La amnistía llega al Congreso
Los portavoces de Junts y ERC arruinan el alegato de Patxi López con solo tres respuestas
El debate sobre la toma en consideración de la ley de amnistía fue tan agrio como se esperaba, con Feijóo comparando la tarde con la del 23-F y Abascal recriminándole que no esté a la altura
Con socios así, Patxi López no necesita a la oposición. La réplica más demoledora al discurso del portavoz del PSOE en el Congreso en el debate de la toma en consideración de la ley de amnistía se la dieron Junts y ERC. Porque, con sus intervenciones, Josep Maria Cervera y Gabriel Rufián desmontaron el frágil andamiaje argumental que construyó con esmero López. Ambos, Cervera y Rufián, negaron que la amnistía sea el final: el final será el referéndum de autodeterminación.
El portavoz de Esquerra incluso se permitió la ironía. «La amnistía salda una deuda. En Cataluña estamos preparados y preparadas para ganar o para perder un referéndum, ¿y ustedes?», preguntó a los diputados del PSOE. «Lo digo porque hace cuatro años un pleno como éste era imposible. Pero ay amigo, qué pasará de aquí a cuatro años», añadió, sonriendo.
El debate de la toma en consideración de la ley de amnistía, la primera que ha llevado el PSOE al Pleno en esta legislatura, fue tan agrio como se esperaba. A pesar de que López se esmeró por envolver la amnistía en palabras bonitas, como «concordia», «convivencia», «esperanza» e «ilusión por el encuentro».
«Pero Patxi, ¿usted sabe lo que es una amnistía?», le respondió Alberto Núñez Feijóo al subir a la tribuna. El líder de la oposición comparó la sesión parlamentaria de este martes con la del 23-F, por «triste y decadente», anunció que el PP creará una comisión de investigación en el Senado (donde tiene mayoría absoluta) para averiguar qué está negociando o ha negociado ya el Gobierno en Suiza y se dirigió directamente a los portavoces de Junts y ERC, para que al menos ellos les dijeran la verdad a los españoles.
Les hico tres preguntas: si esta amnistía hará que vuelvan a la Constitución, si hará que abandonen «para siempre la independencia» y si hará que se sientan «más unidos a España que nunca». Y sí, claro que los portavoces independentistas contestaron. Pero no precisamente para complacer al portavoz del PSOE. «¿Que si me siento más español? No, igual. Ser español es una imposición, a mí nadie me ha preguntado», afirmó también Rufián.
Esta vez Feijóo no apeló a la conciencia de los diputados socialistas, como en la investidura. Se lo ahorró. Ya había advertido López al comienzo de la sesión que si se trata de retratar a los socialistas, allí están ellos, los 121, a una. Aunque faltaba el más importante de todo el grupo parlamentario socialista: Pedro Sánchez, que a esa hora recibía en la Moncloa al Rey Abdalá II bin Al Husein de Jordania y después ponía rumbo a Estrasburgo para comparecer este miércoles ante el Parlamento europeo. También faltaba buena parte del Gobierno, porque a la misma hora había sesión de control al Ejecutivo en el Senado.
Si la intervención de Feijóo fue dura, no menos la de Santiago Abascal contra «el golpe de Sánchez». A quien deseó, en el futuro, «un juicio justo, con jueces y fiscales independientes». «Pueden estar seguros de que nosotros no vamos a concederles ninguna amnistía», continuó.
El líder de Vox estuvo casi tan severo con el presidente como con Feijóo, al que acusó de «no estar a la altura del grave momento que atraviesa España». Y de estar más «deseoso» de reunirse con Sánchez y pactar con él que de parar el «golpe».
El debate de la ley de amnistía también dejó el estreno de Podemos en el Grupo Mixto, aunque la intervención de la diputada Martina Velarde no destacó precisamente por su brillantez. Hasta Ione Belarra pareció darse cuenta desde su escaño. Las miradas fulminantes que dedicaron a Velarde varios de sus excompañeros de Sumar valían por mil palabras.
El portavoz del PNV, Mikel Legarda, se apuntó a la desdramatización de la amnistía. «No pone en riesgo el Estado de Derecho, ni la separación de poderes», sostuvo. Y el de Bildu, Jon Iñarritu, recordó que detrás de los árboles sigue el bosque: «Hay una mayoría independentista en el Parlamento de Cataluña y una mayoría social que sigue pidiendo votar y votar. Y así se solventan los conflictos territoriales», señaló.