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El aplazamiento va cargado de intención, y dará al PSOE más margen para iniciar su tramitación parlamentariaFoto: EFE / Edición: Paula Andrade

No hay marcha atrás

Sánchez gana tiempo hasta noviembre para tramitar la amnistía antes de la investidura

Que finalmente el PSOE haya descartado octubre está cargado de intención. Así tendrá más margen de maniobra para emprender el recorrido parlamentario de la proposición de ley que prepara

El de este jueves fue un pequeño paso para desentrañar el misterio, pero un gran paso para Pedro Sánchez. Aunque a regañadientes, el candidato a la investidura reconoció desde Granada por primera vez que el PSOE está «negociando» la amnistía con los grupos parlamentarios. Aunque siguió sin llamarla por su nombre.

Sí anunció que, cuando acabe la ronda de contactos que ha iniciado con los partidos representados en el Congreso, fijará «la posición del PSOE». Con ello dio otra patada al balón hasta finales de la próxima semana, como pronto. Cuando haya visto a todos los portavoces o presidentes de los grupos parlamentarios, menos a Santiago Abascal.

Patada tras patada, Sánchez ha pospuesto de facto la investidura hasta noviembre, aunque la presidenta del Congreso aún no haya fijado la fecha, en medio de las quejas de los populares. Ese aplazamiento va cargado de intención, puesto que dará al PSOE más margen para registrar e iniciar la tramitación de la amnistía en el Congreso antes de la previsible reelección del hoy presidente en funciones.

Eso no garantiza que vaya a estar aprobada y publicada en el BOE antes de la votación de la investidura. De hecho, será difícil: después de ser aprobada en el Congreso tendrá que pasar por el Senado, y allí el PP tiene mayoría absoluta. En la Cámara Alta, los populares pueden dilatar su tramitación 20 días, antes de devolver la iniciativa al Congreso. No es mucho, pero para los de Alberto Núñez Feijóo menos es nada.

El atajo de la proposición de ley

La forma que el PSOE dará a la amnistía será la de una proposición de ley del grupo parlamentario socialista, puesto que un proyecto de ley del Gobierno tendría un trámite mucho más largo y farragoso. Por no hablar de que, de tener que pasar por el Consejo de Ministros, requeriría informes de los órganos consultivos del Estado.

Inicialmente, Carles Puigdemont pretendía que la amnistía estuviera aprobada antes incluso de empezar las negociaciones. Eso afirmó en su declaración del pasado 5 de septiembre, desde el Parlamento Europeo. El PSOE se negó, porque ese pago por adelantado suponía ponerse en manos del líder de Junts sin tener ninguna garantía de que éste acabaría pactando. Pero los socialistas sí aceptaron iniciar la tramitación parlamentaria de la amnistía antes de la investidura. Como gesto de su compromiso.

El problema es que a los de Sánchez no les está resultando nada fácil envolver la amnistía en un papel de regalo que aguante el escrutinio del Tribunal Constitucional. Por mucho que Cándido Conde-Pumpido reme a favor. De ahí que necesiten ganar tiempo, y en eso están. La proposición de ley de amnistía que los independentistas registraron en 2021 ni siquiera pasó el corte de los letrados del Congreso: estos concluyeron que era un «indulto de carácter general» camuflado. Y, por tanto, contraria al artículo 62 i) de la Constitución. Entonces, la Mesa del Congreso se amparó en ese informe no vinculante para rechazar su admisión a trámite. Ahora, la Mesa de la Cámara Baja no pondrá objeciones.

Hasta hace días, los socialistas venían trasladando que pretendían cerrar la investidura para la tercera o cuarta semana de octubre, después del 12 de Octubre y antes del juramento de la Princesa Leonor, el día 31. El propio Sánchez reiteró el pasado martes, tras ser designado candidato por el Rey, que la quería «cuanto antes».

Solo un día después, el presidente en funciones se reunió con Yolanda Díaz en el Congreso y acordaron darse de margen todo el mes de octubre para cerrar un Gobierno de coalición. Con lo que, implícitamente, ambos socios estaban postergando la investidura hasta noviembre. En paralelo, el llamado Consell per la República de Puigdemont anunció una consulta interna entre los días 17 y 23 de octubre para que sus más de 90.000 miembros puedan pronunciarse sobre la investidura del candidato del PSOE. Más contratiempos.

La tramitación de la proposición de ley irá muy rápido en el Congreso, aunque luego se ralentice en el Senado

Dado el secretismo con el que los socialistas están negociando, se desconoce cuándo tienen intención de registrar la proposición de ley de amnistía. Pero sí se sabe que, después, su tramitación en el Congreso irá muy rápido. Aunque luego el Senado ralentice el ritmo. En la Cámara Baja, el PSOE puede utilizar el procedimiento de urgencia para acortar los plazos a la mitad. Y, además, el de lectura única, que es cuando las enmiendas parciales y a la totalidad se solventan en un único debate ante el pleno.

Una proposición de ley también fue el atajo que empleó Sánchez para eliminar el delito de sedición del Código Penal y rebajar el de malversación. En aquel caso, en noviembre de 2022 la presentaron de forma conjunta los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos. En 42 días estaba aprobada.

En menos aún, en 34 días, fue aprobada la proposición de ley que el PSOE presentó en el verano de 2022 para reformar los artículos 570 bis y 599 de la Ley Orgánica del Poder Judicial e intentar, sin éxito, obligar al CGPJ a designar a sus dos candidatos para el Tribunal Constitucional aun estando en funciones.