiblemente habrá una silla» para el independentismo o el PNV: «Eso está abierto y forma parte de las negociaciones», reveló Jordà.

Con ERC, que se muestra partidario de que el independentismo actúe bajo una estrategia conjunta, avanzan las negociaciones, pero no así con Junts, del que Sánchez necesita su apoyo explícito para ser investido y no su abstención. Al menos es lo que se desprende del mensaje que lanzó su secretario general, Jordi Turull, ante las declaraciones del portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, que afirmaban que las negociaciones de investidura avanzan «de forma positiva»: «Primera noticia, al menos por lo que respecta a Junts».

Cómo se elige y qué funciones tiene

Batet, que anteriormente ocupaba el puesto al frente del Ministerio de Política Territorial, llegó al cargo en mayo de 2019, con el apoyo de 175 'síes', los del PSOE, Podemos, el PNV, Compromís, Coalición Canaria y el PRC. Fueron necesarias dos votaciones. Según dicta el reglamento de la Cámara Baja, para ser elegido presidente, se necesita obtener mayoría absoluta (176) en la primera votación; en caso de no lograrse, se produciría una segunda votación entre los dos candidatos con más votos en la primera en la que sí bastaría con una mayoría simple.

Según el artículo del citado reglamento, la Presidencia del Congreso, que «se configura como una institución imparcial más allá de la confrontación partidista», ostenta la representación del Congreso, dirige los debates parlamentarios, mantiene el orden en ellos, hace cumplir el reglamento. Asimismo, entre otras cosas preside las sesiones conjuntas de las dos Cámaras, recibe del Rey la propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno, refrenda los actos del Rey relativos a la propuesta y nombramiento de este, y disuelve las Cortes cuando ningún candidato obtiene la confianza del Congreso en la investidura.