Manifestación 'Por España, la democracia y la Constitución'
Alejo Vidal-Quadras: «Ante la gravedad de la situación, la sociedad española ha de hacer oír su voz»
El expolítico e impulsor del Foro Libertad y Alternativa denuncia la «deriva totalitaria» del Gobierno y llama a los españoles a acudir a la manifestación del 21 de enero en Cibeles
El próximo 21 de enero a las 12:00 horas, la asociación Foro España Cívica y la Fundación Foro Libertad y Alternativa han convocado a los españoles en la madrileña plaza de Cibeles para manifestarse bajo el lema 'Por España, la democracia y la Constitución', y mostrar su rechazo a las acciones llevadas a cabo por el Gobierno de Pedro Sánchez. Uno de sus organizadores, el expolítico Alejo Vidal-Quadras, analiza en El Debate el panorama político y llama a acudir a la concentración.
–¿Cuál ha sido el motivo detonante que les ha llevado a convocar esta manifestación?
–El motivo es que en España hoy existe en amplísimas capas de la sociedad una preocupación muy grande sobre el deterioro institucional que el Gobierno está provocando. Ha habido una sucesión de medidas y decisiones del Gobierno que han hecho que se encendieran luces rojas de aviso, empezando por el indulto a los golpistas del 1 de octubre de 2017 en Cataluña, seguido de la supresión del delito de sedición, la suavización del delito de malversación, y la guinda del pastel fue el intento de apoderarse, sin ningún recato, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, modificando las correspondientes leyes orgánicas. Esta deriva es una deriva totalitaria, que recuerda a lo que sucede en algunos países iberoamericanos, concretamente, Venezuela.
Hemos convocado esta manifestación para que la inquietud y la protesta de la sociedad española se haga patente
La Constitución aparentemente no se modifica, pero por la vía de leyes que atropellan el espíritu de la Constitución se va urdiendo una mutación constitucional por la puerta de atrás, de tal forma que los contrapesos y la separación de poderes y todos los elementos de garantía de libertades y derechos de una sociedad democrática se van erosionando para acumular un enorme poder en manos del Gobierno, y concretamente de un partido político, que es el PSOE. Ante estos hechos, que son terriblemente alarmantes, hemos convocado esta manifestación para que la inquietud y la protesta de la sociedad española se haga patente.
–¿Con qué expectativas van? ¿Cree que el hecho de que no esté convocada por un partido político va a movilizar a más españoles?
–Esta convocatoria es de la sociedad civil. Está respaldada hasta ahora por casi un centenar de entidades de la sociedad civil, fundaciones, asociaciones, foros…, etc. Las dos que lo han puesto en marcha son el Foro Español Cívico y la Fundación Foro Libertad y Alternativa, y se han sumado muchísimas más, y por tanto, será una manifestación de la sociedad civil, sin ninguna intervención de partidos políticos. Es totalmente apartidista. Eso sí, si hay partidos políticos que quieren sumarse, por supuesto que pueden hacerlo.
–¿Qué le diría a los españoles para que acudan?
–Yo creo que ante la gravedad de la situación y ante la evidencia de que hay fuerzas políticas que están empeñadas en destruir la obra de la Transición y en deteriorar gravemente nuestro orden constitucional, la sociedad española ha de hacer oír su voz; se ha de manifestar. Es una señal que hemos de dar al conjunto de la ciudadanía de que hay millones de españoles que no están conformes con este tipo de actuaciones del Gobierno y que quieren preservar los valores de nuestra Constitución, nuestra Monarquía parlamentaria, nuestra democracia con separación de poderes, el imperio de la ley y que están dispuestos a combatir democráticamente para preservar este activo que es de todos los españoles.
Que los separatistas catalanes salgan indemnes de un ataque frontal a la Constitución y a la unidad nacional me parece de una gravedad extrema
–¿Qué le parece que el Gobierno prohibiera que se celebrara en Colón y se haya tenido que mover a Cibeles?
–Bueno, esto son maniobras sucias del Gobierno, que, como es natural, intenta que esta manifestación no sea un éxito como esperamos que lo sea. Pusieron la excusa de que había una persona que había ya reservado la Plaza de Colón para ese mismo día a la misma hora y que había solicitado la autorización antes que nosotros. Pues muy bien. Se cambia el lugar y solucionado el asunto.
–¿Qué cree que es lo más grave que ha hecho Pedro Sánchez hasta este momento desde que llegó al Gobierno?
–Sin duda lo más grave es el blanqueamiento del golpe de octubre de 2017. Es decir, que los separatistas catalanes salgan indemnes de un ataque frontal a la Constitución y a la unidad nacional me parece de una gravedad extrema, porque lo que indica es que este Gobierno está dispuesto a poner en riesgo la integridad territorial de España. Y esto es algo que es inadmisible, porque un Gobierno cuya misión debería ser la de preservar la unidad nacional es el mismo Gobierno que se alía con gente que quiere liquidar la unidad nacional. Esto me parece de una gravedad insuperable. Por tanto, el pueblo español tiene que hacer oír su voz y manifestar su oposición a este disparate.
–¿Considera que Pedro Sánchez ya ha sobrepasado todos los límites?
–Ha sobrepasado unas cuantas líneas rojas: el indulto, la supresión del delito de sedición, el apaño con el delito de malversación, el intento de apoderarse del TC y del CGPJ... Pero hay una que está pendiente, que sería ya la traca final, la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Los separatistas catalanes han venido diciendo en los últimos tiempos que en la mesa de diálogo que tienen con el Gobierno van a plantear esa posible consulta, ese referéndum de autodeterminación.
El Gobierno ha dicho que no se celebrará, pero también dijo que no habría indultos, que no se modificaría la sedición ni la malversación...Es decir, es un Gobierno que ha hecho de la mentira su método de trabajo. Por tanto, el hecho de que ahora niegue que se pueda celebrar un referéndum no es ninguna garantía, al contrario, provoca inquietud porque ha venido incumpliendo con sus compromisos.
–¿Y usted ve posible que se celebre, o al menos que se realice una consulta en 2023-2024?
–En la Constitución está previsto que se puedan celebrar consultas no vinculantes y sobre temas de interés general, y que sean autorizadas por el Gobierno. Todos recordamos que se celebró un referéndum sobre la OTAN en época de Felipe González. Lo que pasa es que lo que no es admisible sería una consulta sobre algo que afecta a todos los españoles donde pudieran decidir una pequeña parte de los españoles. Eso no es de recibo, y por supuesto sería inconstitucional, porque la mera pregunta de si Cataluña debe formar parte de España o no ya destruye el orden constitucional y la unidad de España, porque se acepta que una parte puede decidir sobre el todo. Y aunque la consulta sea no vinculante, su efecto político sin duda sería muy grande. Por consiguiente, la simple idea de que se pudiera celebrar semejante referéndum es algo aberrante.
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–El Gobierno defiende que la situación ahora en Cataluña es mejor que en 2017. ¿Qué le parece esta afirmación?
–Es una afirmación propagandística que no responde para nada a la realidad. El separatismo ha conseguido todos sus objetivos. El golpe de octubre de 2017 no ha salido gratis y está enfilado hacia la autodeterminación. Aparte de eso, se incumplen todas las sentencias sobre derechos lingüísticos de los ciudadanos en Cataluña, en el campo de la enseñanza en general, y el Gobierno separatista de Cataluña está obteniendo beneficios económicos y financieros muy superiores a los de otras comunidades españolas. Por tanto, decir que está mejor es absurdo. La situación está muchísimo peor.
Lo que no es admisible es una consulta sobre algo que afecta a todos los españoles donde pudieran decidir una pequeña parte de los españoles
–¿Cuáles cree que son las causas que han llevado a esta situación, a la degradación política y social en Cataluña y el auge del independentismo?
–Hay una causa remota, que es que los dos grandes partidos nacionales durante los últimos 40 años, cuando han estado en minoría mayoritaria en el Parlamento, han buscado el apoyo de los nacionalistas en vez de llegar a un acuerdo con el otro gran partido nacional. Y recientemente, la causa más inmediata es que el presidente del Gobierno actual, Pedro Sánchez, está dispuesto a cualquier cosa con tal de seguir en el poder. Y esa supeditación del interés general de la nación a su interés particular de mantenerse en la Moncloa es lo que está causando este acelerado deterioro que estamos viviendo en los últimos tiempos.
–¿Y cree que se puede revertir esa situación?
–Se puede y se debe revertir. Parece, por lo que están diciendo las encuestas últimamente, que al final de este año habrá una mayoría distinta en el Congreso, y por tanto ese nuevo Gobierno, que se supone que estará verdaderamente comprometido con el orden constitucional y con la unidad nacional, tiene que rectificar todas las leyes tan profundamente lesivas para el interés de la nación que ha puesto en marcha Pedro Sánchez.
La Ley de Memoria Democrática, la eliminación del delito de sedición, la suavización del delito de malversación, y todas las leyes ideológicas que afectan a la familia, la ley de violencia de género, la ley del solo sí es sí, la ley trans, la ley Celaá..., es decir, todo ese conjunto de leyes que llevan a España por el camino del deterioro y del empobrecimiento material y cultural y de la división tienen que ser rectificadas, por supuesto, derogadas o sustituidas por normas que lo que hagan sea fortalecer la nación y abrirle el camino del éxito.
El nuevo Gobierno tiene que rectificar todas las leyes tan profundamente lesivas que ha puesto en marcha Pedro Sánchez
–¿Qué opinión le merece la propuesta de Vox de presentar una moción de censura?
–Yo creo que la moción de censura, en este momento, si no la plantean los tres partidos constitucionalistas PP, Vox y Ciudadanos de manera conjunta, no tiene demasiado sentido, porque sería un brindis al sol en el que Pedro Sánchez podría esgrimir una victoria parlamentaria, porque, como es natural, esa moción no prosperaría. Y, además reflejaría la división de los partidos constitucionalistas, porque si sólo la apoyara una parte, el efecto sería más negativo que positivo.