Las cesiones del presidente
El PSOE votó en contra de una «financiación singular» para Cataluña hace dos meses por no ser «justa»
Los diputados socialistas rechazaron en abril una moción de ERC planteada en los mismos términos que ahora Sánchez está dispuesto a aceptar a cambio de la investidura de Salvador Illa
El grupo parlamentario socialista en el Congreso votó en contra de acordar una «financiación singular» para Cataluña en el Pleno del 23 de abril por no ser «justa». Una iniciativa que partió de ERC y que el PSOE calificó de «electoralismo» porque fue debatida en vísperas del arranque oficial de la campaña de las elecciones catalanas.
Apenas dos meses después de aquello, Pedro Sánchez está decidido a pasar por ese aro de Esquerra si con ello dejan gobernar a Salvador Illa. Una cesión que ha provocado una enorme polémica en las filas del PSOE, en las de la coalición con Sumar y también en el PP. Todas las comunidades gobernadas por el PP firmaron ayer un escrito dirigido a la vicepresidenta María Jesús Montero pidiendo la inmediata convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
El pasado 23 de abril, festividad de Sant Jordi, se debatió y votó en el Pleno de la Cámara Baja una moción de ERC «sobre la necesidad de acordar una financiación singular para Cataluña a fin de que la ciudadanía catalana disponga de servicios públicos a la altura de su esfuerzo fiscal», que así rezaba su encabezado. En ella, los republicanos abogaban por un concierto al estilo del que tienen el País Vasco y Navarra, y que es lo mismo que siguen pidiendo ahora. Abogaban, en definitiva, por «un sistema de financiación en que la Generalitat de Cataluña recaude y gestione todos los impuestos que pagan los catalanes y catalanas y, posteriormente, efectúe al Estado las trasferencias oportunas por los servicios prestados en Cataluña y en concepto de reequilibrio territorial», según el texto de la moción.
En su defensa, la diputada de ERC Teresa Jordà señaló: «En Cataluña se perpetúa, las balanzas fiscales se han dejado de publicar, el modelo de financiación lleva una década caducado. Somos el tercer territorio que más impuestos paga por habitante y el décimo por lo que respecta a los recursos recibidos. Las inversiones del Estado en Cataluña se quedan en un porcentaje de ejecución -y así lo digo- extremadamente ridículo (…). Las personas que viven en Cataluña están recibiendo un 65% menos de lo que les correspondería».
La dirección del grupo socialista que comanda Patxi López decidió que diera la réplica a ERC un diputado del Valle de Arán, una región de Lérida muy combativa con el independentismo, que se considera infrafinanciada y marginada por parte de la Generalitat. Exactamente el mismo discurso del separatismo respecto a España. «Ustedes hoy han venido aquí a practicar el electoralismo (…). Lo singular es un aspecto de lo universal, en buena lógica hegeliana; singulares somos todos en cierto modo. Es decir, también los araneses nos consideramos una comunidad singular. Por eso queremos mejorar la financiación de nuestro autogobierno y de nuestra lengua y cultura», contestó Amador Marqués, poniendo a Esquerra ante el espejo de sus contradicciones.
Marqués rechazó la moción de Esquerra porque, según afirmó, la «financiación singular» que proponían no era justa. «Los socialistas somos los únicos que defendemos una financiación justa, equitativa y solidaria con las necesidades reales de la gente ante la política de los gobiernos de Junts y Esquerra, que lo fiaron todo al procés y no supieron ni desarrollar el estatuto de autonomía en esta materia», destacó.
La moción no prosperó porque obtuvo solo 24 votos a favor, de ERC, Junts, Bildu, Podemos y el BNG. En cambio, hubo 291 votos en contra del PP, el PSOE, Vox y Coalición Canaria. Sumar se abstuvo para eludir un debate interno que, sin embargo, este martes estalló intramuros del grupo parlamentario de Yolanda Díaz: los portavoces de Compromís y Chunta amenazaron con retirar su apoyo al Gobierno de coalición si privilegia financiera y fiscalmente a Cataluña.
Aquella moción de ERC procedía de una interpelación que, dos semanas antes, Esquerra le había hecho a la ministra de Hacienda en el Pleno. En su discurso de aquel día, 10 de abril, Montero rechazó el modelo de un concierto económico al estilo vasco o navarro. Y no dijo, ni mucho menos, que una «financiación singular» de Cataluña sea compatible con un «sistema multilateral», como tratan de sostener ahora Sánchez y sus ministros -sin demasiado éxito-.
Por el contrario, la también vicepresidenta primera recordó que ha de primar el todo sobre la parte: «Si no velamos por el interés general del conjunto del país, difícilmente podremos seguir avanzando», aseguró. Como también: «Creo que tenemos que establecer exactamente qué es lo que queremos financiar, cómo lo vamos a financiar y de qué manera vamos a hacer una redistribución -hasta el límite que seamos capaces de ponernos de acuerdo- de la riqueza desigual y asimétrica que se genera en las diferentes partes del Estado. Nuestra labor, en todo caso, es garantizar estos mejores servicios públicos».
Desde que Sánchez se abriera en La Vanguardia a conceder esa «financiación singular» a Cataluña si a cambio ERC permite la investidura de Illa, los socialistas tratan de navegar en un mar de contradicciones, ambigüedades e inconcreciones, especialmente complicado para los líderes del PSOE en las comunidades agraviadas, que serían todas menos el País Vasco y Navarra. Ni siquiera a Carles Puigdemont le gusta el trato, porque lo considera un «chantaje».
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se enredó tratando de justificar por qué Cataluña sí y el resto no. El argumento al que se acoge el Ejecutivo es que, con ellos en la Moncloa, las comunidades han recibido 250.000 millones de euros más que con Mariano Rajoy, a los que suman otros 61.000 millones del plan de recuperación.