Desviando la atención
La maniobra de distracción del PSOE y Sumar: cómo usar a Aznar para tapar cuatro polémicas a la vez
Los socios evitan hablar de la amnistía, la rebaja de la condena a un miembro de La Manada, el enfrentamiento en el grupo de Yolanda Díaz y el caos para implantar las otras lenguas en el Congreso
El PSOE y Sumar están utilizando a José María Aznar y su «¡basta ya!» para silenciar, o intentarlo al menos, las cuatro polémicas en las que la izquierda se encuentra embarrada en este inicio de curso. La principal es la contestación creciente, política pero sobre todo social, a la amnistía que Pedro Sánchez negocia con el independentismo. Pero no solo.
También lo es, en segundo lugar, la reacción -o falta de ella- de la ministra de Igualdad y su núcleo duro a la rebaja de condena a uno de los miembros de La Manada, el caso que está en la génesis de la ley del 'solo sí es sí'. Lo es, en tercer lugar, el primer enfrentamiento dentro del heterogéneo grupo parlamentario que dirige Yolanda Díaz, con Podemos exigiendo un ministerio en un hipotético Gobierno de coalición y otras formaciones protestando por el reparto de las portavocías. Y lo es, en cuarto lugar, el caos provocado por el PSOE en el Congreso en su empeño de que el euskera, el catalán y el gallego puedan utilizarse desde este mismo mes en todas las iniciativas parlamentarias, habladas o escritas.
La maniobra de distracción empezó el martes con una falsedad, la que cometió la portavoz del Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Cuando, a preguntas de una periodista de La Sexta, achacó al expresidente del Gobierno unas palabras que Aznar no había pronunciado en el Campus FAES horas antes. Éste no había hablado en ningún momento de una «rebelión nacional», sino de una «energía cívica» que había que activar para «impedir que este proyecto de deconstrucción constitucional se consume», en alusión a la amnistía.
Isabel Rodríguez escenificó una indignación que le sirvió para desviar la atención sobre la que había sido la otra polémica del martes por la mañana: el beneficio penal para uno de los condenados de La Manada, en aplicación de la ley del 'solo sí es sí'. La portavoz del Gobierno despachó el asunto en 50 segundos, que dedicó a destacar que fue una norma que aprobó «nuestro país» y que el Parlamento ya corrigió sus «efectos no deseados». Sin entrar a valorar la reacción a la defensiva de Irene Montero, una vez más, ni si debiese dimitir.
Desde entonces, numerosos dirigentes del PSOE y de Sumar se han focalizado en responder a Aznar. Empezando por las tres vicepresidentas en funciones, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. Calviño, la cabeza visible del Gobierno estos días en ausencia de Sánchez -de baja por coronavirus- acusó al expresidente de crear alarma sobre una «situación de excepcionalidad que no se corresponde con la realidad».
Yolanda Díaz, gran beneficiada
A la líder de Sumar le ha venido especialmente bien la polémica sobre el supuesto «llamamiento golpista» de Aznar. Sobre todo, para no responder de sus problemas internos. Este miércoles, a Díaz le tocaba presidir una reunión de su grupo parlamentaria en un ambiente muy tenso, después de que Podemos, IU y otras formaciones que lo integran mostraran su malestar por haber quedado fuera del reparto de las portavocías. En lugar de poner paños calientes, la también ministra de Trabajo dedicó el grueso de su intervención a hablar de Aznar y de Alberto Núñez Feijóo.
La batalla interna en Sumar continuó este jueves por la mañana. El portavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, pidió desde la sala de prensa del Congreso un ministerio para su partido. Cuando, de momento, ni siquiera es el turno de Pedro Sánchez como candidato a la investidura. Acto seguido, y uno detrás de otros, los portavoces de Compromís, los Comunes y Chunta Aragonesista, que también pertenecen al grupo de Sumar, afearon a Podemos su actitud. «Es absolutamente aventurado hablar de ministerios. Los nombres vendrán después, ahora es mucho más importantes centrarnos en el pacto con el PSOE», recriminó a los morados Aina Vidal, de los Comunes.
El PSOE también se ha servido de Aznar para barrer bajo la alfombra un informe de los letrados del Congreso conocido este miércoles. En él, los expertos advierten a Francina Armengol del descontrol que supondrá la aplicación del uso de las otras lenguas a toda la actividad parlamentaria a matacaballo. Las prisas tienen que ver con que ésta fue una cesión de Sánchez a los independentistas para que votaran a Armengol como presidenta de la Cámara.
«Resulta de muy difícil, si no imposible aplicación en sus términos, al menos de forma inmediata o a corto plazo», señalan en el documento, publicado por EFE. «La reforma planteada afecta de manera integral a todos los procedimientos, así como a todos los plazos reglamentarios, y por ende, al entero funcionamiento de la Cámara», añaden.
Este jueves, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, anunció que su grupo ha enviado un escrito de reconsideración a la presidenta Armengol para que atienda las advertencias de los letrados y frene. «Mal inicio, estamos ante el pago político a los apoyos que la presidenta Armengol recibió el pasado 17 de agosto», afirmó Gamarra.