El Gobierno insiste en volver a debatir el uso del catalán en la UE pese al rechazo del resto de países
Albares anuncia que será punto del día en la próxima reunión de ministros pese al desconocimiento de algunos países
El Gobierno español mantiene su empeño de fomentar el catalán en Europa. El ministro Albares aseguró este jueves que su inclusión como lengua oficial de la UE estará nuevamente en el orden del día del próximo Consejo de Asuntos Generales del mes de octubre pese a que sufrió ya el rechazo de los Estados miembros en la última reunión.
El expresidente catalán Carles Puigdemont exigió a Sánchez que prosiguiera con su lucha por el catalán en Europa si quería su apoyo en una investidura y así lo ha cumplido el Gobierno español. Pero mientras Albares anunciaba en Murcia que el debate se volvería a tratar en la próxima reunión ministerial, fuentes diplomáticas le mostraban a este periódico su pleno desconocimiento.
Los Estados miembros basaron su rechazo a la inclusión del catalán, el euskera y el gallego en la precipitación de España para aprobar el tema –aunque entendían de sobra las razones– y en el posible efecto contagio que se podría producir con el resto de lenguas minoritarias de la UE. Hay cerca de 80 idiomas regionales que podrían reclamar los mismos derechos.
Según Albares, lo que intentará España en la próxima reunión será «dar respuesta a las preguntas» que plantearon el resto de países, ya que ninguno de ellos vetó la propuesta planteada por el Gobierno. No se vetó pero tampoco se mostró interés, ya que, según el propio ministro, «ningún Estado ha tomado la palabra para señalar ningún aspecto que le inquiete».
La lectura que hace el Gobierno, sin embargo, del silencio europeo no es que haya desinterés, sino que existe un espíritu constructivo y que «todos los países siguen dispuestos a trabajar y avanzar con España en ese camino». De ahí que utilice su propio discurso para sacar a relucir de nuevo el debate.
Según ha podido saber El Debate, el entorno de Puigdemont presiona desde Bruselas para que España no cese en su intento. Para ellos, igual que Sánchez tiene de plazo hasta noviembre para ser investido como presidente, tiene también hasta ese mes para que la UE dé luz verde a la inclusión del catalán como lengua oficial.
No les vale con el gesto que tuvo Albares con ellos después de que la primera propuesta saliera rechazada –o aplazada–en Bruselas. El ministro indicó que algunos Estados miembros habían mostrado recelos ante el hecho de incorporar tres lenguas nuevas de golpe, por lo que se priorizaría el catalán por encima del euskera y el gallego.
De momento, ese guiño no es suficiente para conseguir el «sí» a Sánchez de los siete diputados de Junts en el Congreso, porque, en su opinión, no es imposible que Europa apruebe el catalán como lengua. «Y lo que no es imposible, es posible».