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La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, durante la entrevista con El Debate

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, durante la entrevista con El DebatePaula Argüelles

Entrevista

Cuca Gamarra: «Debemos rebelarnos. No tenemos por qué arrodillarnos ante los independentistas»

La secretaria general del PP recibe a El Debate en vísperas de la investidura de Feijóo y en un momento de ebullición política. Cree que los españoles aún pueden impedir la amnistía

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, llama a la ciudadanía a rebelarse contra la amnistía para impedir que ésta se consume. Y vaticina que, si finalmente hubiera repetición electoral, el PP obtendría una mayoría más amplia. «48 millones de españoles están viendo que Feijóo está dispuesto a defender, incluso al precio de no gobernar, su principio fundamental de igualdad entre todos los españoles», afirma.

¿Qué pretende demostrar el PP con el acto de este domingo?

–Que la sociedad pueda conocer en primera persona, en un acto abierto, cuál es la propuesta que Alberto Núñez Feijóo tiene para los españoles, y que será la misma que presentará en el debate de investidura, defendiendo la igualdad entre todos. Será una manera de reivindicar que hay otra política posible y que no tenemos por qué aceptar ni chantajes de los independentistas ni arrodillarnos ante ellos.

El jueves Feijóo habló con el presidente de Castilla-La Mancha, que es el único socialista que le ha cogido el teléfono. ¿Qué pretendía el PP con esta llamada?, ¿está buscando tránsfugas, como dicen en la izquierda?

–Está claro que cuando el PSOE, o Pedro Sánchez y sus dirigentes mejor dicho, hacen esa reflexión confían bastante poco en sus diputados. Debe de ser que tienen un problema serio interno para que la gente acepte lo que está planteando Sánchez, cesión tras cesión única y exclusivamente para mantenerse en el poder.

Es una ronda de contactos de lo más normal y natural en política. En la buena política, no en lo que estamos viviendo. Lo que pasa es que en España nos hemos acostumbrado a que Sánchez solo hable con los independentistas para hacer cesiones. Esta ronda de contactos muestra otra manera de entender la política, y el PP no solo no renuncia a ella, sino que la defiende. Es una política entendida desde la necesidad de que todos los españoles formemos parte de un proyecto de país.

Cuca Gamarra, durante la entrevista

Cuca Gamarra, durante la entrevistaPaula Argüelles

En esa ronda de contactos sí ha estado el PNV. ¿Cree que el acabarán arrepintiéndose de la decisión que está tomando?

–No tengo ninguna duda, porque la mejor decisión que podría tomar el PNV si pensara en qué es lo mejor para el País Vasco sería apoyar Feijóo en esta investidura. Y se arrepentirán porque no están pensando en eso.

Allí gobiernan con el PSE y tienen elecciones el año que viene…

–Sí, pero entonces no están pensando en qué es lo mejor para el País Vasco y qué es lo mejor para que a los vascos les vaya bien en el futuro, sino en intereses políticos cortoplacistas. Al final eso siempre pasa factura. Cuando más ha crecido el País Vasco económicamente ha sido cuando ha gobernado el PP. Eso es algo evidente. Sánchez no ha cumplido los compromisos que ha asumido con ellos en estos cuatro año y las infraestructuras se han ralentizado, así que mal negocio hacen. Otra cosa es que les interese políticamente.

El PNV se arrepentirá de no apoyar a Feijóo. Están pensando en intereses cortoplacistas

¿Qué sacó en claro Feijóo de las conversaciones preliminares con Junts?

–Mire, una cosa es que haya habido contactos informales, o que alguien haya mandado algún mensaje. Pero creo que lo más importante es que en el momento en que Puigdemont puso cuáles eran las condiciones para apoyar una investidura Feijóo fue tajante y rotundo en una frase: «No perdamos el tiempo». Podrá tardar más Feijóo en ser presidente del Gobierno de todos los españoles, pero no va a renunciar a sus principios, ni va a entregar la igualdad entre todos los españoles, ni va a entregar el Estado de Derecho a través de la amnistía. Ni va a asumir que estuvo bien lo que promovieron en Cataluña en 2017 aquellos que hoy son prófugos de la Justicia, y que quienes actuamos mal fuimos el resto de la sociedad.

Después de la investidura de Feijóo, que salvo sorpresa será fallida, ¿qué tipo de oposición va a hacer el PP? Hay quien habla de que es necesario un rearme ideológico.

–En el 2023 se ha producido un gran cambio político en España. Lo han llevado a cabo los españoles con el voto. Hoy el PP está en el gobierno de 12 comunidades autónomas, más las dos ciudades autónomas. Y hemos ganado las elecciones generales. Tenemos una mayoría absoluta en el Senado y somos la primera fuerza política en el Congreso. Intentar, como pretende Sánchez, que con este mapa político el PP no gobierne, lleva a España a una situación de bloqueo.

Es ingobernable otra opción política que no sea la de que el PP este al frente del Gobierno de España. Yo no digo que no pueda llegar a la Presidencia del Gobierno. Podrá llegar al poder, pero no podrá gobernar. Si eso ocurre, nosotros seguiremos defendiendo nuestros principios, nuestro proyecto político, nuestro programa electoral. Porque nosotros sí creemos en nuestro programa, no como Sánchez. Y daremos esa batalla en todos los frentes.

¿Me está hablando de una legislatura corta?

–Con las mayorías que hay en la Cámara y, sobre todo, con la configuración política que tiene hoy España tras las municipales y autonómicas, intentar que las políticas sean las del PSOE es francamente difícil. Cuando no imposible.

¿Está tocado, cuestionado, el liderazgo de Feijóo? Ya se empieza a especular con cambios en la dirección del partido.

–Con Feijóo, el PP ha conseguido el mejor resultado de su historia en términos territoriales. Y es el único candidato que ha ganado las elecciones la primera vez que se ha presentado, con 137 escaños, casi 50 más que en 2019. Es cierto que nos habíamos marcado un objetivo mayor y el alcanzar el Gobierno, pero nadie puede cuestionar que el resultado no solo ha sido bueno, sino que nadie lo ha conseguido nunca. Y todo esto en menos de un año y medio. Haber logrado lo que ha logrado, creo que no solo nadie lo puede cuestionar, sino que no hay nadie que lo pueda igualar.

Cuca Gamarra atiende a El Debate en la sede del PP

Cuca Gamarra atiende a El Debate en la sede del PPPaula Argüelles

¿Han descifrado en estos dos meses qué pasó, por qué las encuestas fallaron tanto?

–En primer lugar, no detectaron lo que estaba sucediendo, y a todos nos llevaron a sobredimensionar el resultado electoral que podría tener el PP. Por otro lado, sin duda alguna el adelanto electoral, haciéndolo coincidir con la conformación y la configuración de gobiernos autonómicos y locales, tuvo un efecto. Y también ciertos mensajes que pudieron generar un miedo en la sociedad española.

¿Está hablando de Vox sin mencionarlo?

–No me refiero a Vox, pero sí a que se pudo generar una inquietud y que al final eso tuvo un impacto.

La «nueva etapa de entendimiento» que según Santiago Abascal ha empezado entre el PP y Vox, ¿empieza y acaba con la investidura o durante esta legislatura veremos más consonancia entre ambas formaciones?

–No, yo creo que es una relación que no empieza y termina en la investidura. Es la realidad política que tenemos y, por tanto, también la responsabilidad de dar estabilidad a gobiernos autonómicos y locales. Y también en las cosas en las que podamos coincidir, porque evidentemente somos dos partidos distintos y tendremos en algunas cuestiones posturas diferentes, pero hay cuestiones que seguro que nos unen y que defenderemos juntos.

¿El PP está condenado a gobernar solo cuando hay graves crisis económicas en este país?

–Bueno, está claro que el PP es un partido que genera una confianza especial a los españoles. Cuando los españoles más problemas tienen saben que somos la solución. Es cierto que unas veces uno se plantea ‘hombre, también en los buenos tiempos podrían confiar en nosotros’. Pero cuando sabes que la gente cuanto peor está sabe que tú eres la solución, es una responsabilidad que hay que asumir.

¿Cuál es el plan que tiene el PP para Cataluña?

–Queremos resolver los problemas reales que tiene Cataluña, los de verdad. Solucionar que el crecimiento de Cataluña se haya paralizado. También, que todos los constitucionalistas tengan muy claro que no están huérfanos y que hay una opción política que les defiende, y ésa es el PP. Y sobre todo un proyecto común que es España, donde Cataluña es fundamental. Queremos defender esa igualdad entre todos los españoles y también entre catalanes. No hay catalanes de primera y catalanes de segunda en virtud de si eres independentista o no lo eres.

¿Qué papel debería tener el Rey si el presidente del Gobierno le lleva una ley de amnistía para sancionar?

–Yo creo que tenemos un fantástico jefe del Estado que siempre sabe estar a la altura de las circunstancias y que cumple con sus obligaciones en virtud de las obligaciones que le hemos dado entre todos los españoles. Con lo cual, siempre estará acertado y hará las cosas bien. Lo que debemos hacer entre todos los españoles, empezando por los socialistas que no comparten esta amnistía, es rebelarnos y hablar alto y claro. Antes de que eso se pueda materializar, creo que tenemos muchos instrumentos todos para intentar impedirlo. Y tenemos la responsabilidad, también cívica, de hacerlo. Porque hemos votado hace apenas dos meses y en ningún programa electoral, ni del PSOE, ni del PP, ni otras fuerzas políticas se contemplaba la amnistía. Si no la hemos votado, no puede formar parte de una investidura.

Tenemos un fantástico jefe del Estado. Siempre estará acertado y hará las cosas bien

¿Van a volver a prohibir el catalán, el euskera y el gallego en el Congreso si gobierno?

–Lo que hemos vivido esta semana en el Congreso es el primer pago del PSOE a los independentistas, que cobran al contado y por adelantado. Porque además ya les han engañado varias veces. Es una imposición, y el ejercicio del parlamentarismo no debe basarse en las imposiciones. Nosotros hemos planteado que se quedaran las cosas como estaban, con una utilización de la lengua oficial y con el respeto a las lenguas cooficiales, que podía utilizar cualquier diputado de una manera puntual con una auto traducción. Eso se llama respeto, pero aparte se llama libertad.

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