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Personalidades del PSOE presente y pasado han criticado la amnistíaFoto: EFE / Edición: Paula Andrade

Preocupación en el PSOE

La marea contra la amnistía sube y enciende las alarmas en la Moncloa

El agua está alcanzando el despacho de Sánchez. Ya no son solo el PP y Vox. Tampoco es solo la vieja guardia del PSOE. Ni es solo Sociedad Civil Catalana. La contestación crece y crece

«Mejor que se calle». La sugerencia que ayer Patxi López se permitió hacerle a José María Aznar es un síntoma de lo que se vive intramuros del PSOE. En realidad, esconde la incomodidad y la tensión que empiezan a sentir los socialistas con la contestación que está recibiendo la amnistía. Una reacción creciente, procedente de todas las direcciones, que ha encendido las alarmas en la Moncloa.

Ya no son solo el PP y Vox. Tampoco es solo la vieja guarda del PSOE, que desprecian tanto en Ferraz como en la Moncloa. Ni es solo Sociedad Civil Catalana. La marea de la indignación ciudadana no deja de subir después de que toda España viera a la vicepresidenta segunda del Gobierno confraternizar con un prófugo de la Justicia. Después de que toda España escuchara a destacados dirigentes socialistas defender la pertinencia de la amnistía con el mismo ardor con el que hasta hace poco defendían que no tenía cabida en la Constitución.

Yolanda Díaz y Carles Puigdemont, la semana pasada en BruselasEFE

«No nos tomen el pelo, por favor. No existe ningún 'mandato democrático' que autorice al PSOE a promover una amnistía, porque esa medida no figuraba en su programa electoral. La reciente victoria socialista en Cataluña no significa que sus votantes le hayamos dado carta blanca al PSC-PSOE», escribió este miércoles Javier Cercas en El País.

Su artículo cayó como una bomba en los despachos socialistas. Porque quien lo firmaba era uno de los suyos, actuando como periscopio de los votantes del PSOE. Un escritor que, tres días antes de las elecciones del 23 de julio, dio un paso al frente por Sánchez en otro artículo titulado Por qué pienso votar a Pedro Sánchez. Y que ahora le pide que, entre el «presente del poder» y el «futuro de la democracia» elija bien; que elija lo segundo.

El PSC se ha borrado de la manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana

Este miércoles se produjo otro movimiento sintomático en Cataluña. El PSC anunció que no acudirá a la manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana el 8 de octubre en Barcelona, en contra de la amnistía y la autodeterminación. No solo eso, sino que además criticó la convocatoria por dividir: «Cataluña votó convivencia», señalaron fuentes del PSC a la agencia catalana ACN. Durante el procés, los socialistas catalanes participaron en todas las convocatorias de SCC. En la del 8 de octubre de 2017, que reunió a un millón de personas, estuvo su hoy líder, Salvador Illa. También Josep Borrell.

La reacción iracunda que el martes tuvo la portavoz del Gobierno contra Aznar, después de que éste animara a la ciudadanía a decir de nuevo «¡basta ya!», se multiplicó al día siguiente. Máxime después de que, a primera hora de la mañana, Cuca Gamarra anunciara un acto en Madrid contra la amnistía, que finalmente será el 24 de septiembre en la plaza de España. Es decir, en vísperas de la investidura de Alberto Núñez Feijóo.

Yolanda Díaz llamó «aprendiz de Trump» al líder de los populares y cargó contra el PP y Vox: «El único plan que tienen es la desestabilización social, pero también tumbar a un Gobierno que todavía no ha nacido», señaló, ella que el martes rechazó reunirse con Feijóo y mandó a su portavoz en el Congreso en su lugar.

La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, culpó a Aznar de «generar odio». La ministra Ione Belarra, de marcar «un camino abiertamente antidemocrático». Y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, afeó a Feijóo que siga a pies juntillas las órdenes de Aznar, porque él no tiene «liderazgo ni rumbo». También se unió a la fiesta Oriol Junqueras. El líder de ERC denunció que Aznar está «promoviendo un nuevo golpe de Estado, en el centenario del de Primo de Rivera».

Los socialistas emplearon parte de este miércoles en difundir por sus canales habituales que el acto que preparan los populares es un «paso en falso» de Feijóo del que se arrepentirá. Como se arrepintió -según ellos- Pablo Casado de la foto de Colón de febrero de 2019, junto a Santiago Abascal y Albert Rivera. En junio de 2021, el PP, Vox y Cs secundaron otra manifestación en Madrid contra los indultos a los cabecillas del 1 de octubre, pero en aquella ocasión no hubo foto conjunta.

La gran cita de los críticos del PSOE

En medio del río revuelto, el miércoles de la próxima semana los críticos del PSOE con la amnistía se darán cita en el Ateneo de Madrid, con motivo de la presentación del nuevo libro de Alfonso Guerra. Esa foto sí será poderosa, puesto que por primera en décadas él y Felipe González compartirán escenario, aparcando sus diferencias y unidos por una preocupación común: «El edificio de la convivencia se está poniendo en riesgo, como si hubiera termitas en la madera», como advirtió el expresidente la semana pasada en una entrevista en Onda Cero.

La voz de la disidencia en el PSOE se escuchará, precisamente, en el lugar donde el propio Pedro Sánchez inauguró el curso político el pasado 4 de septiembre, delante de la plana mayor de su Gobierno y justo el día en que su socia viajó a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont. «Tengo confianza plena en que el acuerdo se puede, se debe y se va a alcanzar. Confío en que España contará pronto con un nuevo Gobierno progresista», aseguró el presidente ese día en el Ateneo. Aunque, desde el pasado lunes, los socialistas han empezado a atemperar su aparente optimismo.

La dirección socialista ha ignorado, y hasta despreciado, las advertencias de Guerra, González, Joaquín Almunia, Jordi Sevilla, Ramón Jáuregui, Jesús Eguiguren, Paco Vázquez, Tomás Gómez, Javier Lambán y Emiliano Garcia-Page, entre otros. Pero no ocultan que les resultan tan incómodas como un zumbido. Ya no digamos las mociones que el PP está presentando en todos los ayuntamientos y parlamentos regionales para que los socialistas tengan que retratarse hasta en el último rincón de España.

Los llamamientos de unos, además, contrastan con los silencios elocuentes de otros. Como los de Carmen Calvo y Meritxell Batet, dos de las socialistas que en octubre de 2017 diseñaron la aplicación del 155 en Cataluña junto al Gobierno del PP. La segunda, expresidenta del Congreso, incluso dejó la política por sorpresa la semana pasada y sin mediar explicación.

La marea de la indignación está alcanzando el despacho de Pedro Sánchez.