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El vicepresidente primero del Senado, Javier MarotoEFE

Patada hacia delante

El PP pospone la decisión sobre los grupos de Junts y el PNV en el Senado para no obstaculizar la ronda de Feijóo

Los populares delegan el entuerto en los letrados de la Cámara Alta, a los que han pedido un informe jurídico que aún no tienen. El candidato del PP hablará con Urkullu este martes

El PP ha pospuesto la decisión sobre si acepta o no que el PSOE ceda senadores a Junts y el PNV para que tengan grupo parlamentario propio en el Senado, repitiendo así lo que los socialistas hicieron en el Congreso. En la Cámara Baja no hubo impedimento porque la izquierda está en mayoría, pero en la Cámara Alta es el PP el que controla la Mesa.

El órgano de gobierno del Senado se reunía este martes, bajo la presidencia de Pedro Rollán. Se suponía que para constituir los grupos, pero tras el encuentro solo quedaron conformados tres: el popular, el socialista y el de Izquierdas por la independencia, formado por ERC y Bildu, que concurrieron juntos a las elecciones al Senado. Los demás quedaron en suspenso.

Con esta dilación, los populares pretenden que la decisión de la Mesa del Senado no interfiera en la ronda de contactos emprendida por Alberto Núñez Feijóo de cara a la investidura. Y, especialmente, en su cortejo al PNV. De hecho, el lendakari, Íñigo Urkullu, ha revelado que este mismo martes tiene previsto hablar por teléfono con el candidato del PP, a petición de este último. Aunque Urkullu ya le ha adelantado que él no es el interlocutor designado por su partido.

El PP ha argumentado que ha encargado un informe a los letrados de la Cámara y que éste aún no está listo. «Cuando esté elaborado se traerá a la Mesa siguiente. Queremos tener la certidumbre de un informe jurídico», según el vicepresidente primero del Senado, Javier Maroto. Así pues, los populares delegarán en los letrados una decisión que, al menos en el Congreso, ha sido enteramente política (el informe de los letrados allí, en la Cámara Baja, era tan aséptico que habría permitido una cosa y la contraria; ceder diputados o no).

Los socialistas pretenden hacer una doble pirueta, mayor que la del Congreso incluso. Puesto que, en el Senado, el PNV necesita que el PSOE le preste cinco parlamentarios y que uno de ellos se quede en el grupo vasco, en lugar de volver a las filas socialistas.

El reglamento de la Cámara Alta fija en diez senadores el mínimo exigido para formar grupo propio, y en seis para conservarlo durante el resto de la legislatura. El PNV tiene cinco, la mitad.

Junts per Catalunya tiene por sí mismo aún menos: tres senadores, por mucho que la investidura de Pedro Sánchez dependa de Carles Puigdemont. Aunque Coalición Canaria se ha unido a los independentistas catalanes para que hagan al menos cuatro.

Puestos a prestar, el PSOE también pretende prestar seis senadores a Sumar para que forme grupo propio. Pero, en este caso, ese conglomerado aún está pendiente de que el Parlamento de Navarra elija como senadora por designación autonómica a Uxue Barkos, de Geroa Bai.

«En el Senado no conocíamos un precedente como éste, donde cuatro formaciones políticas pueden constituir un grupo con seis senadores prestados», según Maroto. Quien, no obstante, ha aclarado que su partido no está «poniendo en cuestión» la práctica de prestar senadores, puesto que ellos mismos lo hicieron en el pasado. Sin ir más lejos, tras las elecciones de noviembre de 2019 el PP cedió un senador a Ciudadanos para que tuviera grupo propio.

En el Congreso, tanto Junts como ERC consiguieron este lunes grupo propio, gracias a la generosidad del PSOE y Sumar y a la mayoría de izquierdas en la Mesa. Sumar prestó a Esquerra dos diputados de En Comú, que serán de ida y vuelta: el de Tarragona, Félix Alonso, y la de Gerona, Jùlia Boada. Y el PSOE cedió cuatro al partido de Carles Puigdemont: los dos diputados de Gerona, Marc Lamuá y Blanca Cercas, y los de Tarragona, Andreu Martín y Valle Mellado.