Fundado en 1910
Interior de la sinagoga principal de Melilla

Interior de la sinagoga principal de MelillaDaniela Brik

El presidente de la Comunidad Israelita de Melilla sobre el asedio a la sinagoga: «Nunca había pasado con tanta virulencia»

El conflicto entre Israel y Hamás está teniendo consecuencias también en España, donde la comunidad judía de la ciudad autónoma ya ha sido testigo de varios incidentes

Al grito de «Israel, asesino», decenas de manifestantes asediaron el martes la principal sinagoga de Melilla, la ciudad autónoma que hace gala de la convivencia entre cristianos, musulmanes, judíos e hindúes. Pero los concentrados en la manifestación a favor de Palestina asediaron el templo, generando una tensión que obligó a varias personas que rezaban en su interior a no poder salir del mismo hasta que concluyó el tumulto y fueron autorizados por las fuerzas de seguridad, una situación inédita.

El conflicto entre Israel y la organización terrorista Hamás está teniendo consecuencias también en España, donde la comunidad judía de Melilla, que abarca un millar de integrantes, ya ha sido testigo de incidentes como ese, pero no ha sido el único.

«Realmente hay un sentimiento emotivo muy grande por unos hechos que hasta ahora mismo no habían pasado en Melilla con tanta virulencia», explicó a El Debate el presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Mordejai Guahnich.

El incidente finalizó sin heridos pese a la tensión generada por los concurrentes, pero Guahnich da cuenta de imprecaciones y acoso a comercios judíos de la ciudad autónoma, se ha aporreado una puerta, y se profirieron gritos contra los judíos e Israel a las personas que estaban rezando en la sinagoga.

«Hechos que, para otros sitios, no tienen ninguna importancia, pero que para Melilla tienen una lectura muy diferente», explicó el líder comunitario quien defiende a su ciudad tradicionalmente como ejemplo de convivencia, «el respeto es una de nuestras principales herramientas de la vida diaria», por eso, declara, «nos sentimos muy dolidos ante la situación que hemos vivido».

Al describir lo ocurrido en torno a la sinagoga principal de la ciudad, construida en 1924 y una de las más grandes del territorio español, Guahnich concede que «cualquier ciudadano está en su derecho de concentrarse por cualquiera de los motivos, me parece muy lícito, para eso nos ampara nuestra Constitución y nuestras leyes».

«Eso no es lo que valoramos –abundó–, sino lo que ocurrió después de la concentración cuando un grupo de personas se acercaron a la sinagoga principal, nuestro corazón neurálgico religioso de la ciudad, donde como cualquier confesión religiosa nos amparan los derechos a poder profesar nuestra religión con total libertad».

La protesta, añadió, «coincidía, además, con la salida del rezo nocturno y la Policía tuvo que decir que la gente se quedara dentro de la sinagoga y no saliera a la calle».

La sinagoga principal de Melilla se encuentra a pocos metros de una iglesia, un templo hindú y la mezquita en una ciudad, donde asegura el dirigente, «siempre ha imperado todo ese respeto y no queremos, yo creo que ningún dirigente de Melilla, ni la mayoría de los ciudadanos, que se rompa bajo ningún concepto».

Por ello, pidió que se respeten los establecimientos religiosos, así como los comercios y escuelas judías de la ciudad que en las últimas semanas cuentan con una vigilancia especial.

Este miércoles ha mantenido una reunión con la Policía Local que le ha transmitido el «esfuerzo» por parte de los cuerpos de seguridad del Estado para resguardar a la comunidad judía desde el pasado 7 de octubre en que se produjo el ataque de Hamás y el subsiguiente contraataque israelí.

«Nos han querido dar un mensaje de tranquilidad a la comunidad, que están ellos ahí, que están para protegernos a todos los ciudadanos españoles, y en este caso que nos sintamos protegidos por ellos», indicó antes de aclarar que cuando se produjo la manifestación ya había un despliegue previsto de fuerzas en la puerta de la sinagoga.

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) condenó esos sucesos y enumeró otros episodios antisemitas desde el 7O: pintadas en el barrio judío de Besalú de Girona, en la puerta de una sinagoga y el domicilio de una familia judía en Madrid, así como una pedrada por la ventana de la vivienda de una pareja judía.

También denunció vandalismo en la sede de Junts per Catalunya por apoyar a Israel y en un parque de Madrid donde aparecieron esvásticas y estrellas de David.

«Por todo ello, reclamamos a los políticos y a los medios de comunicación responsabilidad y rigor en la información y comentarios que difunden porque pueden contribuir a crear un clima que termine de decantar a personas a dar el paso a radicalizarse y cometer atentados contra personas y bienes, judías o no, como por desgracia ha ocurrido en Francia y Bélgica en los últimos días», reza la FCJE en un comunicado.

comentarios
tracking