Dignidad y Justicia reactiva la búsqueda de los etarras huidos más peligrosos: 5.000 euros de recompensa
En la actualidad quedan todavía más de 20 miembros de ETA con requisitorias judiciales viviendo en diferentes países de América y África, sobre todo en Venezuela
La asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia, que preside Daniel Portero, ha reactivado la búsqueda de terroristas que, algunos desde hace décadas, permanecen huidos de la Justicia española a pesar de que sobre ellos pesan graves acusaciones, incluidos, las de asesinato.
Aunque la campaña #StopHuidosETA lleva ya varios años en marcha, en este momento ha decidido aumentar la recompensa que se ofrece por información que facilite la detención de los terroristas y su puesta a disposición de la Justicia. Ahora la recompensa es de 5.000 euros.
Según los últimos datos ofrecidos por la Fiscalía General del Estado, en la actualidad hay alrededor 40 etarras huidos de los que más de la mitad, 24, tienen requisitorias judiciales. El resto no están buscados por la Justicia puesto que sus delitos han prescrito.
De hecho, muchos de ellos están regresando a España uno a uno, gota a gota, una vez, eso sí, han confirmado que no tienen cuentas pendientes en nuestro país. Así, la asociación de familiares de presos etarras, Etxerat, estima, a 1 de enero de este año, en 17 los huidos que ellos denominan «refugiados», a los que suman otros 4 «deportados políticos», que se encuentran en Venezuela, en Cuba o en Cabo Verde, donde hay dos terroristas.
Desde Dignidad y Justicia ponen el énfasis en los más peligrosos. Son seis etarras que acumulan decenas de asesinatos como José Ignacio de Juana Chaos, autor de 25 asesinatos, o José Luis Eciolaza 'Dienteputo', que en los años 80 asesinó a una veintena de personas y fue localizado hace tan solo unos meses en la ciudad argentina de Córdoba. También son buscados Oier Eguidazu, Arnatz Arambarri, Eneko Aguirresarobe y David Urdín.
El problema no es su localización. El mismo De Juana Chaos fue encontrado hace una década regentado una licorería en una población costera de Venezuela. El problema es que hay una absoluta falta de colaboración por parte de los países que acogen a estos terroristas.
El régimen venezolano, donde se ubica la mayoría de los huidos, protege a estos terroristas, por ejemplo, concediéndoles la nacionalidad como ocurrió con Juan Manuel Bereciartua, Alberto Cubillas o Xabier Arruti. Estos dos últimos, además, trabajan como funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.