La verdad sobre la conexión iraní de Vidal-Quadras

A pesar de las acusaciones vertidas por el fundador de Vox, los iraníes no parecen consolidarse como los únicos sospechosos. A pesar de las palabras de la víctima del atentado cuando recuperó la consciencia. A su alrededor han brotado muchas especulaciones y algunas dudas. Una es la propia operativa del atentado contra el político conservador, ya que no está entre las actuaciones habituales del poder teocrático iraní subcontratar con mercenarios. Tienen sus propias fuerzas de élite para hacerlo como la guardia revolucionaria: el sepah Pasdaran; y, dentro, el grupo Qods de operaciones en el exterior, que antaño mandaba el general Soleimani, eliminado en Bagdad desde el aire por fuerzas estadounidenses. Y esas tropas persas, entrenadas y con una fuerte vinculación ideológica, no son aficionadas al tiro en la cara o en la nuca. En líneas generales, en los atentados perpetrados por radicales musulmanes tanto en Europa como en Siria observamos una tendencia a degollar como forma de ejecución prioritaria que está lejos del tiro en la nuca etarra. Especulaciones. También hay doce mil iraníes viviendo en España, con residencia, carnet de estudiante, de refugiado, etc.

Los hechos son claros. Por otro lado, de todos modos hay causa profundas para la enemistad. Teherán desde luego no ve con buenos ojos las relaciones de Vidal-Quadras con el Consejo Nacional de Resistencia iraní (CNRI), presidido por Maryam Radjavi. E l CNRI es el brazo político de la Organización armada de los Muyahidin del Pueblo de Irán (Muyahidin Jalq o MJ), declarada como ente terrorista en su momento tanto por EE.UU. como por varios países occidentales hasta el año 2012.

La enemistad entre el gobierno islámico y los MJ viene de lejos. La organización de Radjavi asesinó el 29 de junio de 1981 al ayatolá Behesti, a personas a varios miembros del gabinete: cuatro ministros, seis viceministros, 23 diputados y 30 personas más, volando la sede en la capital iraní del partido República Islámica. Poco después, el 30 de agosto MJ asesinó a Rajai, presidente de la República, y al primer ministro Bahonar.

Durante la guerra impuesta a Irán por Saddam Hussein (1980-1988), los muyahidines se alinearon con el invasor, reconocido como agresor incluso por Israel. Por eso, el 14 de marzo del año 2000 bombarderos iraníes atacaron su base en territorio iraquí, cerca de la ciudad de Yalaula, en represalia por un atentado con morteros en Teherán, reivindicado por los Muyahidin y en el que cuatro civiles resultaron heridos.

En un comunicado, los Muyahidin indicaron que los aviones iraníes habían bombardeado el campo de entrenamiento militar de este grupo en Anzal, a unos 150 kilómetros al noreste de Bagdad, sin informar si se habían producido víctimas mortales.

Maniobra en el Parlamento Europeo

Y el eurodiputado Vidal-Quadras maniobró favorablemente en interés de la oposición iraní en el Parlamento Europeo y otros círculos de poder, lo que desde el CNRI le pagaron con creces. Y no en sus cuentas corrientes personales, sino en las del nuevo partido, Vox. En un artículo de R. Suanzes, publicado en El Mundo el 23 de enero de 2019, Vidal-Quadras niega que los iraníes financiaron a Vox: «Me financiaron a mí». Se trata de un millón de euros aportado por el Consejo Nacional de Resistencia de Irán. «Vidal Quadras afirmó: «Yo pedí ayuda porque empezaba un proyecto nuevo y me llegó de 15 países (…)» “Cuando me presenté el exilio iraní se movilizó para ayudarme». Aclara el político catalán que todo el dinero fue para el partido Vox y que él no se quedó con un euro siquiera.

Los vínculos de Vidal-Quadras con los persas no son de ahora, según fuentes fidedignas del poderoso Bazar persa consultadas por este periódico, los lazos de Vidal-Quadras se remontan tiempo atrás, a un pariente suyo, un tío, que fue marchante de arte de la emperatriz Farah Diba, shahbanou de Irán, la tercera esposa de Mohammad Reza Pahlevi, el último sha del imperio persa antes de la revolución del ayatolá Jomeini de febrero de 1979.

Una colección de obras clásicas y modernas reunida para el museo de arte contemporáneo de Teherán. Precisamente el pago de las posibles deudas pendientes de estas ventas fue uno de los puntos tratados por la delegación que acompañó al presidente Aznar en su visita oficial a la República Islámica de Irán en octubre del año 2000. El Gobierno persa aseguró, facturas en mano, que no se debía nada.