El cisma de la derecha
El PP se apresura a pasar la página de Vox y Abascal deja claro que no ha dicho su última palabra
Los presidentes regionales reestructuraron sus gobiernos este viernes, sin tiempo que perder. En el PP reina el optimismo y en Vox intentan apuntalar su relato, torpedeado por las deserciones internas
El PP se apresuró este viernes a pasar página tras la decisión de Santiago Abascal de romper los cinco gobiernos regionales de coalición de Vox con el PP y retirarle su apoyo a un sexto, el de Baleares. Uno tras otro, los presidentes afectados comparecieron a lo largo de la mañana para anunciar el inmediato relevo de los vicepresidentes y consejeros salientes y la reestructuración de sus ejecutivos.
En el caso de Extremadura, su presidenta, María Guardiola, dio un golpe de efecto al comparecer junto a su único consejero de Vox, Ignacio Higuero, que anunció su abandono de las filas marciales de Abascal y su continuidad en el Gobierno de Guardiola. «Caretas fuera. Ejecutan su estrategia. A sabiendas, han dinamitado gobiernos con Vox para entregarse totalmente al PSOE y a Podemos», replicó a la presidenta extremeña el jefe de la delegación de Vox en la Eurocámara, Jorge Buxadé.
Con estos rápidos movimientos, los presidentes regionales del PP quisieron dar sensación de estabilidad. Conscientes de que, a partir de ahora, tendrán enfrente en sus parlamentos a dos oposiciones: la del PSOE y la de Vox. Pero todos ellos tienen presupuestos de 2024 y la posibilidad de adelantar las elecciones si la legislatura se les tuerce. Aseguran que tienen la sartén por el mango e incluso retan a Vox a que presente mociones de censura con el PSOE.
El ambiente del día después en uno y otro partido era muy distinto. Entre los populares reinaba el optimismo, cuando no la euforia, por lo que consideran un error garrafal de Vox. En el partido de Abascal, por el contrario, intentaban apuntalar su relato, torpedeado por las deserciones internas. Como la del consejero de Cultura en la Junta de Castilla y León, Gonzalo Santoja, que también decidió quedarse. Tampoco ayudó a la tranquilidad intramuros de Vox el hecho de que su líder amenazara en Telecinco con seguir el mismo camino en los ayuntamientos si estos colaboran «activamente» en el reparto de menores no acompañados.
«Han cavado su tumba», resume a este periódico un alto cargo de uno de los ejecutivos afectados, que no oculta su satisfacción por lo que considera un «regalo» de Abascal. «Allá Vox y su disparatado movimiento. No han medido la decisión, se han pasado de frenada y han descarrilado», afirmó Alberto Núñez Feijóo en una comparecencia desde la sede de su partido, en la que responsabilizó por completo al presidente de Vox.
¿Equiparable a Ciudadanos?
Quien más y quien menos, en el PP muchos rememoraban este viernes lo que le sucedió a Ciudadanos cuando «se equivocó de adversario». En las elecciones generales de abril de 2019, el partido de Albert Rivera se quedó a solo nueve diputados del PP. En la repetición electoral de noviembre de ese año, Cs cayó estrepitosamente hasta quedarse con 10 escaños. En marzo de 2021, ya con Inés Arrimadas al frente, la formación trató de recuperar oxígeno presentando una moción de censura contra el Gobierno de Murcia del que formaba parte y que resultó un muy mal negocio: Cs no solo perdió aquella moción, sino que, en Madrid, Isabel Díaz Ayuso rompió su coalición con los naranjas, convocó elecciones y barrió.
«Cuando la nueva dirección del PP llegó a Génova, el PP sacaba a Vox 37 escaños. Ahora le saca 104. Por tanto, el problema de Abascal no es Sánchez, es Feijóo. Y por eso Vox lleva meses haciendo oposición al PP», señalan desde el PP. «Si ahora quieren boicotear nuestros gobiernos regionales es su problema. Ya se lo hicieron a Ayuso y no les salió bien», añaden.
En Vox no han dicho la última palabra. Saben que después del acuerdo entre el PSOE y el PP para la renovación del CGPJ vendrán más y creen que eso les dará la razón. En el corto y medio plazo, socialistas y populares podrían llegar a pactos para renovar el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, reformar la Ley de Extranjería y la Ley del Suelo y renovar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Además, este mes el Pleno del Congreso deberá pronunciarse sobre la convalidación del último decreto anticrisis del Gobierno, y Feijóo no ha adelantado su postura. En la agenda figura también la inminente reelección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, que será ratificada por el Pleno del Parlamento europeo el próximo jueves, tras el acuerdo alcanzado entre populares, socialdemócratas y liberales. Y cada vez que el PP pacte con Sánchez, ahí estarán Abascal y los suyos.