Fundado en 1910

Muñeco que representa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la manifestación de la calle Ferraz de NocheviejaEuropa Press

Para desviar el foco

Las tres cortinas de humo de Sánchez: su muñeco de Ferraz, los pélets y el espionaje al secesionismo

Desde el PSOE han llegado a aseverar que la piñata con la forma del presidente de Gobierno era consecuencia de las palabras del portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, y de Santiago Abascal

Pedro Sánchez ha comenzado su nueva legislatura con una concatenación de polémicas. Para poder seguir en la Moncloa el también líder del PSOE ha tenido que pactar un 'Frankenstein' agravado a través de una ley de amnistía que permita a los secesionistas catalanes que materializaron el procés no tener que rendir cuentas ante la Justicia. Además, Sánchez se ha plegado a las exigencias del prófugo de la Justicia Carles Puigdemont y ha contratado un mediador salvadoreño experto en guerrillas para conversar con Junts, partido que también le ha hecho reconocer que en España existe el lawfare, o la judicialización de la política

A su vez, a finales del año pasado los socialistas entregaron sus votos para que Bildu arrebatara el Ayuntamiento de Pamplona a Unión del Pueblo Navarro (UPN), desvelando el «pacto encapuchado» –tal y como lo calificó el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo– entre Arnaldo Otegi y el PSOE para que los aberzales dieran su 'sí' a la investidura de Sánchez.

El escándalo más reciente ha sido la convalidación de dos de los tres primeros 'decretazos' del Ejecutivo en esta legislatura. A cambio del apoyo de Junts, Sánchez se ha comprometido tanto a ceder a la Generalidad de Cataluña las competencias de inmigración como a derogar el artículo del decreto 'ómnibus' que, según los secesionistas, podría haber torpeado la amnistía.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a la diputada de Junts, Miriam NoguerasEuropa Press

Sin embargo, para todas las decisiones controvertidas e inéditas que ha tomado Sánchez, tanto él como su partido han encontrado diferentes pretextos para poder desviar el foco de atención y mediático, señalando a los partidos conservadores. En un primer orden de cosas, desde el PSOE han intentado propagar la «indignad» que supuso que durante la concentración que tuvo lugar en la madrileña calle de Ferraz se apaleara a un muñeco que representa a Sánchez.

El dirigente socialista y vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, llegó a aseverar que la piñata con la forma del presidente de Gobierno era consecuencia de las palabras del portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, y de Santiago Abascal. Además, el PSOE presentó una denuncia ante la Fiscalía –en la que responsabilizaba a Vox–para que el Ministerio Público investigara los hechos por un posible delito de odio, de injurias y de manifestación ilícita.

Más recientemente, el PSOE –y sus terminales mediáticas afines– han dado una relevancia sobredimensionada a los pélets vertidos en las playas gallegas. Sin embargo, tal y como ha informado El Debate, los informes de toxicidad del material han concluido que no se trata de algo peligroso y que es apto para uso alimentario. Además, los pélets llevan años inundando otras costas españolas, como la tarraconense, en la que solo en 2022 se recogieron más de dos millones de microplásticos.

La última de las artimañas esbozadas por los socialistas –esta misma semana y para evitar que se hable de sus últimas cesiones a Junts– ha sido la de arremeter contra el Gobierno 'popular' de Mariano Rajoy por la denominada 'Operación Cataluña', asunto que va a tratar una Comisión de Investigación del Congreso. El propio portavoz del PSOE, Patxi López, calificó el pasado martes de «absolutamente graves» las últimas informaciones sobre este caso, a la vez que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no descartó que miembros del Ejecutivo del PP de la época de Rajoy, incluido él mismo, comparezcan en la Cámara Baja.

De esta manera, Sánchez ha orquestado una serie de cortinas de humo para poder escudarse respecto sus cesiones a los partidos nacionalistas y separatistas, y para desviar el foco de las polémicas decisiones que ha tomado en los últimos dos meses.