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Los partidos independentistas han puesto 'deberes' a Pedro Sánchez

Investidura

Las exigencias de los partidos 'Frankenstein' a las que Sánchez se tendrá que plegar para ser presidente

Pedro Sánchez necesita –como poco– el voto afirmativo de Sumar, ERC, Junts, Bildu y el PNV en el Congreso para poder seguir en la Moncloa como presidente del Gobierno. El líder del PSOE ya tiene cerrado algunos de estos apoyos, aunque todas las formaciones quieren su porción del pastel y Sánchez se ha comprometido a ceder numerosas materias, además de otras muchas a las que todavía se tendrá que doblegar.

El PNV y la gestión de la Seguridad Social

El PNV ha manifestado que en la actualidad se sitúan «tan cerca como lejos» de apoyar la investidura de Sánchez. Además, la dirigente de la formación nacionalista vasca Itxaso Atutxa aseguró el pasado jueves 2 de noviembre que se encuentran «intercambiando documentos» con el PSOE, y le están pidiendo a los socialistas el traslado de las «competencias pendientes» recogidas en el Estatuto de Guernica.

Entre las reclamaciones históricas se encuentra la gestión de la Seguridad Social, posibilidad que se contempla en la disposición transitoria quinta del Estatuto autonómico. El PNV lleva reivindicando esta facultad desde antes del 23-J: «Queremos voz y voto para conseguir la transferencia de la Seguridad Social. ¿Para qué? Para garantizar más y mejores pensiones en Euskadi», aseguró el líder de la formación, Andoni Ortuzar, en un mitin.

Asimismo, el portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, en varias ocasiones ha reclamado transferencias en materia ferroviaria, y en concreto las de Cercanías, extremo que Sánchez ya ha pactado con ERC en Cataluña.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban

El pasado 9 de octubre el Grupo Parlamentario Vasco en la Cámara Baja registró una pregunta en la que cuestiona al Ejecutivo de Sánchez «¿Cuándo va a desmantelar el Gobierno el polígono de tiro de las Bardenas?» –campo de entrenamiento de tiro aéreo que pertenece al Ejército de Aire y del Espacio– por lo que el PNV también podría estar solicitando esta opción al líder de los socialistas.

Las reticencias de Junts

Después de la reunión que mantuvieron el número 3 del PSOE, Santos Cerdán, con el líder de Junts y prófugo de la justicia, Carles Puigdemont, el pasado lunes 30 de octubre en Bruselas, en la jornada del jueves 2 la formación secesionista no llegó a un acuerdo para otorgar su apoyo a Sánchez por las «discrepancias», a pesar de que habían programado una rueda de prensa para anunciarlo. Según el titular de Presidencia, Félix Bolaños, todavía no hay un pacto, pero espera que se alcance «bien pronto».

Los de Puigdemont, aparte de la amnistía –en la que varias ocasiones han pedido que se incluya a la presidenta de la formación, Laura Borràs, condenada por corrupción durante su etapa de directora de la Institución de las Letras Catalanas y no por los hechos del 1-O– quieren que se establezca la figura de un relator internacional que sirva de nexo entre el Gobierno de España y Cataluña.

ERC, Cercanías y 15.000 millones

El PSOE ya ha cerrado el acuerdo de investidura con ERC, tal y como anunciaron en la jornada de ayer el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el presidente catalán, Pere Aragonès, y el líder de ERC, Oriol Junqueras. Además de la amnistía –que según Junqueras será «para todos», incluidos los CDR y los miembros de Tsunami Democràtic– el Ejecutivo de Sánchez le va a conferir a Cataluña el traspaso integral de Cercanías, que en esta región se llama Rodalies. Para este fin se va a crear una nueva empresa pública llamada «Rodalies Cataluña», participada «mayoritariamente» por el Gobierno autonómico, aseguró Junqueras, y por España.

Igualmente, el Ejecutivo de Sánchez va a perdonar a Cataluña 15.000 millones de euros de deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). La región catalana es la que más dinero ha recibido de este mecanismo, hasta 102.000 millones desde que se puso en marcha en 2012, y con esta concesión se ahorrará más de 1.300 millones en intereses.

Bildu y su pronto 'sí' a Sánchez

Los independentistas abertzales han sido los que más facilidades le han otorgado a Sánchez para hacerle presidente. Tras su reunión con los grupos parlamentarios en el Congreso –con la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua– la formación reconoció que votarían que 'sí' al candidato socialista a la investidura.

Después de que el Ejecutivo de coalición otorgara a Bildu la pasada legislatura un papel muy relevante en la Ley de Vivienda, y la concesión de la Ley de Memoria Democrática, ahora reclaman abrir el debate de la «plurinacionalidad», el «reconocimiento nacional de Euskal Herria» y la «consolidación de políticas que fomenten la paz y la convivencia democrática».

Sumar con el acuerdo de coalición

El PSOE también tiene cerrado el apoyo de Sumar; con excepción de los 5 diputados de Podemos, necesarios para Sánchez. El líder de los socialistas ha concedido a la formación 'fucsia' la jornada laboral de 37,5 horas a la semana, revisar «los gravámenes sobre la banca y las empresas energética» para que «ambos sectores sigan contribuyendo a la justicia fiscal»; reducir los vuelos nacionales y «acabar con las listas de espera en la sanidad pública», aunque este último aspecto es una competencia de las CC.AA.

En otro orden de cosas, en el ámbito educativo PSOE y Sumar han acordado aprobar «un plan contra el calor» que se llame «centros educativos contra la crisis climática». «En el espacio universitario, desarrollaremos planes estratégicos y Campus Verdes como parte de la sostenibilidad urbana», señala el acuerdo entre ambos partidos.

El papel del BNG y Coalición Canaria

Los sendos diputados de el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y Coalición Canaria (CC) son prescindibles para que Sánchez saque adelante su investidura, pero es posible que el candidato socialista también les incluya, junto a sus demandas, en su reedición del Gobierno 'Frankenstein'.