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El Lehendakari, Iñigo UrkulluEuropa Press

Urkullu adelanta las elecciones vascas al 21 de abril ante el peligro de que Bildu le dé el 'sorpasso'

La convocatoria electoral se sitúa a solo mes y medio de las europeas del 9 de junio

«Convocaré las elecciones autonómicas cuando crea que es el momento, pero tenemos mucho trabajo por hacer», afirmaba el lehendakari Íñigo Urkullu el pasado mes de octubre. Todo apuntaba al 9 de junio, día en que tendrán lugar las elecciones europeas, cuando el presidente de Galicia, Alfonso Rueda convocaba las gallegas para el 18 de febrero y Urkullu, que en 2020 las había hecho coincidir con las gallegas, admitía que esta vez no coincidirían.

La aprobación deprisa y corriendo el pasado 15 de febrero de las 3 últimas leyes vascas que quedaban pendientes (para regular los derechos en la infancia y la adolescencia, para mejorar las políticas de cooperación y para reforzar los derechos de las personas trans) dejaban la puerta abierta a un adelanto electoral que se ha confirmado este jueves cuando ha anunciado la disolución de la cámara de Vitoria y la convocatoria electoral para el 21 de abril.

Para ello, ha acudido acompañado de ocho consejeros de su Gobierno, 5 del PNV y 3 del PSE, lo que da imagen de que hay acuerdo a la hora de convocar estas elecciones.

De esta forma, los vascos acudirán a las urnas dos veces en apenas mes y medio. Las últimas encuestas conocidas, sobre todo la del CIS vasco, han acelerado la convocatoria electoral para tratar de paralizar el ascenso que experimenta Bildu y que podría llevarle, incluso, a dar el gran 'sorpasso'.

Porque si Bildu resultara la opción más votada pondría en serio peligro la opción de un Gobierno PNV-PSE que auguró el secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza.

Pedro Sánchez sabe que si Bildu fuera la fuerza más votada en Euskadi y los socialistas aupara al PNV a la Lehendakaritza (presidencia vasca), perdería los seis votos de Bildu en el Congreso de los Diputados y esto le haría perder la mayoría parlamentaria. Por lo que Urkullu prefiere a toda costa que los nacionalistas sabinianos se alcen con la mayoría de votos, aunque él ya no vaya a ser lehendakari en ningún caso puesto que la dirección del PNV ha optado por una regeneración de caras y ha colocado como candidato a un desconocido Imanol Pradales.

La posibilidad de hacerlas coincidir con las elecciones europeas tampoco convencían a los nacionalistas porque todo apunta a que los comicios del 9 de junio se constituirán como la lucha definitiva entre Sánchez y Feijóo tras las generales del pasado 23 de julio, lo que podría polarizar el voto entre socialistas y populares y reducir fuerza al PNV.