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Fotomontaje: Pedro Sánchez y Carles PuigdemontPaula Andrade

Choque entre el PSOE y Junts

Sánchez evidencia la fragilidad de sus apoyos al tachar al 1-O de «ilegal» a pesar de las exigencias de Junts

Puigdemont y Nogueras han asegurado que van a demandar que el referéndum secesionista de 2017 «no fue delito» y su «legitimidad» a cambio de votar 'sí' en la investidura de Sánchez

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha hecho caso omiso a la última advertencia pública que le ha realizado el líder de Junts y prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont. En la mañana del pasado sábado Puigdemont publicó en sus redes sociales que en España o hay una «repetición electoral» o se «pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad».

Sin embargo, pocas horas después el candidato socialista a la investidura –para reprobar al Partido Popular– calificó al referéndum del 1 de octubre como «ilegal», contraviniendo lo que señaló Puigdemont.

«Hablan tanto de la Constitución que acaban ellos solamente incumpliendo la Constitución. Desde que soy presidente del Gobierno de España ningún territorio ha incumplido la Constitución; ellos en cambio tuvieron dos referéndums ilegales cuando gobernaron», espetó Sánchez en referencia al PP de Mariano Rajoy en un mitin en Mérida y sin mencionar que su formación votó a favor de aplicar en Cataluña el artículo 155 de la Constitución Española.

Además, después del despacho que mantuvo el presidente del Gobierno con la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras –en el marco de su ronda de contactos para la investidura– la diputada de la formación secesionista aseguró que para prestar su apoyo a Sánchez van a exigir el reconocimiento de que el referéndum del 1 de octubre «no fue un delito».

«Si se trata de hacer lo mismo que se ha hecho en los últimos cuatro años, los votos de Junts no son los que ellos están buscando», apostilló Nogueras. Sin embargo, la hemeroteca ha retratado en numerosas ocasiones a Sánchez, por lo que habrá que esperar para ver si el actual líder de los socialistas acaba por plegarse a las exigencias de los separatistas y, en consecuencia, si reconoce que lo que ocurrió en Cataluña en octubre de 2017 no fue delito.