Carmen Calvo se muerde la lengua: la socialista que diseñó el 155 con el PP calla sobre la amnistía

La exvicepresidenta Carmen Calvo mantiene estos días un calculado silencio sobre la amnistía que, sin embargo, está siendo tan elocuente como atronador. Además, tratándose de una doctora en Derecho Constitucional como lo es ella, su opinión sobre si tiene o no cabida en la Carta Magna sería más informada.

Sin embargo, la ahora diputada no ha dicho una sola palabra al respecto, ella que el 27 de abril de 2021 afirmó en el Senado: «Cuando usted habla de que planteemos la amnistía, la única respuesta posible es que eso no es planteable en un Estado constitucional democrático, porque sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado, que es el Judicial». Curiosamente, ese pleno lo presidía la entonces presidenta del Senado y hoy ministra de Justicia, Pilar Llop, que es otra de las que ahora callan.

El caso de Calvo es especialmente llamativo, puesto que fue quien cerró con el Gobierno de Mariano Rajoy los términos de la aplicación del artículo 155 en Cataluña, que el PSOE apoyó. En concreto, Calvo y la entonces vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se reunieron en varias ocasiones en octubre de 2017 y tuvieron un papel protagonista en el diseño de la suspensión de la autonomía catalana.

Otra curiosidad: en esa negociación Calvo estuvo acompañada por la entonces diputada del PSC y después presidenta del Congreso Meritxell Batet. Que, ahora, tampoco quiere hablar. De hecho, la semana pasada Batet renunció extrañamente a su escaño, tres semanas después de tomar posesión del mismo y sin dar explicaciones. Limitándose, solo, a expresar su «orgullo» por haber servido a un «proyecto colectivo que busca, por encima de todo, mejorar la vida de las personas y transformar la sociedad».

Unos meses después del 155, al poco de ser designada vicepresidenta primera por Pedro Sánchez, Calvo alabó aquella decisión límite, en la que populares y socialistas fueron de la mano: «El objetivo del 155 era reponer la constitucionalidad quebrada en Cataluña. Nadie podía pensar que con el 155 iba a desaparecer el proyecto independentista. Nadie pensó que con un mecanismo constitucional se altera el comportamiento electoral de una sociedad instalada en la ruptura. Se trató de reponer la Constitución. Y funcionó», declaró en una entrevista en El Mundo en julio de 2018.

La ahora diputada rasa del PSOE no ha salido a la palestra para opinar sobre la amnistía. Puesto que esta temporada ya no participa en una tertulia semanal en la SER con Pablo Iglesias y José Manuel García Margallo (como hacía la pasada), no se ha visto en la obligación.

En sus redes sociales tampoco hay la más mínima alusión al asunto. Y la última vez que se ha prodigado en público ha sido en el Congreso del Bienestar y la Vida Buena que organizó la SER el pasado fin de semana en Tudela, Navarra. Allí, la exvicepresidenta debatió sobre Políticas del bienestar, nada que ver con la amnistía. Y no lo hizo con un político, sino con un músico, Santiago Auserón. El 4 de septiembre había estado en la reunión de la Interparlamentaria del PSOE de Andalucía, pero tampoco habló.

La amnistía que Sánchez está dispuesto a conceder al independentismo a cambio de su investidura está retratando a muchos socialistas que, en el pasado, proclamaron a los cuatro vientos su inconstitucionalidad. Empezando por el propio Pedro Sánchez y siguiendo por el actual secretario general del PSC, Salvador Illa, y el anterior, Miquel Iceta.

También al actual ministro del Interior y exjuez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, que en noviembre de 2019 afirmaba categórico: «La amnistía no está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico (…). Ley y diálogo». Tanto él como las dos ministras juezas, Margarita Robles y Pilar Llop, se han puesto de perfil.