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Ernest Urtasun (en primer término) y Pablo Bustinduy, entre Pilar Alegría y Teresa Ribera

Ernest Urtasun (en primer término) y Pablo Bustinduy, entre Pilar Alegría y Teresa RiberaEFE

Crisis en la coalición

El Gobierno intenta taponar la hemorragia en Sumar y confirma a Díaz como interlocutora

La vicepresidenta y ministra de Trabajo seguirá siendo la líder de Sumar en el Ejecutivo, al menos mientras sus compañeros no decidan lo contrario. Ella habló con Sánchez el lunes

El Gobierno quiso dar este martes apariencia de normalidad a pesar de la crisis existencial por la que atraviesa Sumar, que ha quedado descabezado tras la dimisión de Yolanda Díaz como líder. De hecho, ambos socios de la coalición garantizaron que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo seguirá siendo la interlocutora y máxima responsable de Sumar en el Ejecutivo, a pesar de que ya solo se representa a sí misma.

La Moncloa decidió que en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros comparecieran dos ministros del socio minoritario: el de Cultura, Ernest Urtasun, que es también portavoz de Sumar; y el de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy. Ello ya fue un gesto en sí, puesto que, en los martes previos, Sumar no tuvo presencia ni voz en las comparecencias. Había elecciones a la vista y el PSOE quería todo el foco para los suyos.

Urtasun, Bustinduy y también la portavoz del Ejecutivo se esforzaron por señalar que al Gobierno le queda una larga vida por delante. Pilar Alegría mostró el «respeto» por parte del Ejecutivo a lo que calificó como «decisiones en el ámbito interno de un partido político». E incluso alabó la «cultura democrática» que ha demostrado Díaz con su decisión. El Grupo Coordinador de Sumar se reunirá el jueves para decidir el relevo.

«Este Gobierno progresista tiene una hoja de ruta muy clara que vamos a desarrollar toda la legislatura», continuó Alegría, quien además descartó de plano un adelanto electoral coincidiendo con una hipotética repetición de los comicios en Cataluña. «Casi se lo podría decir en todas las lenguas cooficiales: no, de ninguna manera. Que abandonen cualquier esperanza, que esperen sentados», zanjó.

A su lado, Urtasun continuó: «Nuestra prioridad es seguir mejorando la vida de los españoles. Quienes estén esperando inestabilidad se equivocan. Las reflexiones ya las comunicaremos en nuestros ámbitos». El ministro de Cultura reiteró la «máxima estabilidad institucional del Gobierno y del grupo parlamentario» de Sumar, que Díaz seguirá presidiendo. «Este Gobierno tiene mucho que hacer», según Urtasun.

Por su parte, Bustinduy agregó: «Nuestro compromiso es seguir trabajando para mejorar la vida de la gente de este país».

Díaz comunicó la decisión al presidente por teléfono el lunes, a la salida de la reunión con la cúpula de Sumar y antes de su comparecencia sin preguntas. Pilló a Pedro Sánchez a punto de emprender el viaje a Jordania para participar en la Conferencia Internacional sobre la respuesta humanitaria de emergencia para Gaza, así que la conversación duró poco, según fuentes de la Moncloa.

Fuera de micrófono, en la parte socialista del Gobierno explican que, para ellos, la interlocutora seguirá siendo Díaz salvo que Sumar decida otra cosa. Y desde la parte de Sumar sostienen que no hay que reequilibrar nada, puesto que ese trabajo ya se hizo: «En el Gobierno hay una ministra de Más Madrid, una de Izquierda Unida y uno de los Comunes, así que esos equilibrios ya estaban», recuerdan.

A pesar de que el PSOE repiten y se repiten que la implosión de Sumar no tiene «ninguna afectación» para la acción de gobierno, sí están preocupados por la crisis de Sumar. Preocupados, sobre todo, por la posibilidad de que esto acabe en un proceso de fragmentación de la izquierda aún mayor.

Cabe recordar que los socialistas ya han vivido esta legislatura la salida de Podemos de la coalición, porque Díaz no integró a los morados en el Ejecutivo, dentro de la cuota de cinco ministerios que acordó con Sánchez. Los diputados de Podemos decidieron entonces abandonar el grupo parlamentario de Sumar y pasarse al mixto. Desde allí llevan todo el año ejerciendo más de oposición que de socios. Incluso provocaron la derogación de un real decreto ley del Gobierno en enero, el de la reforma del subsidio de desempleo.

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