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El presidente del Gobierno en funciones y líder socialista Pedro Sánchez (c) junto a la vicesecretaria general María Jesús Montero (2d) y el secretario de Organización, Santos Cerdán (2i), entre otros, durante la reunión de Comité Federal del PSOE, este sábado en la sede de Ferraz, en Madrid. EFE/ Kiko Huesca

Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Santos Cerdán, entre otros, durante la reunión de Comité Federal del PSOEEFE

Sucesión de renuncias y críticas en el PSOE por la amnistía que Sánchez ha pactado con los separatistas

Militantes socialistas durante décadas han trasladado estos últimos días su rechazo a esta medida de gracia al 'procés' y se han mostrado partidarios de ir a nuevas elecciones

Crecen las voces críticas dentro del PSOE y el goteo de renuncias dentro de la formación a cuenta de la amnistía que Pedro Sánchez ya ha pactado con el separatismo para continuar en la Moncloa. Si hace unos días era algo más que probable que ocurriera, cuando el sábado el secretario general socialista la defendió abiertamente ante el Comité Federal, se preveía que no tardaría en llegar. La noche de ayer, ni 24 horas después de la jura de la Constitución de la Princesa Leonor, se constataba como una realidad inminente al conocerse el pacto del presidente del Gobierno en funciones con ERC para una ley de amnistía.

Cuando el pasado fin de semana Pedro Sánchez pidió formalmente a los socialistas apoyar esta medida de gracia, que defendió «en interés de España», Julián Galán, un exalto cargo del jefe del Ejecutivo, comunicaba en Twitter que abandonaba el partido en el que ha militado durante casi tres décadas. «Como mis principios no me permiten apoyarla, creo que lo justo y apropiado es, con todo el dolor de mi corazón, abandonar el Partido en el que milito después de 27 años», señaló quien fuera candidato al Congreso por Madrid en 2016 y concejal socialista en el Ayuntamiento de Piñuécar, provincia de Madrid.

Este martes lo hacía también Zenón Jiménez, militante socialista de Valladolid durante más de 40 años, que en los últimos días retuiteó el mensaje de un usuario en Twitter que señalaba que votaría 'no' a la consulta del PSOE a la militancia sobre el acuerdo con Sumar y con otras fuerzas políticas para alcanzar la mayoría necesaria para gobernar, una mayoría que pasa, entre otros, por el 'sí' de Puigdemont.

«Defiendo la justicia y la igualdad, no me tragaré una Amnistía. Soy socialista y no puedo votar en contra de mis principios y valores, yo los tengo y no cambian por interés», decía el tuit de este usuario del que se hizo eco el histórico militante vallisoletano.

También lo hizo con otro mensaje de una eurodiputada de Ciudadanos, Soraya Rodríguez, que criticaba la foto de Santos Cerdán con el expresidente catalán fugado en Bruselas: «España no se merece esto», decía su mensaje. Zenón Jiménez, que afeó la «ambigüedad» del contenido de la consulta a la militancia del PSOE –donde no figura la palabra 'amnistía'– se ha mostrado partidario de que los ciudadanos vayan a las urnas otra vez «con toda la información disponible».

También ha pedido una repetición electoral el alcalde de Ágreda, en Soria, Jesús Manuel Alonso. El también diputado provincial del PSOE ha adelantado esta semana que votará 'no' en la consulta a la militancia y ha mostrado abiertamente su rechazo a la amnistía: «Es una imposición de una persona que técnicamente es un delincuente, y por tanto lo más democrático es que hubiese una convocatoria electoral y entonces la gente decidiese libremente en las urnas si están de acuerdo o no», manifestó en una entrevista para La 8 de Soria Televisión Castilla y León.

Jesús Manuel Alonso y Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y León

Jesús Manuel Alonso y Luis Tudanca, secretario general del PSOE en Castilla y LeónEFE

Alonso advirtió además de que es un acuerdo de investidura, no de legislatura, y que podría suponer que el PSOE estuviera sometido «permanentemente» a «imposiciones o chantajes» de los partidos políticos independentistas a la hora de aprobar leyes o presupuestos.

Crítico también se ha mostrado el que fuera secretario general de Castilla y León durante diez años y diputado por Valladolid en el Congreso entre 2008 y 2011, además de jurista, Jesús Quijano, que señaló en una entrevista en El Español que la amnistía es una medida «fuera de lugar». «No puede ser contraprestación para una investidura, y más de carácter previo, ya que se habla antes de conceder la amnistía que de apoyar el proceso. Me parece fuerte», manifestó.

Jesús Quijano saluda a Pedro Sánchez en octubre de 2014

Jesús Quijano saluda a Pedro Sánchez en octubre de 2014EFE

Quijano se expresaba hace unos días en El Norte de Castilla en una columna en la que hablaba del «impasse político» en el que nos encontrábamos a la espera de qué ocurrirá antes de la fecha límite para la investidura, el 27 de noviembre. Criticaba la «escasa» claridad sobre las negociaciones para esta, más allá del previsible acuerdo con Sumar, y señalaba que si algo no había cambiado en este proceso para recabar apoyos era «el nulo interés objetivo en repetir elecciones por parte de quienes negocian la investidura».

Quijano señalaba en su escrito que evitar esa repetición electoral es «sin duda el principal estímulo para alcanzar un acuerdo, que inevitablemente habrá de hacerse público y ser conocido, sin perjuicio de que pueda tener cláusulas reservadas o zonas oscuras y de que eso sea fuente continua de sospechas, fundadas o infundadas».

Afloran estas nuevas críticas, que desde hace semanas también se han oído por parte de históricos dirigentes socialistas, como Felipe González, Alfonso Guerra o Nicolás Redondo, y de dirigentes actuales como Emiliano García-Page, y todo ello pese al empeño de Pedro Sánchez en defender la amnistía como el camino para el «reencuentro».

«Cataluña está lista. En defensa de la convivencia y por el interés de España, defiendo hoy la amnistía en Cataluña», dijo el pasado sábado pidiendo el apoyo de los líderes del PSOE, y añadió: «La amnistía no es un fin en sí mismo ni es el fin del camino, sino que es el camino para avanzar en la normalización en la relación de Cataluña y España. Sé que es un paso discutible, como fueron los indultos, pero nuestra responsabilidad es darlo». Esta vez sí, con todas las letras, defendió una medida que durante la campaña electoral para el 23-J negó que concedería.

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