Las palabras de Montero, Belarra, Díaz y Echenique que Rubiales llevará a los tribunales
El presidente de la RFEF anunció este viernes que se defendería ante la Justicia contra los ataques dirigidos desde «el falso feminismo»
La izquierda radical está aprovechando el polémico beso del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la jugadora de la selección Jenni Hermoso, el pasado domingo, tras ganar el Mundial femenino, para sacar pecho sobre las políticas «feministas» llevadas a cabo desde el ala podemita del Gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez, especialmente la ley del 'sólo sí es sí'. Y para ello, algunos de los principales dirigentes de Podemos y de Sumar han vertido ríos de tinta contra Rubiales, quien este viernes, al anunciar que no dimitía, ha avisado de que acudirá a la Justicia para denunciar esos ataques.
Durante su comparecencia, Rubiales se ha referido específicamente a «la señora Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra, el señor –Pablo– Echenique». «Se han referido a esta acción –el beso, o «pico», en sus palabras– con la palabra vejar, violencia sexual, sin consentimiento, agredir… ¡Por Dios! Qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente. ¡Qué pensarán! A estas personas que han dicho esto de mí, que me han acusado, que están tratando de asesinarme públicamente, les digo que me voy a defender. Y lo voy a hacer como cualquier español, ante la Justicia», ha advertido el responsable del organismo rector del fútbol en nuestro país.
Pero, ¿qué han dicho exactamente la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, la ministra de Igualdad, la secretaria general de Podemos y el ex portavoz parlamentario de los 'morados'? Muchas cosas, ninguna buena y que les podría conducir a ser condenados por delitos de injurias y calumnias.
Ha, nada menos que, vejado y agredido a una mujerLíder de Sumar
Díaz, por ejemplo, apuntaba el martes desde el Congreso de los Diputados que Rubiales había «nada menos, que vejado y agredido a una mujer». Poco después, en un mensaje en la red social X, añadía que «terminar con estos abusos es fundamental». Ese mismo día, agregaba en el mismo foro que Rubiales era «un jefe presionando a una trabajadora para que encubra el abuso que ha sufrido» y un día después pedía «que el machismo no quede impune».
Ante cualquier violencia sexual nuestra obligación es proteger a la víctima y acabar con la impunidad del agresorMinistra de Igualdad
Montero, por su parte, no solo ha hecho declaraciones o publicado tuits llamando agresor a Rubiales, sino que incluso se ha explayado en un artículo de casi 2.500 palabras sobre el supuesto carácter delictivo del beso del verano.
«Me parece más importante que identifiquemos ese beso no consentido como violencia sexual. Que nadie en nuestra sociedad dude de cómo llamarlo y que, ante cualquier tipo de violencia sexual que sospechemos o conozcamos, sepamos que nuestra responsabilidad es proteger a la víctima y garantizar sus derechos, sin culpabilizarla y aunque decida no denunciar, y combatir la impunidad del agresor», señalaba, en su primera tribuna en el medio que dirige su pareja, Pablo Iglesias.
Un Iglesias que este viernes –cuando todo el mundo pensaba que Rubiales iba a dimitir– se desmarcaba en una tribuna en Ctxt comparando esa dimisión con la muerte y linchamiento de Benito Mussolini. Rubiales, en este caso, no se refirió al exlíder de Podemos y exvicepresidente del Ejecutivo como aquellas personas a las que tratará de sentar en el banquillo de los acusados.
Lo de Luis Rubiales es violencia sexualLíder de Podemos
Belarra ha sido una de las más contundentes en sus mensajes contra Rubiales, precisamente cuando publicitaba la citada columna de Montero. La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 afirmaba el jueves en X que «lo que no se nombra no existe, y lo de Luis Rubiales es violencia sexual». El miércoles ya había apuntado a que el beso era «violencia contra las mujeres», una expresión que ya había utilizado la víspera en la red social anteriormente llamada Twitter cuando dejaba entrever que Rubiales podría haber cometido otros actos de esa índole.
«Si hacen eso con toda España mirando, qué no harán en privado. La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar», pedía la líder 'morada'.
Una presunta agresión sexualExportavoz de Podemos en el Congreso
Aunque, como suele ser habitual, quien se ha llevado el gato al agua en cuanto a proferir las acusaciones contra Rubiales de manera más nítida ha sido Echenique, quien se ha despachado a gusto en X hablando en diversos mansajes de que el beso constituía «una presunta agresión sexual». Asimismo, el jueves atacaba a algunos medios por su «apuntalamiento de la cultura de la violación», al no darle la misma importancia que él al acto de Rubiales. Todos ellos han pedido la dimisión del presidente de la RFEF tras la rueda de prensa, si bien con mensajes no tan comprometedores.