Perfiles Jurídicos
Ignacio Stampa: «Cada vez que García Ortiz y Dolores Delgado han hablado de mi caso, han mentido»
El que fuera uno de los dos fiscales al frente del 'caso Villarejo' estrena libro, El Complot, para contar «toda la verdad» de aquella investigación, bajo la alargada sombra de la anterior y el actual fiscal general del Estado
Ignacio Stampa (Madrid, 1973) fue apartado como fiscal del 'caso Tándem', por motivos que en apariencia distan mucho de ser las esperadas en la Fiscalía de un pleno Estado de Derecho. La verdad de las sombras de aquella causa que les encomendó a él y a su compañero, Miguel Serrano, el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, es difícil saberla con certeza, quizás porque las pruebas que guardan la clave de bóveda forman parte de una investigación penal todavía en curso contra el ex comisario José Manuel Villarejo.
Sin embargo, en las casi cuatrocientas páginas de El Complot (La Esfera de los Libros), el libro que Stampa ha escrito para sanar una etapa aciaga en su biografía personal y profesional, por causas ajenas a su propia voluntad, algunas respuestas toman forma. Ambos fiscales fueron conscientes desde un principio de que se adentraban en terminales de poder que implicaban a políticos, policías o empresarios a gran escala. Lo que nunca imaginaron es que la factoría Villarejo pusiese en marcha su maquinaria con filtraciones, grabaciones y audios que, en muchos ejemplos, nunca llegaron a figurar en el sumario.
- Estrena usted un libro que se titula El complot. ¿Por qué el título?. ¿Cuál es la historia?. Y, sobre todo, ¿por qué contarla en este momento?
- El título porque no dejo de contar una especie de acuerdo entre varias personas para hacerle daño a otra en el ámbito social, profesional y de la Justicia. En el libro se describe el conjunto de ilegalidades que se cometen para crear una investigación con la que apartarme del conocido como caso Villarejo o caso Tándem. He estado siete años sin decir prácticamente nada, 38 meses investigando sin que nadie supiera de mí y, cuando se me atacó en los medios de comunicación, estuve otros 32 meses hablar. Ese silencio me perjudicó pero era mi responsabilidad. Yo no podía estar desmintiendo cada información. Fue cuando vi qué tipo de investigación se me estaba haciendo cuando empecé a recopilar pruebas. Esperé a que hubiera una primera sentencia del caso Villarejo porque, aunque no sea firme, eso era imprescindible dado que yo no podía tratar el tema siendo fiscal del asunto y El Complot nace. Para contar la verdad de todo lo que me pasó y para que no le suceda lo mismo a ningún fiscal, ni a ningún otro ciudadano.
Estoy convencido de que la campaña contra mí la conciben dos presuntas organizaciones criminales, actualmente investigadas en la Audiencia Nacional, la de Villarejo Pérez y la de Fernando Presencia
- ¿Cuándo empieza su calvario? ¿Cómo descubre que quien está es la entonces Fiscal General del Estado Dolores Delgado?
- Desde el primer momento que nos asignan el caso sabemos que nos van a atacar. A medida que investigamos y aprendemos más del personaje principal de la trama [el ex comisario Villarejo] y vemos que parte de los servicios que presta consisten en manipular información para intoxicar y dar una imagen equivocada de las personas a través de sus debilidades, sabemos que nos puede pasar. Y sucede cuando utiliza para sí las mismas maniobras de intoxicación informativa que usa para sus clientes. Desde enero del 2020, ya estamos avisados, Luzón [el fiscal jefe Anticorrupción] está avisado y la fiscal General del Estado en ese momento, María José Segarra, está avisada.
A Segarra no le preocupa absolutamente nada el tema, pero es verdad que no ha salido de forma tan escandalosa como va a salir a partir del mes de junio en una campaña que se orquesta de manera muy elaborada. Yo estoy convencido que la conciben dos presuntas organizaciones criminales que actualmente son investigadas en la Audiencia Nacional, la de Villarejo Pérez y la de Fernando Presencia, ahora en prisión preventiva, y de la que se aprovechan muchas personas, entre ellas la que ya era fiscal General del Estado, Dolores Delgado.
- Usted apunta a que la Fiscal General Delgado podría tener intereses propios en la causa y que, por lo tanto, ve una ocasión para limpiar esos obstáculos a través de su señalamiento. ¿En algún momento se pone en contacto con ella?
- Los fiscales del caso Tándem no tuvimos nunca contacto con la fiscal general del Estado Dolores Delgado. Nunca. Y, además, porque ella se relacionaba por una cuestión jerárquica con el fiscal jefe Anticorrupción. Con nosotros no. De todas formas le voy a decir quienes nos van señalando, desde 2018, son Baltasar Garzón, José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño y los tres son amigos de Dolores Delgado. Entonces, llega un momento en que Dolores Delgado está afectada en el procedimiento desde el punto de vista personal. En primer lugar porque sale en los audios. En segundo lugar porque aparecen documentos del procedimiento como persona que habría participado en los negocios de Villarejo. Nosotros eso siempre lo pusimos muy en duda y, de hecho, sospechamos que pudiera ser un señuelo para ganar más dinero de sus clientes.
Para mí, como ciudadano, García Ortiz no tiene la menor credibilidad, ni el menor prestigio jurídico. Como fiscal no tengo contacto con él, ni he recibido ninguna instrucción por su parte
En tercer lugar, también estaba concernida personalmente por el señor Garzón [su pareja] porque también salían audios de él y porque también había elementos en el procedimiento que daban que pensar que él podía estar concernido desde el punto de vista de los negocios. Al margen de esto, Baltasar Garzón asume la defensa de tres investigados y uno de ellos, capital, que es Enrique García Castaño. De manera que la afectación personal de Delgado era total. Por eso yo no me podía imaginar que interviniera en el Consejo Fiscal en el que se decide mi plaza y, mucho menos, cuando descubro que quien dirige la investigación penal contra mí es ella.
- Se le abren dos líneas de investigación, una penal y otra disciplinaria que acaban en nada. ¿Cómo sienta saber que pese a hacer las cosas bien fue apartado y humillado mientras quienes conspiraron salieron promocionados?
- A mí me atacan por vía administrativa interna previa a la disciplinaria en la Fiscalía y por vía penal, por una denuncia de VOX ante la Fiscalía de Madrid. Pero me atacan a mí y atacan a Miguel Serrano, que esto es una de las grandes aspectos sobre el que ellos mentían. Los denunciados siempre fuimos dos, hasta el punto de que la inspección fiscal cada vez que archivaba los expedientes, porque no me abre solamente uno sino varios, siempre archiva con relación a dos fiscales. En el ámbito penal sí que llegan a una conclusion: que no hicimos nada malo. Sin embargo, la toman conmigo y me vilipendian más a mí porque hay un gancho muy propio de la factoría Villarejo que es incorporar un componente sórdido de naturaleza sexual porque si no, no hay quien se crea la historia.
Que me atacaran más a mí era atacar el procedimiento. Yo no había hecho nada. Y entonces soy yo, como usted dice, el que salgo humillado de la Fiscalía mientras que con el paso del tiempo, Delgado hay ascendido a fiscal de sala dos veces. De momento ya ha descendido de un de esos nombramientos y está por ver si la descienden en la Segunda. Y quien ejecutó todo en su nombre e insistió ante los medios, ante el Consejo Fiscal y ante los propios Tribunales de Justicia por escrito, mintiendo al decir que Dolores Delgado no intervino, fue Álvaro García Ortiz.
Dolores Delgado queda afectada en el procedimiento desde el punto de vista personal porque su pareja, Baltasar Garzón, también estaba en los audios
- ¿Qué le parece que pese a haber mentido recientemente, sobre el informe del caso Tsunami, Alvaro García Ortiz continúe al frente de la Fiscalía General?
- Yo no sé si Álvaro García Ortiz ha mentido en este asunto del que me habla. Lo que sí le puedo decir es que cada vez que tanto él como Dolores Delgado han hablado de mi caso, han mentido en todo lo que han dicho. Pero esta cuestión tengo que valorarla más como ciudadano que como fiscal. Para mí como ciudadano, viendo lo que me ha hecho, no tiene la menor credibilidad, ni el menor prestigio jurídico. Como fiscal no tengo ningún contacto con él, ni he recibido ninguna instrucción.
- ¿Hay instrucciones en este sentido en la Fiscalía General?
- Yo sólo puedo hablar de lo que hicieron conmigo para defenderse de los procedimientos judiciales que tengo entablados contra ellos. Y por eso, lo que pretendo en el libro es poner de manifiesto es que no se puede aceptar que en una investigación penal de trascendencia, cada orden, cada decisión de un fiscal investigador tenga que ser autorizada por el Fiscal General del Estado. Eso no existía antes. empezó conmigo y era ilegal porque las órdenes al final las estaba dando Dolores Delgado de forma encubierta, ejerciendo su poder, pero evitando asumir su responsabilidad. Por eso son órdenes verbales en las que García Ortiz actuó de parapeto. Ahora ya han establecido que eso sea la regla.
En mi caso las órdenes las estaba dando Dolores Delgado de forma encubierta, ejerciendo su poder pero evitando asumir responsabilidades
- Habla usted de una falta total de transparencia...
- Lo realmente grave es que hoy en día todas las comunicaciones que hay entre el fiscal que investiga y el Fiscal General del Estado sean reservadas, sean secretas y se tramiten de forma paralela al investigado. Y eso es lo que me hicieron a mí para evitar que Dolores Delgado apareciera, aunque luego acabó apareciendo por todas partes. Y eso no es que sea falta de transparencia, es vulnerar, es eliminar el derecho de defensa porque al final te está investigando una persona distinta. Y, no perdamos de vista que el que investiga es el superior jerárquico del investigador, con lo cual el puesto de este último puede depender de la decisión del primero. Que fue lo que me pasó a mí.
- También en Tsunami Democràtic, en la Audiencia Nacional, el criterio de la Fiscalía sobre el terrorismo cambia después del 23-J por un supuesto 'error'. ¿Esto es creíble?
- No conozco el caso, ni he visto los informes ni conozco los criterios y, además, me parecería una falta de respeto hablar del asunto de un compañero. Pero está bien que me pregunte por lo del cambio de criterio, porque la circular nueva introduce estos cambios y habla de eso: de pedir autorización al Fiscal General para todo lo que se haga en las investigaciones de trascendencia, no en todas, sino las de trascendencia. Si éste da una instrucción hay que cumplirla por el principio de jerarquía salvo que sea ilegal o improcedente. Y eso lo hacieron para evitar no sé cuál es la palabra exacta, si es desagradables o inadecuados o incómodos cambios de criterio jurídico. Esa circular, yo he oído a fiscales y abogados decir que es el blanqueamiento del caso Stampa. No hay ninguna diferencia, como cuento en el libro, entre la forma ilegal en la que me investigaron a mí y la forma en la que hay que investigar a partir de ahora. Y es un cambio normativo que hacen Álvaro García Ortiz y Dolores Delgado.
- Lo que cuenta es de una gravedad tremenda... ¿Ha abandonado la Fiscalía Española la defensa de la legalidad?
- Todavía estoy esperando a que me den las razones de por qué el señor Luis Navajas [el que fuera teniente fiscal, es decir, número dos de la Fiscalía durante el caso Stampa y que pidió perdón público a su compañero de Carrera por sus acusaciones «falsas» contra él] no estuvo en el Consejo Fiscal votando si yo podía o no seguir en la Fiscalía Anticorrupción. Me lo siguen negando. Entonces me dificultan demostrar una desviación de poder porque no tengo todos los documentos y todas las pruebas. Entonces, cuando se habla de transparencia y de legalidad… es que me quedo perplejo.
- Lo que sí es evidente es que en la Fiscalía, con Álvaro García Ortiz, ha habido desviación de poder…
- La sentencia del Tribunal Supremo de noviembre de 2023, que a mí me da tiempo a incluir en el libro, [que anula el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal Togada de lo militar] no solamente se habla de desviación de poder, que es una cosa gravísima en la administración y es inaudito que se lo digan al Fiscal General de Estado, sino que acoge la tesis del recurrente de que hay un tráfico de favores. Si analizamos que el papel que juega Álvaro García Ortiz, en mi caso concreto, es evidente que está haciendo todo lo posible para ejecutar las órdenes dadas por Dolores Delgado y para evitar que ella sea reconocida como interviniente y para ocultarla. Y luego, en su toma de posesión, también lo describo en el libro, le agradece a Dolores Delgado ser nombrado Fiscal General de Estado.
El Supremo acoge la tesis del tráfico de favores entre García Ortiz y Dolores Delgado
- ¿Sería entonces más oportuno hablar de injerencias políticas en la Justicia que de lawfare?
- La instrumentalización política de la Justicia. Mire, Podemos intentó instrumentalizar el caso Tándem y no le dejamos. Cuando llega la manipulación informativa es Vox el que nos denuncia. Curiosamente Vox no filtra y no revela esa denuncia que nos pone, que es una denuncia política porque se la pone a Pablo Iglesias, sino que es la propia de Dolores Delgado la que, a través de la Fiscalía, le da pábulo y denuncia y pone en conocimiento de toda España que yo estoy investigado penalmente. Dolores Delgado que es la fiscal general del Estado en un momento de Gobierno del Partido Socialista, que no tiene nada más que ver con eso hasta el punto que el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, en un desayuno informativo delante de Dolores Delgado, pide respetar mi presunción de inocencia.
Mientras tanto, el Partido Popular es el que más me ataca en el Parlamento. Ciudadanos le pregunta al Fiscal General del Estado, la primera vez que va al Congreso de Diputados para ver si es idóneo, por mi caso. Después Vox pide que yo comparezca en una comisión parlamentaria de investigación cuando sale todo el follón. Y en el Parlamento Europeo vuelven a hablar de mí al comisario de Justicia, Didier Reynders, como ejemplo del mal hacer de los fiscales generales del Estado de mi país. Con lo cual al final, pues mire, de aquello se hizo un mundo del que todos los partidos políticos han hablado.