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Feijóo y García-Page

No cambia nada

Page rompe el cordón sanitario del PSOE a Feijóo, pero sus ocho diputados no harán nada

El presidente castellano-manchego ha sido el único socialista en atender la llamada del líder del PP, dentro de sus contactos para la investidura. Es muy crítico con la amnistía, pero hasta ahí

Emiliano García-Page fue el único presidente regional del PSOE que el miércoles escuchó de viva voz a Felipe González abogar por un entendimiento entre socialistas y populares. Porque fue, de hecho, el único presidente regional del PSOE que estuvo allí, en la presentación del libro de Alfonso Guerra.

No se vio a García-Page tomar nota de lo que el expresidente y el exvicepresidente dijeron en el Ateneo de Madrid, pero un día después puso en práctica el consejo de González. Al menos, en lo que a él respecta como presidente regional: el único del PSOE que obtuvo una mayoría absoluta en las urnas. Aunque su resultado electoral no debió de ser muy del agrado de Pedro Sánchez, que se tomó su tiempo para felicitarle. Cuentan que Sánchez ya le tenía preparada la mortaja política si conseguía su reelección.

El castellano-manchego ha roto el cordón sanitario que el PSOE, Sumar y sus socios han puesto a Feijóo con un simple gesto: el de ponerse al teléfono cuando el líder del PP le telefoneó este jueves. Algo que no hicieron ni el asturiano Adrián Barbón, ni la navarra María Chivite, ni tampoco el catalán Pere Aragonès. Aunque este último no es socialista, sino de ERC.

Barbón respondió a Feijóo cuando lo intentó que no contara con él para buscar «un titular exótico». Y Chivite le trasladó que con las «descalificaciones» que había vertido el PP contra su Gobierno -sostenido por Bildu- no había nada de qué hablar. Al menos Íñigo Urkullu tuvo la deferencia de responder a la llamada del candidato a la investidura el 30 de agosto, aunque fuera para decirle que para todo lo relacionado con la investidura se dirigiera a las ventanillas de Andoni Ortuzar y Aitor Esteban.

Ese cordón sanitario se ha convertido en estructural en la política española, constante. Hasta el punto de hacer pasar por normal que la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder del cuarto partido del arco parlamentario, Yolanda Díaz rechace reunirse con el candidato a la investidura y envíe a su portavoz parlamentaria, Marta Lois. Este mismo jueves, el PSOE, Sumar y todos los nacionalistas e independentistas aprovecharon el pleno de aprobación de la reforma del pinganillo para regodearse en lo solo que está Feijóo, con la única compañía de la «extrema derecha» y no siempre –dicen–.

Durante la conversación, Feijóo y García-Page hablaron de temas regionales, como el agua, la política agraria y las infraestructuras. Pero también de «la situación política actual y la gobernabilidad de España», en palabra de los populares. Es decir, de la amnistía y la investidura.

Crítico, pero no tanto

Ahora bien. Aunque el barón castellano-manchego es muy crítico con las cesiones del presidente del Gobierno en funciones al independentismo, sus ocho diputados jamás votarán a Feijóo, ni en contra de Sánchez. Ni uno solo de ellos. García-Page lo ha asegurado cada vez que se lo han preguntado -la última vez, tras el acto de González y Guerra- y lo han afirmado también los propios interesados.

El Debate publicó a finales de agosto los perfiles de esos ocho diputados, cuando Feijóo recibió del Rey el encargo de intentar la investidura. Como le faltaban –y le siguen faltando– cuatro votos, empezaron a circular las especulaciones sobre los diputados del PSOE de Castilla-La Mancha.

Encabeza la delegación la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, diputada por Ciudad Real. Le debe todo a Sánchez. Está también la exalcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, enfrentada a García-Page. De hecho, si entró en las listas fue gracias a la intervención de Ferraz. Si no, se habría quedado fuera.

También es diputado el hombre de confianza de García-Page y secretario de Organización del PSOE regional, Sergio Gutiérrez. Éste lleva semanas recriminando al PP que su concepto de democracia sea «buscar tránsfugas». Y los exalcaldes de Albacete y Guadalajara, Emilio Sáez y Alberto Rojo, respectivamente. Ambos perdieron el bastón de mando en las últimas elecciones municipales.

Con sus 33 años, Isabel Belén Iniesta es la más joven de la delegación de socialismo castellano-manchego en el Congreso, en el que se estrena como diputada por Albacete. En el otro extremo está Luis Carlos Sahuquillo, el más veterano, diputado por Cuenca desde 2008. Y, por último, Gonzalo Redondo, el número dos de la ministra Isabel Rodríguez en la candidatura por Ciudad Real. Debutante.

Y todos ellos seguirán manteniendo prietas las filas.