Sánchez promueve a España como destino de inversiones chinas en medio de dudas sobre la realidad económica
La presentación optimista de Sánchez ha suscitado dudas sobre la realidad económica que enfrenta España
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha destacado este martes la fortaleza de la economía española y las oportunidades que el país ofrece a las empresas chinas durante su intervención en un foro empresarial celebrado en Shanghái. Sánchez presentó a España como un «aliado» y un destino «atractivo y seguro» para la inversión extranjera, en un esfuerzo por intensificar la colaboración económica entre ambos países.
En su discurso, Sánchez subrayó que España es la cuarta economía de la zona euro y que su crecimiento en el segundo trimestre del año cuadruplicó el promedio de la Unión Europea. Además, destacó la orientación de la economía española hacia la innovación, la digitalización y la descarbonización, elementos que, según él, hacen de España un lugar ideal para que las empresas chinas expandan sus operaciones.
El presidente español también mencionó la ubicación estratégica de España como un puente natural entre Europa, América Latina y el norte de África, lo que, combinado con infraestructuras de primer nivel y un marco legal sólido, refuerza su atractivo como base de operaciones.
Sin embargo, la presentación optimista de Sánchez ha suscitado dudas sobre la realidad económica que enfrenta España. A pesar de los avances que mencionó, la economía española sigue enfrentando desafíos significativos, como el alto desempleo estructural y la dependencia del capital extranjero. Además, la relación comercial con China está marcada por un fuerte déficit, que representa el 90 % del déficit comercial español en 2023. Aunque Sánchez pidió un «diálogo honesto» entre la Unión Europea y China para resolver tensiones comerciales, como las derivadas de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, las soluciones concretas aún parecen lejanas.
Sánchez también expresó su deseo de que la cooperación con China no se limite a las relaciones bilaterales, sino que se extienda a terceros mercados, como América Latina. Sin embargo, la creciente influencia de China en estas regiones plantea interrogantes sobre el impacto que podría tener en las empresas españolas que operan allí.
A pesar de las dudas, el Gobierno español continúa apostando por atraer inversiones chinas, promoviendo sectores como la economía verde, la tecnología y la industria avanzada como áreas clave para la colaboración. No obstante, la verdadera capacidad de España para capitalizar estas oportunidades y equilibrar su balanza comercial con China sigue siendo una incógnita.