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El Lehendakari, Iñigo Urkullu (i), y el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar (d), durante un acto político en el 120 aniversario del fallecimiento de Sabino Arana

Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar, en un acto político en el 120 aniversario de la muerte de Sabino AranaEuropa Press

La sombra de la duda cae sobre el PNV: no se fía de lo que el PSOE pueda hacer tras las elecciones vascas

El líder del PSE, Eneko Andueza, reitera que no harán lehendakari al candidato de Bildu. Los nacionalistas dicen no tener por qué desconfiar, pero tienen reciente el giro en Pamplona

«El PSOE se presentaba para liderar el Ayuntamiento de Pamplona, no para hacer alcaldesa a Cristina Ibarrola, de UPN, ni alcalde a Joseba Asiron, de EH Bildu. Pero también he dicho, y de manera reiterada, que los socialistas no vamos a hacer alcalde a Joseba Asiron de EH Bildu». Son palabras pronunciadas el 30 de mayo por la candidata del PSOE a la alcaldía de la capital navarra, hoy ministra, Elma Saiz. Seis meses después, y una investidura de Pedro Sánchez entre medias, el candidato abertzale gobierna la ciudad.

Después de este giro de guion, aunque el PNV apuesta por la reedición del pacto con el PSE si dan los números tras los comicios, la sombra de la duda se cierne sobre los nacionalistas vascos al no tener la confianza total de que los socialistas les vayan a apoyar tras las elecciones previstas para primavera, aunque esperan que cumplan con su palabra de no pactar con Bildu.

El responsable institucional de los peneuvistas, Koldo Mediavilla, sostuvo este martes en Onda Vasca que el pacto PNV-PSOE había sido «bueno para el país» y que era «muy difícil» encontrar «otras fórmulas de coalición o de apoyo» que den esa estabilidad política. «Cuando las fórmulas son positivas, extrañamente se cambian», defendió, subrayando que acaban de ratificar con el PSOE el pacto en las tres diputaciones vascas y en los ayuntamientos. E insistió: «Yo creo que cuando las fórmulas resultan exitosas, o por lo menos positivas para todos, no es conveniente hacer grandes cambios».

El dirigente del PNV, que circunscribía el acuerdo en Pamplona a un ejercicio «ejercicio puntual», aseguró no tener por qué desconfiar del candidato socialista, Eneko Andueza, que corrió a señalar el 13 de diciembre que lo de Navarra era una cuestión local y a afirmar que no harán lehendakari al candidato de Bildu, Pello Otxandiano. «Él sabrá el nivel de compromiso que tienen sus palabras. No tengo por qué desconfiar de las mismas», expresó Mediavilla preguntado al respecto.

No obstante, quiso sacar a colación lo que pasó en 2014, cuando el socialista Patxi López, que había reiterado que no gobernaría con el PP, terminó siendo presidente vasco con los votos de los populares. «Esperemos que sean situaciones pasadas», apostilló el portavoz del PNV.

Por su parte, Andueza no solo se ha apresurado a afirmar que el PSE no hará lehendakari al sucesor de Otegi, sino que hace antes de acabar el año quiso quitar el foco de su partido y lanzó al aire la posibilidad de que después de las elecciones llegaran a pactar nacionalistas y abertzales. «Yo les pregunto a EH Bildu y al PNV que si lo que ocurre en Navarra es posible, ¿por qué no va a ocurrir aquí en Euskadi?». –En Navarra gobiernan ahora Bildu, Geroa Bai (marca del PNV en la región) y Contigo Zurekin (marca de Podemos)–. Y dijo n tener dudas de que si el PNV viera riesgo de perder el gobierno «se echaría a los brazos de EH Bildu».

Por otro lado, las encuestas no dan mucho aire a los de Andoni Ortuzar. El último barómetro del Gobierno vasco, el que elabora el Gabinete de Prospección Sociológica del Ejecutivo, del 1 de diciembre, situó al PNV con la victoria, con 29 escaños, pero con una ventaja sobre Bildu, que subiría tres escaños respecto a 2020, de solo cuatro puntos, con 25 diputados, y al PSE le daba 11 escaños. Unos resultados que permitirían reeditar el gobierno de coalición de las dos últimas legislaturas. Pero también dejaba otra posibilidad: que gobernara Bildu apoyado de los socialistas y los tres escaños de la marca de Podemos.

Hay que recordar que esta encuesta se produjo antes de la moción de censura en Pamplona. Por otro lado, en estas elecciones los candidatos tienen caras nuevas: en el caso del PNV, quien sustituye a Iñigo Urkullu es Imanol Pradales, y por parte de Bildu, es Pello Otxandiano quien ha tomado el relevo de Arnaldo Otegi.

Sánchez tiene a ambos partidos de socios necesarios a nivel nacional. Los seis diputados de Bildu y los cinco del PNV fueron imprescindibles, como los de ERC y Junts, para poder sacar adelante su investidura. Hubo un momento en que los cinco escaños nacionalistas habrían podido inclinar la balanza a favor del PP. De hecho, Alberto Núñez Feijóo intentó que así fuera, pese a que Ortuzar cerró la puerta a todo entendimiento con los populares.

Feijóo le advirtió de que podía haber un sorpasso de Bildu en el tablero político vasco. El PNV tiene cierto temor a que eso ocurra, pero dicen estar confiados en ser «un partido referente», según señaló Mediavilla este martes. La posibilidad está ahí, como también lo está la de que Pedro Sánchez, ante la ausencia de una mayoría absoluta en el País Vasco, tenga que elegir a uno.

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