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19 de septiembre de 2024

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

Pedro Sánchez, presidente del GobiernoEFE

El verdadero balance del año más amargo de Pedro Sánchez

Tras la citación judicial, el presidente del Gobierno ha cancelado su balance del curso en Moncloa y comparecerá ante la prensa el martes en la residencia oficial del Rey en Mallorca

Todos los años por estas fechas Pedro Sánchez suele convocar a la prensa para hacer un balance triunfalista del año en el que anuncia los logros supuestamente conseguidos por su gobierno. Este verano, Sánchez se estaba planteando realizar esta «rendición de cuentas» –así lo llaman en Moncloa– este lunes con el fin de viajar unos días después a Palma para despachar con el Rey y comenzar sus vacaciones.

Sin embargo, la citación del juez Peinado para que Sánchez declare el martes por la mañana como testigo en la causa abierta contra su mujer, Begoña Gómez, ha obligado al Gobierno a cambiar de planes. Por un lado, se ha decidido suspender el balance anual en La Moncloa, que iba a ser la víspera de la declaración ante el juez, y comparecer ante la prensa el martes por la tarde en el Palacio de La Almudaina, que es la residencia oficial del Rey en Mallorca, después de haber mantenido con Don Felipe el despacho de verano.

Sánchez podía haber elegido cualquier otro día de la semana para mantener con el Rey el despacho de verano, pero ha elegido precisamente el mismo día que le ha citado el juez a declarar sobre los supuestos delitos de su esposa. Al ser este su único acto público del día, Sánchez busca que la imagen que se publique sea la suya con el Rey.

Ademas, Moncloa ha considerado que el entorno del Palacio Real de La Almudaina le es mucho más favorable que el de Moncloa. Primero, porque puede reducir al mínimo el tiempo de su exposición a la prensa: Sánchez suele llegar tarde a esta cita veraniega con el Rey -en esta ocasión, se le espera a las 17.30 horas- y el despacho puede prolongarse más de una hora, dada la delicada situación que atraviesa el Gobierno. Después, su exposición se puede alargar todo lo que él quiera antes de dar paso a las preguntas.

Y la otra razón por la que esta comparecencia en Mallorca le es más favorable que la de Moncloa es porque habitualmente solo admite unas pocas preguntas de periodistas de medios nacionales -previamente seleccionados- y otras pocas de periodistas baleares -también seleccionados-, que suelen preguntarle por asuntos de índole regional.

El presidente del Gobierno sabe que si se expone a los medios de comunicación sin controles previos ni censuras, como ocurre en cualquier democracia, le preguntarán por un asunto que lleva tres meses eludiendo y en el que ya no vale negar todo y echar la culpa a la oposición y a la prensa. Porque los hechos más inquietantes son los que han desvelado los testigos e imputados en sus declaraciones ante el juez que investiga a su esposa.

Lo que Moncloa tenía claro era que, por muchos informes brillantes que le prepararan los asesores de su Gabinete, el verdadero balance del último año de Sánchez reúne tantos reveses y noticias adversas, que sería difícil esquivarlos en una comparecencia ante los medios. Incluso, aunque solo permita unas pocas preguntas, esos asuntos seguirán estando presentes en la mente de todos. Estos son algunos de ellos:

Caso Begoña: Begoña Gómez se ha convertido en la primera mujer de un presidente del Gobierno español que está siendo investigada por la Justicia. En lugar de colaborar, ella se niega a declarar. Ante el silencio de Gómez, el juez ha citado a Sánchez como testigo. Hasta ahora, ni Sánchez ni Gómez han querido dar explicaciones a la opinión pública de este supuesto caso de corrupción y tráfico de influencias.

Caso hermano de Sánchez: El músico David Sánchez, que utiliza el pseudónimo David Azagra, está siendo investigado por un juzgado de Badajoz por fraude fiscal, prevaricación, malversación, delitos contra la Administración Pública y tráfico de influencias. Sánchez tampoco ha dado ninguna explicación sobre su hermano, a pesar de las noticias tan «inquietantes y perturbadoras» que se publican sobre él.

Caso Koldo: La Justicia investiga por un supuesto caso de corrupción a través de la compra de mascarillas por valor de 54 millones de euros pagados con fondos públicos, en plena pandemia de Covid, al que fue asesor, chófer y asistente personal del exministro José Luis Ábalos, que ha sido expulsado del PSOE.

Borrado del caso ERE: El Tribunal Constitucional que Sánchez ha hecho a su medida ha anulado las condenas de cárcel e inhabilitación de los dirigentes socialistas implicados en un macrofraude valorado en 679,4 millones de euros. Es un ejemplo más de que los socios, amigos o compañeros de partido de Sánchez quedan impunes cuando cometen estos delitos.

Amordazar a la prensa: En un intento desesperado de controlar lo que se publica, Pedro Sánchez está intentando comprar a la prensa con el reparto de 100 millones de euros a los medios de comunicación que se plieguen a sus exigencias.

Los socios no apoyan a Sánchez: El Gobierno de Sánchez es tan débil que se ve incapaz de aprobar en el Congreso de los Diputados sus iniciativas legislativas al no contar ni siquiera con el apoyo de sus propios socios de investidura, que le tienen sometido a un chantaje permanente.

Incapaces de aprobar leyes: El Gobierno no ha podido aprobar iniciativas tan relevantes como los Presupuestos Generales del Estado, el techo de gasto (a pesar de haber arrebatado el veto al Senado), la ley de extranjería, la ley de prostitución o la ley del suelo, entre otras.

Puigdemont, fuera de la ley de Amnistía: Sánchez aprobó la ley de Amnistía para poder borrar los delitos de Carles Puigdemont, a cambio de sus siete votos, que los necesitaba para ser investido presidente del Gobierno. Sin embargo, mes y medio después de su entrada en vigor, unas 90 personas han sido amnistiadas, pero el juez mantiene la orden de detención sobre Puigdemont, que queda fuera de la amnistía. Además, el Tribunal Supremo ha presentado un recurso de inconstitucionalidad cuyo texto es demoledor contra la ley aprobada por el Gobierno y sus socios.

Debilidad territorial: El presidente del Gobierno se niega a convocar la Conferencia de Presidentes Autonómicos, como le piden los mandatarios del PP y algunos dirigentes de su propio partido. Sánchez no quiere que se visualice la debilidad territorial del PSOE, que solo gobierna en Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha. El PP gobierna en 12 Comunidades y en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.

Desigualdad económica: En el Gobierno más a la izquierda de la democracia, la riqueza se embalsa entre los que más tienen: los contribuyentes que ingresan más de 601.000 euros al año han aumentado un 25 % en los últimos años, mientras que más de doce millones españoles perciben salarios brutos de menos de 21.000 euros.

Fracaso en las elecciones europeas: A pesar de sus lecturas triunfalistas, el PSOE ha sufrido su mayor derrota en 25 años en unas elecciones europeas, al perder dos millones de votos respecto a 2019.

Nombramientos anulados: El Tribunal Supremo ha anulado varios nombramientos de Pedro Sánchez, que pone a sus afines al frente de las instituciones sin que reúnan los requisitos necesarios. Entre otros, han sido anulados los nombramientos de la presidenta del Consejo de Estado y de la fiscal de Memoria Democrática.

El ridículo del Estado palestino: Pedro Sánchez hizo una gira por varios países para tratar de convencerles de que reconocieran al Estado palestino. Habló con once, pero solo convenció a Irlanda.

Elogiado por los terroristas de Hamás: La intervención de Pedro Sánchez en Oriente Medio provocó las críticas de Israel y los aplausos del grupo terrorista Hamás.

Enfrentamiento con Argentina: En lugar de poner los intereses generales de España por encima de su ideología y reconducir el incidente, Sánchez avivó el enfrentamiento provocado por su ministro de Transportes, Óscar Puente, con el presidente de Argentina, Javier Milei, y acabó retirando a la embajadora de España en Buenos Aires.

España pierde la Agencia Antiblanqueo: La escasa influencia internacional del Gobierno de Pedro Sánchez y su desinterés manifiesto hacia Madrid provocaron que España perdiera la sede de la Agencia Europea contra el Blanqueo de Capitales, y que la ganara Fráncfort.

No puede pisar la calle: Sánchez ha suscitado tal rechazo en buena parte de la sociedad española que no puede asistir a actos con público que no haya sido seleccionado previamente, ni pisar la calle en ninguna ciudad española porque inmediatamente recibe un chorreo de abucheos y pitidos.

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