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El distrito de Sants-Montjuic, de Barcelona, fue el lugar de los hechos

Al banquillo un hombre que mató a dos ancianos para evitar que descubriesen que estaba estafándolos

El sospechoso conoció al matrimonio en marzo de 2019, cuando trabajaba como comercial en el sector de la venta de productos relacionados con la salud

La paradoja es que las víctimas, dos personas de avanzada edad, compraron un montón de productos para esquivar la muerte. Su preocupación por estar bien les llevó a abrir las puertas de su casa a un desconocido, un comercial: nunca imaginaron que la persona que se los estaba vendiendo presuntamente acabaría con sus vidas.

Los hechos se remontan a julio de 2019. Piedad y Manuel, un matrimonio se septuagenarios, se pusieron en contacto con Marcos, un comercial de productos vinculados a la salud y el descanso de las personas mayores. No le contactaron porque sí: en el 2018 Piedad se había caído por una escalera. El trompazo fue severo y sufrió varias fracturas que se le complicaron con un ictus. Salía poco de casa y sufría bastantes dolores. Esa fue la razón de contactar con Marcos.

Ellos no lo sabían porque nadie lleva colgada del pecho la hoja de sus antecedentes, pero el tal Marcos ya había sido condenado por estafa en el pasado: concretamente en 2017. La sentencia fue de 21 meses de prisión que, por supuesto, no cumplió porque si no llegas a los dos años y un día las condenas se suelen suspender.

Así que Marcos, el estafador condenado, camina libre y podía repetir sus fechorías porque no había tenido ningún castigo en el pasado. Desde marzo de 2019 el comercial avistaba con frecuencia al matrimonio en su casa: era dicharachero y se ganó su confianza. Lo hizo según dice el fiscal aprovechándose de la «necesidad de compañía, de la fragilidad propia de su edad y de su situación médica. Les vendió un montón de cosas que no necesitaban». Pero hubo mas.

En el escrito de acusación, el ministerio publico explica que en julio de 2019 Marcos accedió a los datos bancarios de Manuel y quiso hacerse una transferencia con el objetivo de seguir con «el abuso económico sobre sus víctimas». No lo hizo bien y solo consiguió 100 euros. Sin embargo, los vio débiles y persistió: en la primera semana de agosto de 2019, en una de las visitas al domicilio del matrimonio, el procesado robó la tarjeta bancaria de Manuel e intentó, sin éxito, sacar dinero varias veces en diversos cajeros.

Manuel buscó la tarjeta por toda la casa y no la encontró así que pensó que la había perdido y fue la banco a cancelarla. Allí le comunicaron que alguien había intentado sacar dinero con ella: el hombre empezó a sospechar del comercial y se puso en contacto con él. Marcos se asustó, según el fiscal, y entre el 16 y el 19 de agosto, el comercial acudió al piso de las víctimas para evitar que le denunciaran: los asesinó con una arma blanca.

Fue una salvajada según relata el Ministerio Público: «ocasionó a los ancianos un gran sufrimiento a consecuencia del gran número de lesiones que les produjo y las zonas del cuerpo a las que se dirigió su ataque, siendo algunas de ellas innecesarias para causarles la muerte». Marcos se enfrenta desde este lunes a dos penas de prisión permanente por la muerte de Manuel y Piedad.