Investigación
Los peluqueros de Sánchez deben seguirle a los actos para desmaquillarle y cobran 160 € por sesión
Estos esteticienes tienen la obligación de firmar una declaración de confidencialidad por la que se comprometen a guardar la información de su trabajo «en reserva y secreto y no revelarla de ninguna forma»
Pedro Sánchez es una persona a la que le gusta cuidar su imagen. Los empleados oficiales de peluquería y maquillaje de la Moncloa cobran –según la última adjudicación oficial del Ministerio de Presidencia– 135 euros por sesión, si esta se produce en la Comunidad de Madrid, y 160 € si el acto o mitin se tiene lugar fuera de la región en la que reside de manera oficial el presidente del Gobierno; precios sin impuestos. Esta licitación –la última que se formalizó, el 3 de marzo de 2022 tal y como recoge el BOE de ese día– también señala que la prestación del contrato tiene una duración de un año más otro prorrogable; extremo que puede que se haya cumplido dado el periodo transcurrido.
En el pliego oficial también se indica que el líder del Ejecutivo necesita a dos profesionales, uno con categoría de jefe y otro de ayudante: «para el cálculo de los costes principales se considera la intervención de dos técnicos por sesión y se suman las dietas por servicios fuera de la Comunidad de Madrid para un técnico (cena, alojamiento y desayuno y gastos)».
Así las cosas, una veterana peluquera madrileña que trabajó con otros presidentes del Gobierno ha expresado a El Debate que hace pocos años «me llegó una oferta directamente desde la Moncloa para apuntarme al concurso público. Había que estar a disposición del presidente constantemente –en los mítines a los que fuera– y esperarse a que acabara el acto para desmaquillarle, lo cual tenía un plus de precio». «A mí no me interesaron las condiciones de estar insistentemente con él, nada que ver con lo que había hecho en el pasado», ha agregado.
Servicios cuando «sean solicitados»
Además, el presupuesto base de la licitación aumentó en poco más de un año casi un 65 %, desde los 19.541,5 € en 2021 hasta los 30.346,8 en 2022; con un número total de sesiones previstas de 119. Sin embargo, las estipulaciones recogen «el número de sesiones previstas responde a una estimación orientativa y no vinculante», por lo que su desempeño «depende exclusivamente de la agenda pública de sus titulares, siendo imposible de anticipar al estar sujeto a una extrema variabilidad». Así pues, lo destacable es el precio que cuesta cada servicio (135 o 160 euros) y no el total del coste.
El objeto del contrato asegura que los esteticienes contratados prestan «servicios de imagen necesarios para las comparecencias, siempre que se considere necesario por la Secretaría de Estado de Comunicación, en caso de comparecencias y actos públicos del presidente, la vicepresidenta, la portavoz y otros miembros del Gobierno o altos cargos, autoridades nacionales y dignatarios extranjeros».
«Los servicios especializados de imagen incluirán las acciones necesarias para asegurar la correcta presentación física del interviniente en la rueda de prensa o acto público», dictamina el contrato para después añadir que «sin perjuicio de eventuales peticiones, la prestación incluirá habitualmente un servicio semanal, con carácter general los martes, y otros servicios cuando fueran solicitados, en este caso, sin días y horas predeterminados».
Igualmente, a los empleados que realizan los trabajos de imagen de la Moncloa se les obliga a firmar una declaración de confidencialidad, con la que se comprometen «a mantener en secreto todos los datos e informaciones facilitados por la Secretaría de Estado de Comunicación y que sean concernientes a la prestación del Servicio».
En este contexto, el escrito considera información confidencial «todo el know how o saber hacer resultante de la ejecución de los servicios contratados (los Servicios), debiendo el adjudicatario mantener dicha información en reserva y secreto y no revelarla de ninguna forma, en todo o en parte, a ninguna persona física o jurídica que no sea parte del contrato».
Esta licitación pagada con el dinero de todos los contribuyentes –que el Ministerio de Presidencia llama con el rimbombante nombre de «servicios especializados de imagen necesarios para las comparecencias y actos públicos en la Sala de Prensa del Edificio Portavoz del complejo de la Moncloa»– pone de manifiesto la concepción de la política que tiene Sánchez, y, consecuentemente, la relevancia que le otorga a su aspecto físico.