Frenar la invasión migratoria, eje clave en la campaña de Vox para las europeas

Si algo ha reivindicado Vox desde su llegada a las instituciones es el hecho de haber abierto debates cerrados. Uno de ellos, el relativo a la inmigración ilegal y descontrolada en España y en toda Europa y la necesidad de proteger las fronteras. Tanto es así que recientemente, la campaña de las elecciones en Cataluña giró gran parte en torno a esta cuestión sobre la que el partido de Santiago Abascal ha puesto el foco en los últimos años. Ahora, en la carrera a las europeas vuelve a ser una cuestión clave y uno de los ejes principales de Vox.

La formación ha venido denunciando las consecuencias de esa inmigración irregular, en muchos casos incompatible con la cultura occidental, desde la inseguridad en los barrios a la pérdida de la identidad, pasando por la degradación de los servicios públicos. Y ha hecho una diferenciación entre la inmigración legal y ordenada, la de aquellas personas que vienen de otros países a trabajar y a integrarse en nuestro país -que sí respalda-, y la ilegal alentada, critica Vox, por las políticas de efecto llamada del Gobierno nacional y de Bruselas.

En estos últimos días Abascal se ha trasladado a las Islas Canarias, que es la región donde la inmigración ilegal bate récords y que diariamente recibe cayucos en sus costas. Desde Las Palmas de Gran Canaria, el líder de Vox reprochó esas políticas con las que, según denunció, unos y otros llaman a los inmigrantes y «les prometen un futuro que no podemos ni siquiera ofrecer a los jóvenes españoles», y criticó que todos menos Vox votaran a favor de tomar en consideración la propuesta que pide regularizar a medio millón de personas ilegales en España. «Más muros y menos moros de esos que no respetan a las mujeres», señaló este domingo en Murcia, desde donde arremetió contra las políticas de Sánchez, entre otras cosas, en materia migratoria.

El candidato del partido al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, subrayó, por su parte, desde Dos Hermanas, Sevilla, que hace 30 años no había inmigración ilegal y si hoy la hay, criticó, es, por un lado, porque el PSOE y el PP «cedieron el control de la política inmigratoria a los burócratas de Bruselas», indiferentes -dijo Buxadé- a las consecuencias que ello tenga para los barrios más humildes de España. Y, por otro, porque en 2015, con el impulso de la Agenda 2030, «hay un plan dirigido a promover en todo el mundo occidental la inmigración ilegal y la invasión de culturas que traen cosas que en Europa jamás hemos consentido ni pensado ni querido».

Sumado a las iniciativas que el grupo parlamentario de Vox ha presentado en las Cortes sobre esta materia, esta semana registraba una batería de preguntas ante el repunte de delitos, desde robos a agresiones sexuales, cometidos por extranjeros en España. En ellas pide saber si el Gobierno va a adoptar alguna medida para garantizar la seguridad ciudadana, cuántos de los expedientes de devolución abiertos corresponden a extranjeros «que ya han sido objeto de devoluciones o expulsiones ejecutadas anteriormente» y cuántos se han resuelto definitivamente, o con qué antecedentes penales contaban los extranjeros que han cometido esos determinados delitos en los últimos días.

¿Qué propone Vox?

En línea con sus programas electorales anteriores, la propuesta que lanza a este respecto el partido de Abascal para el 9 de junio es exigir fronteras fuertes para poner fin a la inmigración ilegal. Su planteamiento pasa en primer lugar por acabar con las políticas de efecto llamada. Se comprometen a exigir que se persiga a las mafias de tráfico de personas y a expulsar de forma inmediata a los inmigrantes que han entrado ilegalmente en España, y proponen que desde la UE se reclamen acuerdos con «países de tránsito» para que estos controlen la inmigración ilegal y acepten las devoluciones de los inmigrantes expulsados.