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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en una foto de archivoEFE / David Borrat

El pago de Sánchez

La hoja de ruta de ERC: primero pedirá la amnistía y después el referéndum

Los independentistas creen que Sánchez y Díaz ya han asumido que deberán «desjudicializar» el procés para reeditar un Gobierno de coalición: «El PSOE ha demostrado tener un estómago de acero, y especialmente Pedro Sánchez»

En las filas de Esquerra Republicana de Cataluña se muestran felices, aunque no por ello conformes. El resultado electoral del pasado 23 de julio sitúa al independentismo catalán como un agente imprescindible para que pueda reeditarse un Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar, la formación heredera de Podemos. Los republicanos saben que, una vez que la constitución de un Ejecutivo encabezado por el 'popular' Alberto Núñez Feijóo se muestra prácticamente imposible, cuentan con una oportunidad de oro que, si bien es improbable que culmine con su soñada independencia, sí los acerca un poco más hacia su objetivo.

Desde ERC ya asumen que tanto Pedro Sánchez como Yolanda Díaz deberán pagar su apoyo en forma de amnistía, que será lo primero que exijan durante estas semanas en las que las conversaciones entre los partidos podrán transcurrir más sosegadas una vez confirmado que Feijóo se presentará dentro de poco más de un mes a una investidura con pocos visos de prosperar. Una vez consumado el requisito de la amnistía tocará hablar de referéndum de autodeterminación para darle el definitivo 'sí' a Sánchez.

Esta es la hoja de ruta que seguirá el partido del presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, según ha señalado el senador de los republicanos Joan Queralt en una entrevista en el medio afín El Nacional, publicada este jueves, en la que asegura que «la autodeterminación y el referéndum no se pueden empezar hasta que no se haya cerrado lo de la amnistía». Una amnistía sobre la que ya dan casi por hecho que Sumar y PSOE se plegarán a sus exigencias, ya que ambas formaciones se han comprometido a ello –con eufemismos– para la conformación de la Mesa de la Cámara Baja.

«En uno de los documentos que se firmó con ERC se utilizó el término de la desjudicialización por todas las vías legales. La condición para que ERC aceptara la Mesa del Congreso que proponían el PSOE y Sumar era la amnistía. El PSOE y Sumar ya han entrado en este marco, ya han dado este paso. Ahora, si se desdicen...», responde el senador y profesor de Derecho cuando se le pregunta si la amnistía es una línea roja para investir al presidente del Gobierno en funciones.

Cada uno se tiene que tragar sus sapos y se los cocina como quiereJoan QueraltSenador de ERC

Cuestionado sobre el hecho de que la palabra «amnistía» no aparezca con esta literalidad en esos escritos, Queralt le resta importancia: «Cada uno se tiene que tragar sus sapos y se los cocina como quiere. Si ellos no quieren utilizar la palabra amnistía y prefieren decir otro término que tiene los mismos efectos que una amnistía es exactamente igual. Las cosas son las que son, no el nombre que tienen. En política hay toda una gama de matices para llegar a un mismo lugar. Nosotros queremos hacerlo y parece que el PSOE y Sumar también».

Joan Queralt, en un acto de campaña de ERC, el pasado julioLorena Sopêna / Europa Press

En la entrevista, el dirigente secesionista también insta a la plataforma de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo a apretarle las tuercas a los socialistas para sellar el fin de las responsabilidades penales del proceso independentista. «Sumar ha tomado una posición peculiar, como de mediadores del PSOE con ERC. Y este no es su trabajo, solo tienen que decir que sí a la amnistía. En lugar de hacer de intermediarios tienen que ir al PSOE y exigirles la amnistía, utilicen el sinónimo que utilicen», instaba el senador.

Dicho y hecho

Desde Sumar parece que se han dado por aludidos. El lunes, el portavoz de la coalición de Díaz, Ernest Urtasun, pedía no ser «prisioneros de lo que es la palabra amnistía» en cuanto a la «desjudicialización» del procés, pero este jueves ya la pronunciaba con sus ocho letras y le pasaba la pelota al presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, asegurando que la amnistía «tiene encaje constitucional». Urtasun precisaba que esta figura «no se trata de un indulto generalizado», sino que busca «superar los efectos penales de un conflicto político para devolverlo a la política y que sea la política la que pueda gestionarlo».

O dicho de otro modo, en palabras de Queralt: «Hay que entender que no es un perdón, como sería un indulto, sino que supone borrar el delito y la pena. Eso significa que los antecedentes penales también desaparecen». El senador cree que el perfil del presidente en funciones y del actual PSOE ofrecen una coyuntura idónea para que se apruebe una ley de amnistía, tenga el nombre que tenga: «El PSOE ha demostrado tener un estómago de acero, y especialmente Pedro Sánchez».

Los independentistas de izquierdas creen que después de la amnistía ya se podrá hablar de ese anhelado referéndum pactado para poder alcanzar la independencia. «No puedes ir a un diálogo político habiendo gente inhabilitada, condenada, en el exilio o que tiene el patrimonio familiar y personal en peligro por el Tribunal de Cuentas. Eso contribuye, además, a ir poniendo bloques sólidos y bien construidos al diálogo. Todo puede parecer más lento, pero nos lleva finalmente a nuestro objetivo, que es la autodeterminación», avanzaba Queralt.

Una exigencia que es la más difícil de cumplir, dado su difícil encaje legal, y sobre la que Sánchez tendrá que hacer malabarismos para dar con una fórmula que pueda contentar a Esquerra y también a Junts, que tampoco se lo pondrá fácil y tratará de buscar un perfil propio durante las negociaciones a un año vista de unas elecciones autonómicas en Cataluña en las que ambas formaciones competirán entre sí a cara de perro para llevarse el gato al agua en el caladero de votos separatista.