Los enredos del sanchismo
La 'máquina del fango' del PSOE difunde que el PP sabía que votaba a favor de Txapote
El presidente y sus ministros aprovecharon la larga sesión en el Congreso para desviar la atención, la responsabilidad y hasta la culpa de la enmienda trampa al partido de Feijóo
La realidad paralela que el martes describió la portavoz del Gobierno desde la sala de prensa de la Moncloa, a propósito de la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid respaldando al juez Peinado, tuvo su continuación un día después en el Congreso. Pero esta vez con la polémica 'enmienda Txapote' como protagonista.
El presidente y sus ministros encendieron la 'máquina del fango' y defendieron la tesis de que el PP votó a favor de la enmienda en ponencia, comisión y pleno (en tres fases distintas) a sabiendas de lo que votaba. Es decir, que los populares eran conscientes de que estaban facilitando que sanguinarios etarras como Txapote, Kantauri y Anboto se descuenten años de condena. Pero que después les entró el miedo y recularon cuando la noticia saltó a los medios y vieron la reacción de la prensa conservadora.
El primero que desplegó tan sofisticado argumento fue el propio Sánchez, aunque para entonces el Pleno ya llevaba horas en marcha. En su primera intervención de la mañana, el presidente se había limitado a hablar de la crisis migratoria (uno de los dos motivos que figuraban en la solicitud de comparecencia del PP), pero Alberto Núñez Feijóo rápidamente recondujo el debate a los presos de ETA y el pacto oculto con Bildu. A pesar de Francina Armengol, que le reprendió por ello.
«Me cuesta mucho entender sus pasos. ¿Usted sabe lo que vota o no? ¿Saben lo que votan o no saben lo que votan? ¿O saben lo que votan pero, después de ver la reacción en los medios de comunicación, echan la culpa a otros de sus errores?», preguntó al líder de la oposición. Al que pidió que no «escurriera el bulto».
También siguió esa línea la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que tuvo sus más y sus menos con el portavoz del PP en el Congreso. Miguel Tellado exhibió una fotografía de los 12 dirigentes socialistas asesinados por la banda terrorista, algo que su interlocutora tildó de «vergüenza nacional». «Usted es el responsable de la revisión de las votaciones en su grupo político, ¿no? O usted es un ignorante o ustedes deliberadamente han querido hacer la transposición de la directiva y cuando la prensa ha salido diciendo lo que eso significaba ustedes se han asustado», le recriminó Montero.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se unió al coro monclovita: «La propia Audiencia Nacional ya nos alertó de que había una desigualdad manifiesta para los ciudadanos y ciudadanas españoles con el resto de los ciudadanos comunitarios. Y lo que hemos hecho ha sido corregir este déficit. Con su voto. Y no valen excusas, porque han sido seis meses enteros en los que todos estuvimos de acuerdo, porque queríamos y queremos adaptar nuestra legislación a los estándares europeos», afirmó.
Y todo, y todos, con tal de no responder a las preguntas que deja esta reforma de la ley orgánica 7/2014. La más importante: si no había ánimo de ocultación, como afirman los socialistas, por qué la modificación no fue incluida en el anteproyecto de ley original, el que elevó el ministro Félix Bolaños al Consejo de Ministros el pasado 12 de marzo. Que fue, a su vez, el texto que examinó y sobre el que emitió dictamen el Consejo de Estado. Aunque la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, hiciera creer el martes que el Consejo de Estado había avalado la última versión de la norma, cuando fue la primera la que le envió el Gobierno. Por el contrario, la 'enmienda Txapote' fue presentada en el trámite en comisión, y ni siquiera por el Grupo Parlamentario Socialista, sino por el de Sumar.
«No hacemos ninguna política que beneficie a ningún preso de la organización terrorista ETA. Este Gobierno lo que hace es cumplir la ley», clamó desde su escaño el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. A quien, horas antes, la presidenta de la AVT negó el saludo en el transcurso de una Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Víctimas del Terrorismo celebrada en Vitoria.
El PSOE se dedicó a desviar la atención, la responsabilidad y hasta la culpa al PP. El PP, por su parte, siguió con su particular penitencia; no sin antes recordar que el Gobierno no retira esta reforma del Senado porque no quiere, no porque no pueda. Los populares siguieron haciendo su particular penitencia, pidiendo perdón por el «error». «Nosotros cometimos un gravísimo error, ustedes un crimen», le dijo Cayetana Álvarez de Toledo a Bolaños.
Éste recordó a la diputada del PP que es miembro de la Comisión de Justicia y ella le corrigió: «Revísese los datos de la comisión». A lo que el ministro contestó: «Veo que usted escurre el bulto, vaya el compañerismo el del PP». Los socialistas están disfrutando con esto, ni pueden ocultarlo ni quieren. Y ya no digamos el portavoz de ERC, Gabriel Rufián: «Al final todo vuelve, sobre todo la maldad vuelve. Y el eslogan malvado de 'que te vote 'Txapote' les ha vuelto, porque al final, los que han votado a Txapote son ustedes», ironizó Rufián.