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Francina Armengol, con el auricular de traducción durante el primer pleno del Congreso de la XV LegislaturaEFE / Juan Carlos Hidalgo

Ni falar ni charrar: la modificación del reglamento del Congreso no permite hablar ni aragonés ni asturiano

Pese a ello, durante las dos sesiones destinadas a aprobar la reforma en la Cámara Baja, un diputado de Sumar ya habló sin problemas en aragonés y reivindicó que esa lengua había sido históricamente oprimida

Los diputados aragoneses y asturianos se quedarán sin poder charrar y falar en la Cámara Baja, al menos sobre el papel. El Boletín Oficial del Estado ha publicado este lunes la modificación del Reglamento del Congreso de los Diputados y en éste se confirma que tan solo podrá emplearse en las intervenciones parlamentarias aquellas lenguas que gozan de oficialidad en alguna comunidad autónoma.

Esto prohíbe implícitamente el uso de aquellas que no gozan de este estatus, tales como el asturiano –en todas sus variantes–, el aragonés, y otras aun más minoritarias, como el silbo gomero, el chapurreau o la fala extremeña, entre otras, según las seis modificaciones que se han realizado sobre el Reglamento, consultadas por este diario.

«Los Diputados y las Diputadas tendrán el derecho de usar en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria, incluidas las intervenciones orales y la presentación de escritos, cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficial en alguna Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía», reza el primer cambio, en el artículo 6.

El 60, por su parte, queda así: «El Congreso dispondrá de los medios personales y materiales necesarios para el desarrollo de sus funciones, especialmente de servicios técnicos, de documentación y de asesoramiento, así como de servicios de traducción e interpretación de todas las lenguas que tengan el carácter de oficial en alguna Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía».

«Los discursos se pronunciarán personalmente y de viva voz. El orador u oradora podrá hacer uso de la palabra desde la tribuna o el escaño. El orador u oradora podrá pronunciar su discurso en cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficial en alguna Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía», expone a su vez el 70 una vez modificado. Y así en los otros tres, en los que, básicamente, se incluye esa cooficialidad.

¿Qué hará Armengol?

El problema, a tenor de los visto en las dos sesiones en las que se tomó en consideración y aprobó la modificación del Reglamento es que, de facto, ya se han utilizado sin ningún tipo de cortapisas otras de las lenguas que no son cooficiales, sin que se llamara al orden por ello. Es el caso del diputado de Sumar, Jorge Pueyo, quien habló en aragonés, además para realizar un polémico y reivindicativo discurso.

«Es verdad que hemos tenido una represión lingüística (…). Nos han estado censurando y reprimiendo toda la vida. Yo no he podido estudiar en mi lengua y los aragoneses no tienen derechos lingüísticos plenos», apuntó Pueyo, de quien más tarde se sabría que había cobrado dinero público por hacer un programa en ese idioma.

En su día se apuntó a que los parlamentarios que decidan utilizar el aranés, el aragonés, el asturiano o cualquier otra lengua no cooficial podrían emplearlas, pero debían traducirse ellos mismos las intervenciones, si bien este punto no está incluido en la modificación del Reglamento del Congreso. Ahora la duda está en saber si la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, se saltará la propia norma recién modificada o no.