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La presidenta de Navarra, María Chivite, saluda al parlamentario de Bildu, Adolfo Aráiz, en la investidura de la primeraEFE

Cronología de la rendición socialista en Navarra: del «con Bildu, nada» al «de la mano de Bildu contra el Rey»

La formación que lidera María Chivite ha traspasado una nueva línea roja al apoyar una moción con graves insultos hacia la Monarquía

Prácticamente cinco años han pasado desde que la entonces candidata a la presidencia del Gobierno de Navarra por parte del PSOE-PSN, María Chivite, asegurara en una entrevista radiofónica, el 8 de julio de 2019, que «con Bildu no vamos a hablar», siguiendo aquellas palabras de su jefe, Pedro Sánchez, del «si quiere se lo repito cinco o cincuenta veces». Lo que no descartaba entonces Chivite era reunirse con Navarra Suma, la formación surgida de la unión de UPN, PP y Ciudadanos para aquellas elecciones de 2019.

Cinco años después, Chivite no solo no tiene ningún problema en reunirse y pactar con Bildu, el pasado día 13 atravesó una línea roja más y votó con la formación abertzale una moción en la que insultaba gravemente a la Monarquía.

¿Qué ha pasado en estos cinco años?

Fuentes conocedoras de aquellas negociaciones de 2019 aseguran que, efectivamente, «no hubo reuniones ni negociación con Bildu». Tampoco les hacía falta. Geroa Bai, la marca navarra del PNV ejercía de interlocutor abertzale.

Pero tampoco Bildu puso ninguna dificultad para conceder las cinco abstenciones que en aquella investidura puso a María Chivite al frente del Gobierno de Navarra. El mismo día que la entonces portavoz de Bildu en el Parlamento de Navarra, Bakartxo Ruiz, anunciaba la abstención de cinco de sus siete parlamentarios afirmaba que «que no olvide la señora Chivite que quien tiene la llave de su Gobierno es Bildu».

Y eso es lo que quería Bildu: tener la llave del Gobierno de Navarra para obligar a este a sostener una dependencia absoluta durante cuatro años si quiere aprobar los presupuestos.

Y como parte de esa llave que abría o cerraba la puerta del Gobierno, apenas unos meses después llegaba la primera cesión socialista. La primera foto de una dirigente socialista con Bildu, en las negociaciones de los Presupuestos de 2020, en octubre de 2019 y en la que, por cierto, se encontraba la actual ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, como entonces consejera de Hacienda del Gobierno de Navarra.

Mesa de negociación de los presupuestos navarros para el año 2020 entre representantes del PSOE y de BilduEFE / Villar López

A nivel nacional se mantuvo el mismo esquema: foto de los parlamentarios socialistas Adriana Lastra y Rafael Simancas con los representantes de Bildu en diciembre de 2019 y apoyo «gratuito» en la investidura de Pedro Sánchez de enero de 2020.

Lastra y Simancas junto a Bildu en el CongresoEFE

Le siguieron cuatro años más de Presupuestos de Navarra con jugosas cesiones a la pretensiones económicas y políticas abertzales.

Mismo esquema en 2023

El mismo esquema se repitió tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo de 2023 y las generales del 23 de julio de ese mismo año.

El 13 de junio de 2023, Chivite no tuvo reparos en sentarse en la misma mesa que los representantes de Bildu. Eso sí, quiso dejar claro que «no vamos a negociar ningún gobierno con ellos ni van a entrar en el Gobierno de Navarra», aseguró el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz.

Reunión entre socialistas y BilduEuropa Press / Eduardo Sanz

Sin embargo, las 9 abstenciones de los parlamentarios de Bildu fueron imprescindibles para que María Chivite reeditara su investidura el 15 de agosto de 2023.

Y en cuatro meses, los socialistas comenzaron a devolver el pago de esas abstenciones.

«No, rotundamente no», aseguró en mayo de 2023 la entonces candidata socialista a la alcaldía de Pamplona, Elma Saiz, cuando le preguntaron si la capital navarra podía ser un «cambio de cromo» con el Gobierno foral. En noviembre Elma Saiz fue 'apartada' de Pamplona con un suculento ministerio y el 13 de diciembre socialistas y Bildu firmaban el apoyo de los primeros a una moción de censura que entregaría la capital navarra a los abertzales.

Pero el pago de las 9 abstenciones de 2023 es mayor que el de las 5 abstenciones de 2019. De ahí que el pasado 13 de junio (otra vez un día 13), los socialistas respaldaran una moción en la que se calificaba a la Monarquía como «corrupción sistemática» e «institución patriarcal».