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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Falacias, chismes y bulos

Pero no puedo dormir pensando en el sufrimiento de esa familia ejemplar. El modesto, sincero y valiente presidente. En su pulcra y honesta esposa. En el hermano músico. En sus íntimos colaboradores, hoy salpicados por la duda

Actualizada 01:30

No he podido conciliar el sueño. Los ojos, como platos. Aprovechando la oscuridad de la noche, he derramado lagrimas desde el silencio, dominando los jipidos, los zollipos y las acometidas del sollozo. ¿Cómo es posible que la gente sea tan perversa? Cuando, al fin, conseguimos que nos gobierne un político íntegro, sincero, honesto, valiente, un místico del servicio público, un español ejemplar, un esposo modélico… nos unimos para destrozarlo. En realidad, nos unimos algunos, pero no los suficientes, y en esa debilidad radica nuestra esperanza.

Aldama, ¿quién es Aldama para herir la piel de nuestro amado presidente? Que si Koldo, Ábalos, Begoña, Marlasca, Delcy, Santos Cerdán, Teresa Ribera, Ángel Víctor Torres… ¡Qué obsesión, San Cugat de Monistrol! Está claro que muchos de ellos han recibido dineros y favores. Pero no nuestro presidente del Gobierno, humilde y sincero como el que más. Y lo de Globalia, ¿qué importancia tiene que Begoña haya contribuido con su empuje y experiencia empresarial al rescate de una compañía aérea por 500 millones de euros? ¿Somos conscientes del nivel de sufrimiento que tienen que soportar los empresarios para llenar de queroseno sus aviones? Y esas reuniones, también con Begoña y Teresa Ribera, convocadas con el único fin de llenar la España vaciada. Y esos sobres con apenas 25.000 euros, entregados para incentivar el trabajo de los altos responsables del PSOE? ¿Qué tiene que ver Sánchez con todo esto? Y si tuviera que ver, ¿Qué tiene de malo? Nadie ha amado a España desde las alturas como Sánchez. Ni San Juan de la Cruz, que rozó los misterios de Dios para darle alcance. Y fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. Para Juan de Yepes, la caza era Dios, y rozó sus nubes, pero Sánchez ha alcanzado más altura. ¿Qué no es creyente y para él la caza es otra cosa? ¿Acaso está obligado a creer en Dios? Su Dios es la felicidad de los españoles, la riqueza bien distribuida, la complacencia de contemplar su país desde las alturas. Hace bien en no descender y pisar la calle. Hace tres semanas, en Paiporta, una localidad valenciana que se tragó la riada porque la ministra estaba estudiando un examen, Pedro bajó a sus calles y una muchedumbre de tres ultraderechistas indignados, que resultó que no eran ultraderechistas, a punto estuvieron de lincharlo. Tuvieron que sacarlo de ahí de mala manera, arrastrándolo, empujándole, porque gracias a Dios los miembros de su servicio de seguridad se hallaban en su cercanía y tuvieron tiempo para socorrerlo. ¿Es malo permitir el apoyo de los terroristas para gobernar? ¿Es contraproducente presidir un gobierno con la ayuda de los separatistas catalanes y vascos, de cuya ejemplaridad histórica nadie duda?

Y ahora, Aldama. «Sánchez quería conocerme y me agradeció lo que estaba haciendo». Lógicamente. Sánchez es un hombre íntegro que sabe a quién hay que agradecerle los favores y a quién no hay que agradecerle nada.

Sánchez ha salido al paso, y ha declarado que todo lo de Aldama es mentira. Sánchez no soporta la mentira. Jamás ha mentido y no va a cambiar. ¿Porqué mienten los otros para perjudicar su amor por la verdad? Y Aldama amenazando: «Que no se preocupe Sánchez que va a tener pruebas». Con esa advertencia en el aire, con esa amenaza nítida, no se puede gobernar con la tranquilidad que se precisa para mejorar el nivel de vida y de libertad de los españoles.

Aldama es parte de la corrupción, y ha conseguido que explosione el Gobierno y el segundo partido de España. Hasta la sosegada y locuaz ministra María Jesús Montero ha quedado señalada. ¿Qué gana España con esa persecución cainita? Sánchez y su esposa necesitan paz, tranquilidad y sosiego. ¿Quién es Javier Hidalgo para desorientarnos? Aldama nos ha hecho un daño terrible, irreparable, porque no está descartado que, harto de las mentiras, Sánchez presente su dimisión en las próximas semanas. Existen registrados 49 vuelos a la República Dominicana sin datos referentes a sus objetivos, viajeros y contenidos del equipaje. Y me pregunto. ¿Acaso Sánchez no puede ordenar 49 vuelos de ida y vuelta a Santo Domingo? Es el presidente, y Margarita su ministra de Defensa. Y dice Aldama que Ábalos, el íntimo de Sánchez, el número 3 del PSOE, ha cobrado en mordidas más de 650.000 euros, y guarda su fortuna en la República Dominicana. Eso sí hay que investigarlo mejor, Sánchez, por su bien, y se tiene que poner las pilas Marlasca. Pelillos a la mar.

Pero no puedo dormir pensando en el sufrimiento de esa familia ejemplar. El modesto, sincero y valiente presidente. En su pulcra y honesta esposa. En el hermano músico. En sus íntimos colaboradores, hoy salpicados por la duda. Está sufriendo lo indecible, y nosotros aquí, con los brazos cruzados, sin hacer nada por él, que tanto lo merece.

Que San Braulio de Astigarraga nos perdone.

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