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Remedios Ruiz Benavente, en la entrega de su último galardón

Entrevistas Jurídicas

Remedios Ruiz: «No queremos limosnas sino que se nos reconozcan los años de mutualistas como cotizados para jubilarnos»

Procuradora y miembro de la Plataforma #J2 lucha porque la pasarela de los mutualistas al régimen de autónomos no comprometa la «dignidad» de su jubilación y la de sus compañeros de profesión

Remedios Ruiz Benavente (Toledo, 1961) es procuradora de los Tribunales desde hace más de 40 años. Graduada en Derecho por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y Master de la Abogacía por la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) se convirtió, años después, en profesora-tutora del Master de la Procura por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Ha sido miembro de Junta de Gobierno del Consejo como vocal por el partido Judicial de Ocaña desde 1994 a 2005 y como vicedecana de la institución entre 2005 y 2007.

Pero, sobre todo, Remedios es una mujer luchadora y comprometida con su profesión que ha decidido dar un paso al frente, con todo lo que ello conlleva, para denunciar mano a mano con varias de sus compañeras, y al frente de la Plataforma #J2 en Castilla La Mancha, las lamentables condiciones de jubilación con las que se retiran algunos procuradores mutualistas tras toda una vida haciendo aportaciones para su pensión.

–Los procuradores han decidido salir a la calle, ¿por y para qué?

–Salimos a la calle con el fin de dar visibilidad a la sociedad del problema que tenemos los procuradores mutualistas al ver que nuestras previsiones de jubilación distan mucho de lo que nos decían que íbamos a percibir. Se nos aseguró, en todas las simulaciones, que cobraríamos unas cantidades mayores y, sin embargo, en la práctica y a medida que iban pasando los años hemos visto que las cuantías en concepto de «rentas», que no pensiones, habían ido bajando. De forma que compañeros que ahora tenemos entre 60 y 64 años, próximos a dejar de trabajar, hemos visto que nuestras previsiones están entorno a los 300 euros al mes, después de estar 30 ó 40 años pagando religiosamente las cuotas que la Mutualidad ha dicho que había que pagar.

Somos muchísimos los afectados, la Mutualidad continúa callada y sin mover un dedo por la pasarela que solicitamos al régimen de autónomos y nuestros políticos tienen que seguir con los trámites necesarios para dar solución a nuestro problema.

–Denuncian ustedes que sus condiciones de jubilación son lamentables, ¿cómo se ha llegado a esta situación?

–La Mutualidad tiene un origen social y hasta el año 2012 era un sistema de capitalización colectiva, que implicaba que todos los mutualistas aportábamos a un fondo y de ahí se pagaban las pensiones. Pero, tras un cambio legislativo en el año 2002, se obligó a las Mutualidades a pasar de un sistema de capitalización colectiva a individual, lo que implicó que ya no era un sistema de reparto (igual que tiene la Seguridad Social), sino que cada mutualista iba a tener su propia «hucha» formada con las cuotas que fueran abonándose.

Entendimos, erróneamente, que los cálculos actuariales que hacía la Mutualidad para calcular nuestra «pensión» estaban realizados de forma que pagando la cuota que se establecía daría lugar a percibir un mínimo digno, tal y como decían las simulaciones. Todo lo contrario. Es más, hemos descubierto el año pasado que, de la cuota que pagamos, sólo una parte va a nuestro capital, el resto es para pagar seguros y gastos, por lo que al final a tu «hucha» va menos dinero. Además, en la medida que se aproxima la edad de «jubilación», el importe de los seguros va aumentando y en consecuencia la parte de cuota que va a tu capitalización es menor.

–¿Qué explicación dan desde las Mutualidades a esta situación?

–Las Mutualidades nos dicen que cumplen con la Ley, ya que sólo tienen la obligación de establecer un importe de la cuota que sea el 80% de que se paga en autónomos y que si queríamos más rentas deberíamos haber realizado aportaciones extraordinarias. Olvidan que, al igual que un trabajador por cuenta ajena o un autónomo si quiere tener una pensión mayor cuando se jubile, puede suscribir un plan de pensiones o pagar más cotización, estos, el día que se jubilen percibirán de la Seguridad Social el importe establecido según sus bases de cotización, de forma que si esas bases son las mínimas, percibirán el mínimo y que hoy se sitúa entorno a los 973 euros, actualizables al IPC y en 14 pagas (Nuestra «renta» se percibe en 12 meses y no es actualizable al IPC).

–¿No es así en su caso?

–No. Los procuradores habiendo pagado el mínimo que nos establece la propia mutualidad, no llegamos ni a una pensión no contributiva de la Seguridad Social. Y cuestión aparte es si yo tengo planes de pensiones u otros planes de ahorro que me complementen, pues no se trata de esto, sino que con nuestras cuotas podamos tener un mínimo que no haga que no podamos dejar de trabajar. Cuando se ven abogados y procuradores mayores por los juzgados, arrastrando las togas, no es porque amen la profesión hasta el punto de no querer jubilarse, sino porque no pueden vivir con lo que se percibe de las Mutualidades. Los compañeros ya retirados tienen vergüenza de manifestar públicamente su situación económica, porque es indigno que colectivos que han dedicado su vida a la defensa de los derechos de los demás, se encuentren en esta situación.

La mayoría de nosotros éramos conscientes que no nos iban a quedar grandes cantidades pero sí unas pensiones dignas

–¿Esto es sólo con la jubilación o afecta a otro tipo de prestaciones?

–Las prestaciones que se reciben de la Mutualidad para incapacidad transitoria, por ejemplo, también dejan mucho que desear, pues sólo cubren los días máximos que establece el baremo y si tienes un cáncer no puedes cobrar la baja más que una sola vez en toda tu vida laboral, es decir 365 días en toda una vida laboral, de forma que una recaída no está cubierta. Ni que decir tiene, las incapacidades temporales motivadas por problemas de salud mental son de un máximo de 60 días para toda nuestra vida profesional.

Hasta el año 2012, los mutualistas, además de la cuota de la mutualidad, no teníamos asistencia sanitaria de ningún tipo, estábamos obligados a tener suscrito un seguro médico privado y condenados a pagar la totalidad del importe de los medicamentos. Todavía hoy, en el disfrute de la sanidad pública, aún tenemos limitaciones y condiciones diferentes al resto de los trabajadores y en relación al copago farmacéutico afrontamos cerca del 50% del coste de los medicamentos. Tampoco tenemos tarjeta sanitaria europea, y cuando nosotros o nuestros hijos, nos desplazamos al extranjero, la Seguridad Social, sólo te facilita un papel por los días que dura tu viaje.

–¿Ha sido imposible negociar una salida pactada para un modelo que, por lo que cuenta, parece agotado?

–Con la Mutualidad no nos hemos sentado a hablar. Su postura desde el principio es que no se opone a la pasarela al Reta de los mutualistas anteriores al año 1994. Entienden que son los mayores perjudicados porque han estado más años en el sistema de capitalización colectiva, y que si se diera la pasarela a éstos, ya vendrá la del resto del colectivo, es decir los posteriores al 94, y se basan en que son los partidos políticos quienes les han puesto ese tope.

Nosotros no podemos estar de acuerdo con esta postura pues, pese a que esos compañeros que ingresaron antes del 94 han tenido menos años para poder capitalizar individualmente su capital aportado y han estado más años en capitalización colectiva, no puede olvidar la Mutualidad, que la Ley de 2002 que obligó a pasar de un sistema a otro, dio el plazo de 10 años para adecuar los Estatutos y, en lugar de tomar la decisión en los primeros años, se alargó in extremis el mismo. Hasta el año 2012, con efectos en enero de 2013, no nos capitalizaron de forma individual, haciendo unos cálculos actuariales y poniendo en la hucha de cada mutualista las cantidades que salieron de esos cálculos, por lo que si son los mayores perjudicados, lo han sido por la propia Mutualidad.

Nosotros queremos y pedimos una pasarela al Reta para todos, los de antes del 94 y los posteriores, a los alternativos y a los complementarios que alguna vez han sido alternativos y, por supuesto, también, para los ya pasivos.

La Mutualidad está buscando otras fórmulas de salida al sistema o modelo agotado: que la Mutualidad de la Abogacía, ahora Mutualidad, nos incorpore a través de una absorción, y evidentemente si los anteriores al año 94 se les da la pasarela, problema de pasivos resuelto, pues hay unos 1700 pasivos actualmente.

–¿Han podido reunirse con el nuevo Ministro de Justicia para explicarle su caso?

–Con el ministro Félix Bolaños no nos hemos reunido, pero sí con diputados del PSOE, tanto a nivel nacional como autonómico, y con miembros de todas las demás formaciones políticas.

–¿Qué esperan conseguir con las movilizaciones?

–Dar visibilidad a nuestro problema, que no son sólo las jubilaciones sino también las prestaciones. Que la sociedad vea y entienda que, dentro de nuestra profesión, en contra de lo que se cree, hay bolsas de pobreza, porque no somos una élite. La mayoría de los procuradores y abogados somos despachos unipersonales y, en muchas ocasiones, mileuristas. Esto no va ni de privilegios, ni de limosnas. Contribuimos con nuestros impuestos al sostenimiento del Estado Social con el que se pagan las pensiones no contributivas y pedimos que se nos reconozcan los años de mutualistas como años cotizados.

La mayoría de nosotros aún tenemos 15 ó 20 años por delante para realizar aportaciones a la Seguridad Social y que queremos que ésta tenga los fondos individuales de cada uno de nosotros y la parte que nos corresponda del fondo mutual.

Los Procuradores mutualistas, cuando dejemos de trabajar, no tendremos nunca el status de jubilado, ni las mismas prestaciones que el resto de la ciudadanía

–Ustedes aseguran que los colegios no han sido claros al respecto de lo que suponía continuar en las mutualidades, ¿qué papel están jugando en este momento? ¿Y desde el Consejo General de la Procuraduría?

–Los únicos órganos que nosotros tenemos de representación son los colegios de Procuradores a nivel de territorio de Colegio y, además, los consejos autonómicos luego está el Consejo General del Procuradores de España. Su papel es fundamental porque son ellos los que deben pedir la pasarela al RETA como entidad y, por eso, lo primero que hicimos al darnos cuenta del problema fue contactar con nuestros colegios. A medida que nos hemos ido movilizando se han dado cuenta, cambiado su opinión inicial y, en este momento, sí que se están haciendo eco de nuestra reivindicaciones, trasladándolas al Consejo y ayudándonos en la comunicación.

El Consejo en este momento es un órgano que no nos representa, ni nos apoya, para nada. Mucho menos su presidente.