Un agente de la Guardia Civil, de espaldas, junto a un vehículo oficial.
Localizado en Navarra un hombre en buen estado que llevaba más de 20 años desaparecido
El hombre se fue de casa sin decir nada, abandonó a los suyos y rehizo su vida con un grupo de feriantes
Veinte años desaparecido y se encontraba a poco más de dos horas en coche. La Guardia Civil ha conseguido resolver la desaparición de un vecino de Bilbao que se fue de casa sin dejar rastro el día de Año Nuevo de 2003.
No se conocen demasiadas circunstancias del caso pero algo debía de pasar porque su mujer, hijos y hermanos tardaron 6 años en denunciar la desaparición del hombre. Pero desde entonces, la Guardia Civil no ha dejado de buscarle hasta que ha dado con él en un pequeño pueblo de Navarra, Caparroso, de apenas 3.000 habitantes, donde se encontraba con su nueva familia.
Cuando presentaron la denuncia, sus familiares señalaron que se podía encontrar en un domicilio de la capital vizcaína, pero la Guardia Civil no encontró allí a nadie ni hallaron coincidencias entre el ADN recogido en el piso y las personas fallecidas en Bilbao.
El desaparecido no puso las cosas fáciles para su localización. Se había ido con un grupo de feriantes que, aún a día de hoy, siguen recorriendo los diferentes pueblos de España. Con ellos rehízo su vida y formó otra familia al margen de la primera.
Fue finalmente el pasado día 19 cuando el hombre fue encontrado en la localidad navarra de Caparroso, según ha informado la Guardia Civil de Vizcaya en una nota. Los agentes que dieron con él le avisaron de que su familia, su primera familia, llevaba años buscándole. Pero, al tratarse de a desaparición voluntaria de un mayor de edad, el desaparecido tiene el derecho a decidir si se informa de su paradero.
El hombre aseguró a los agentes que no disponía de teléfono, pero dio permiso para que su primera familia contactara con una de las personas con las que convivía en su nueva vida. Incluso no puso pegas para que fueran a reencontrarse con él.
La Guardia Civil trasladó toda esa información a una hermana del desaparecido. Pero ya no se ha vuelto a saber más del caso, si ha habido reencuentro o no o, ni tan siquiera más detalles personales del desaparecido o de la familia. La Ley concede al hombre el derecho a continuar en el anonimato y la Benemérita tan solo ha informado de la aparición del bilbaíno.