Así trabaja la Guardia Civil los casos de desapariciones
«Cada caso es único», advierten desde la Benemérita, pero todos y cada uno se tratan con el mismo empeño
Veinticuatro días ha permanecido el cuerpo de Esther López desaparecido en Traspinedo (Valladolid). Veinte días hacía que la Guardia Civil la buscaba en todos los rincones de la localidad vallisoletana y sus alrededores. Ajenos a lo que se decía o se dejaba de decir, de los cotilleos y diretes, los agentes de la Guardia Civil se afanaron durante semanas en descifrar los misterios que rodeaban al caso.
Y aunque el caso de Esther López se convirtió en un tema mediático que ha llenado de cámaras y periodistas las calles de la pequeña localidad castellana, la Guardia Civil desarrolla su investigación con la misma diligencia que cualquier otra desaparición, que cualquiera de las 25.000 desapariciones de media que se registran al cabo del año en España.
Pero ¿cómo trabaja la Guardia Civil cualquier caso de desaparición?
Interposición de la denuncia
Una vez puesta la denuncia, se activan todos los mecanismos previos: se llama a hospitales cercanos, centros asistenciales, centros de acogida para personas sin hogar, establecimientos hoteleros u otros similares para comprobar si la persona desaparecida puede permanecer en alguno de estos lugares, «no vaya a ser que haya tenido algún accidente», afirma el capitán Daniel Arranz, de la sección de desaparecidos de la Policía Judicial de la Guardia Civil.
Una vez confirmada la desaparición
Se activan todos los mecanismos adaptados a la tipología de la desaparición.
Se procede a una inspección ocular del domicilio de la víctima con autorización de los denunciantes o de la autoridad judicial. Se reconocen los diferentes lugares que frecuentaba la persona desaparecida. Se establece contacto con familiares, amigos, compañeros de clase, de trabajo o de cualquier otra actividad que realizase. «Todo ello con el fin de recabar información, comprobar y contrastar la misma», asegura Daniel Arranz.
Posteriormente se realiza la toma de manifestación de testigos sobre el último momento en el que se vio a la persona, se obtienen informes vecinales y de personas o establecimientos próximos al lugar donde se ha producido la desaparición. Se recopila el contenido de cámaras de vídeo de vigilancia ubicadas en la zona de la desaparición o aledaños. Se localiza y reconoce el estado de los vehículos que utilizaba. Se contacta con personas con las que mantenía una relación sentimental y/o privada.
Además, se recogen los medios tecnológicos que pudiera utilizar la persona desaparecida y se procederá a un estudio detallado de los mismos, «siempre previa solicitud del correspondiente mandamiento judicial que autorice el conocimiento de las comunicaciones mantenidas por la persona desaparecida», advierte el capitán de la Guardia Civil.
Se activan todos los mecanismos adaptados a la tipología de la desaparición.
Existen tres tipos de desapariciones
- Desaparición voluntaria: fugas de personas menores de edad, fugas de personas menores de edad de los centros de protección, desapariciones intencionadas de personas mayores de edad y con plena capacidad jurídica y de obrar.
- Desaparición involuntaria: son sin causa aparente. Personas con deterioro cognitivo, trastornos mentales, enfermedades neurodegenerativas, personas con discapacidad, etc. Accidentes o catástrofes.
- Desaparición forzosa: desapariciones de personas fundadas en un entorno o ámbito delictivo. Sustracción parental de menores de edad. Echados / Expulsados del hogar.
Llegados a este punto, en los casos de desaparición involuntaria y desaparición forzosa, como parece el caso de Esther López, se activan los dispositivos de búsqueda en dos sentidos.
Investigación sobre el terreno
Se organizan batidas con la participación de instituciones, asociaciones dedicadas a la búsqueda de personas y también de voluntarios. La dirección del mismo será asumida por los representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. «Estas batidas ayudan si se hacen bien, porque, claro, si de repente se te plantan 600 personas a lo loco por ahí… Eso requiere coordinación e ir por sectores para ampliar el máximo posible el radio de búsqueda, porque si de repente van unos a un sector y luego resulta que han pasado por el sector 20 personas más, hemos perdido tiempo», considera el especialista en desapariciones de la Guardia Civil.
Por otro lado, también se hacen rastreos con equipos especializados. Intervienen unidades caninas, drones, el grupo GEAS de actividades acuáticas, búsqueda en pozos… «Deberá arbitrarse un mecanismo de coordinación entre las diferentes unidades policiales que realicen labores de búsqueda y otras instituciones públicas o privadas que se incardinen en el dispositivo», establece el protocolo del Ministerio del Interior.
Análisis de la conducta
Pero, además, de investigar sobre el terreno, la Guardia Civil también hace una labor, más importante si cabe, que es la investigación sobre las personas que rodean la vida de la desaparecida. «Esto va por círculos. Primero, el entorno más cercano, luego se va ampliando. Inicialmente se pregunta por su conducta», explica el capitán de la Guardia Civil.
«Si tienen algún tipo de implicación quizá delictiva, o por lo menos saben algo, muchas veces nos dan la información que a nosotros nos interesa para decir que esta persona se ha ido por este motivo a este sitio y nosotros dirigimos la investigación». En este aspecto, los agentes encargados de la investigación tienen que estar muy atentos porque, incluso, puede suceder al contrario. «En un caso, al guardia que estaba recogiendo la denuncia por desaparición le rechinaba lo que le estaban contando, no le cuadraba la versión. Ya desde el minuto uno sabía que había algo. En este caso, tenemos nuestros mecanismos internos de comunicación».
Al día siguiente ya tenían notificación de esas sospechas en la unidad provincial. Resultó ser un caso de homicidio. Y para los casos más difíciles, «precisamente aquí en la unidad técnica tenemos una unidad de análisis de la conducta. Ellos son psicólogos y están especializados en ese tipo de cosas. Es un recurso que está a nivel nacional, a disposición de todas las unidades de España».
Número de desapariciones denunciadas en españa:
- 2011: 7.752
- 2012: 20.218
- 2013: 19.512
- 2014: 22.618
- 2015: 25.414
- 2016: 21.575
- 2017: 24.890
- 2018: 29.853
- 2019: 26.527
- 2020: 16.528
Eficacia
La conjunción de todos estos factores hace que la búsqueda de personas desaparecidas en España acabe con éxito en el 98 % de los casos.
También redunda en que la mayor parte de los casos abiertos, los que no se ha conseguido resolver, pertenecen al grupo de los que padecen un «riesgo limitado» (96 % de los 6.053 casos que no se resolvieron entre los años 2010-2017). Eso también es eficacia policial.