Crimen en Zaragoza
Una tienda de marcos, una mujer asesinada, su marido en la UCI y dos sujetos grabados por las cámaras
Los investigadores descartan que se trate de violencia de género: apuntan a un ajuste por deudas o un robo
José, de 49 años, no asesinó a Susana, su esposa, de la misma edad. A la mujer la asaltaron dos individuos en su tienda de marcos que se llama Mundo Cuadro. Está en la localidad Ejea de los Caballeros, Zaragoza. En el escaparate hay un gran letrero en color rojo en el que se puede leer: «Rebajas». Allí la cazaron a ella y a su marido, que la acompañaba.
La autopsia sugiere que la mataron a golpes. Al marido le hundieron la cabeza, pero por suerte, aunque está grave, todo apunta a que se salvará. Su testimonio se antoja imprescindible para ayudar a resolver el caso, sin embargo, los médicos del hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, aunque el hombre está ya consciente, han desaconsejado que nadie le altere porque su traumatismo craneoencefálico es grave.
Ni siquiera saben si el golpe le permitirá recordar lo que sucedió. Lo que sí han averiguado los investigadores de homicidios de la Guardia Civil es que entorno a la hora del crimen (las 14.00 del sábado), dos individuos salieron de la tienda de Susana con prisas. Los responsables de las pesquisas incluso han reconstruido el recorrido que hicieron los sospechosos en su huída.
Ejea de los Caballeros (unos 20.000 habitantes) dispone de un avanzado sistema de videovigilancia desde hace años: registró el rostro de los dos sospechosos, incluso el modelo de coche en el que se montaron y abandonaron la localidad. Al cadáver de la víctima y a su marido herido los localizaron pronto y se estableció una operación cerco en las carreteras, pero no hubo suerte. Ya se habían ido.
Sin embargo, en uno de esos controles, un conductor se dio a la fuga. Los agentes lograron darle alcance en la A-68, a la altura del término municipal de Alagón. Nada tenía que ver con el crimen de Susana: había huido porque le constaba una orden de ingreso en prisión.
De momento todas las hipótesis están abiertas. Desde un robo que no salió bien a un ajuste de cuentas. La primera tiene menos fuelle ya que el nivel de violencia empleado no es habitual de los ladrones ocasionales. No se suele emplear tanta agresividad y con semejantes consecuencias. Para los investigadores es algo más personal: quizá un ajuste. Quizá por deudas. Se comenta que José no estaba pasando por una buena situación económica.