La corrupción y la amnistía desangran al PSOE y abren un abismo de 12 puntos entre Feijóo y Sánchez

Las revelaciones en torno a la trama corrupta que operó en el Gobierno y aledaños, unidas a las últimas cesiones a Junts y ERC, están desangrando al PSOE. El sondeo de Target Point para El Debate sitúa la distancia entre populares y socialistas en un abismo de 11,9 puntos y de entre 54 y 58 escaños, lo que permitiría al PP alcanzar sobradamente una mayoría absoluta con Vox.

Los socialistas se han apresurado a cantar victoria después de atornillar una ley de amnistía a la medida de Carles Puigdemont y redactada en gran parte por su abogado, Gonzalo Boye. «Van a ser cuatro años más del Gobierno de coalición progresista, le pese a quien le pese. Se le hará muy largo a la oposición, pero así es la democracia», proclamó Pedro Sánchez el viernes desde Santiago de Chile.

Sin embargo, la encuesta muestra otra cosa. Muestra a un PSOE en su momento más crítico, que ha perdido 4,8 puntos desde las elecciones generales de julio y con una fidelidad de votos de solo el 51,4 %. En paralelo, el PP ha subido 5,7 puntos en los últimos siete meses. Como también han mejorado los dos partidos independentistas catalanes, que han demostrado a sus electorados tener la sartén de la legislatura por el mango.

El trabajo de campo, con 1.009 entrevistas a panelistas online estratificadas y ponderadas por comunidades, fue realizado entre los días 5 y 7 de marzo. Entre medias, los españoles conocieron las nuevas entregas de Sánchez al expresidente catalán fugado, en lo relativo a los delitos de terrorismo, traición y malversación. También, la ampliación de la amnistía dos meses más de lo previsto, desde noviembre de 2011 y hasta noviembre de 2023.

De celebrarse hoy los comicios, Alberto Núñez Feijóo obtendría un porcentaje de voto récord del 38,8 %, lo que se traduciría en una horquilla de 159 a 161 escaños. El sondeo de Target Point sitúa al partido de Santiago Abascal con el 10,7 % de los apoyos y entre 25 y 27 diputados, de manera que entre los dos superarían ampliamente la mayoría absoluta. Aunque con fuerzas muy dispares: si el PP sube, Vox baja un 1,7 % de apoyo ciudadano respecto a julio.

Sánchez, por su parte, cae a plomo después de encadenar tres semanas aciagas, que empezaron con el siniestro total del PSdeG en las urnas gallegas del 18 de febrero. De celebrarse hoy las elecciones generales, obtendría el 26,9 % de los votos y entre 103 y 105 escaños. Y podría ser peor, de no ser porque el 10,9 % de los votantes de Sumar declaran que ahora votarían al PSOE. El bipartidismo sigue avanzando posiciones.

Al descenso del PSOE se une, precisamente, el de su socio de coalición, que de 31 diputados pasaría a entre 24 y 26, con un retroceso de 1,5 puntos respecto a julio. Ello se explica, al menos en parte, por la abrupta ruptura con Podemos, que concurrió a las generales con Sumar. Yolanda Díaz, que también se llevó un severo correctivo en su tierra el pasado 18 de febrero, está cada vez más desdibujada e intenta encontrar su sitio abriendo debates como el del toque de queda para los restaurantes.

Respecto a los partidos independentistas y nacionalistas, hay variaciones destacables. Suben tanto ERC, a entre 9 y 11 escaños, como Junts, a entre 9 y 10. Ambos tienen ahora siete, pero son tan vitales para Sánchez que parecen más. También crece el BNG, encaramado a la ola de sus buenos resultados en las elecciones gallegas. Pasaría de un diputado a entre dos y tres. Por el contrario, Bildu y el PNV se quedan como están, con seis y cinco escaños, respectivamente. También se mantienen UPN y Coalición Canaria, con uno cada uno.

La fidelidad de voto del PSOE, muy baja

En julio, el líder socialista tuvo dos tablas de salvación en las urnas, cuando todas las encuestas lo daban por ahogado. Por un lado, los excelentes resultados del PSC, que canalizó el voto de rechazo a Vox (lo que dejó a ERC en siete diputados). Por el otro, la fidelidad que mostraron sus votantes, lo que permitió al PSOE mantener un suelo amplio.

Sin embargo, esta última es una de las señales de alerta que ahora se han encendido en el cuadro de mando del socialismo: la fidelidad de voto del partido ha caído a su nivel más bajo: solo el 51,4 % de los encuestados que en julio apostaron por Sánchez volverían a hacer lo mismo ahora. Del resto, un 25,7 % se declaran indecisos y un 5,4 % votarían al PP, así que el trasvase entre bloques es limitado.

La fuga entre los votantes del PSOE contrasta con la fidelidad de los del PP, que se sitúa en el 82,6 %, la más alta de entre los cuatro principales partidos. Además, la encuesta refleja que Feijóo recibe una transferencia de voto de Vox del 17,6 %, consecuencia del famoso «voto útil», una de las principales armas del PP contra los de Abascal. Aun así, Vox mantiene bastante prietas las filas de su electorado: el 68,9 % de sus votantes aseguran que de Vox no se mueven.

Las notas a los líderes

Las notas que los encuestados dan a los principales líderes políticos son muy bajas. Ni uno solo aprueba. En cualquier caso, la menos mala es para Yolanda Díaz, a pesar de la caída del apoyo ciudadano a su proyecto político. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar obtiene una puntuación de 3,76. Por detrás se coloca Alberto Núñez Feijóo, que saca un 3,58. A muy poca distancia está Pedro Sánchez, con una nota media de 3,53. En último lugar aparece Santiago Abascal, con 2,17 puntos.

Los líderes de Sumar y de Vox son los que mejor valoración tienen entre sus respectivos votantes: 7,71 en el caso de Díaz y 7,23 en el de Abascal. Por su parte, los votantes del PP dan a Feijóo una puntuación de 6,94 y los del PSOE a Sánchez, de 6,92.